Pon en manos del SEÑOR todas tus obras y tus proyectos se cumplirán. Proverbios 16:3 (NVI)

Mi día estaba perfectamente planeado, comenzaría con una hora de trabajo de escritorio seguida de un corte de pelo. Mi esposo y yo nos reuniríamos con nuestro contador a las 11 a.m., luego disfrutaríamos de un almuerzo juntos antes de encontrarme con un colega para trabajar en un proyecto por el resto de la tarde. Mi horario estaba perfectamente organizado como los datos en mi agenda.

Luego se complicaron las cosas.

Nuestra cita con el contador duró cuatro horas en lugar de una, lo que hizo necesario suspender el proyecto de la tarde. Durante la reunión, hice malabares con varios mensajes de texto, lo que resultó en tres eventos inesperados para el día siguiente.

Me encanta la confiabilidad de la rutina. Pero algunos días siento que estoy en un estado de cambio constante a medida que mis planes se cruzan con situaciones de la vida sobre las cuales no tengo control. Mi agenda perfectamente organizada se vuelve un desorden con citas tachadas y nuevos planes apuntados en los márgenes.

Mi hija dice que su rama de las fuerzas armadas tiene un término para eso: “flexecutar”, que significa ejecutar con flexibilidad. Pero la ‘flexecutación’ se vuelve agotadora, y me siento tentada a gritarle al mundo: «¿Sería posible, por favor, hacer las cosas según mi plan durante la próxima hora? ¿Sí dije “por favor”?».

Estoy agradecida por Hebreos 13:8, que nos recuerda que “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre” (NVI). Cuando todo y todos los demás (bueno, yo también) están en modo flexible, Dios nunca cambia. Su carácter sigue siendo el mismo. Él no hace promesas para luego cambiarlas.

Aun así, puede que no conozca los detalles de Su plan; es mi papel descubrir lo que se desarrolla y confiar en Él para lo que permanece invisible. Pero el sol saldrá mañana, las plantas crecerán y las montañas seguirán en pie. Él proveerá para mis necesidades, y tiene un amor infalible por mí, incluso cuando mi estado de ánimo y mi mente cambian como reacción a mis planes fallidos.

Tal vez ese sea el mensaje de mi agenda llena de tachones. Cada vez que me enfrento a la falta de confiabilidad de mis planes, puedo mirar hacia el cielo y agradecer a Dios por Su fiabilidad al entrelazar y llevar a cabo los planes de mi corazón, todo para Su beneficio y el mío también.

Debido a que Él es tan digno de confianza, puedo encontrar la confianza para hacer lo que nos instruye Proverbios 16:3 “Pon en manos del SEÑOR todas tus obras y tus proyectos se cumplirán.” Cada vez que mis planes se desvían, puedo estar tranquila y confiar en que Dios simplemente nos cambió de rumbo para poder encaminarnos en la nueva dirección que Él quiere que vayamos.

¿Acaba de comenzar tu día y tu agenda ya ha cambiado de lo que anticipabas? Respira profundamente y entrega tus actividades e intenciones al Señor. Deja que Él dirija tus pasos hacia lo que Él tiene planeado para ti hoy.

Señor, ahora mismo, te entrego las horas de mi día. Haré mis planes, pero los mantendré flexibles, esperando que Tú me guíes y cambies el rumbo como mejor te parezca. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Mateo 5:1-2, Cierto día, al ver que las multitudes se reunían, Jesús subió a la ladera de la montaña y se sentó. Sus discípulos se juntaron a su alrededor, y él comenzó a enseñarles. (NTV)

Las multitudes a menudo parecían interrumpir el flujo de trabajo de Jesús durante Sus años de ministerio, pero Él usó esos momentos de manera poderosa. Cuando las multitudes lo seguían buscando sanidad física en Mateo 5, se tomó el tiempo para enseñarles lo que llamamos el Sermón del Monte. En otra ocasión, demostró Su poder al alimentar a una multitud de 5.000 personas con el almuerzo como para un niño (Juan 6:5-13).

¿Cómo ha utilizado Dios un cambio en tu agenda para Su gloria? Compártelo con nosotras en los comentarios.

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