Devocionales

Cómo manejar las relaciones difíciles

Lysa TerKeurst 3 de noviembre de 2016
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. 1 Pedro 5:6 (NVI)

¿Sientes que a veces las relaciones interpersonales son difíciles de manejar? ¿Actualmente estás intentando descifrar alguna situación complicada, desordenada e impredecible?

A veces intento encontrar las palabras adecuadas para resolver una situación mediante el diálogo. Y aunque el platicarlo es bueno, a veces las conversaciones empiezan a dar tantas vueltas que ya ni quedan palabras productivas por decir. Y cuando esto sucede, es fácil querer darse por vencida. Pero he aprendido a callarme en lugar de rendirme.

Realmente el mejor remedio para situaciones complicadas es pasar tiempo en silencio. Distanciarme de toda la emoción, frustración, y agotamiento para sentarme calladamente con Jesús logra mucho más en desenredar una situación difícil que cualquier otra cosa que haya intentado. 

Aquí hay cinco cosas hermosas que pueden suceder en el silencio:

  1. Al humillarnos ante Dios, nos podemos sentir lo suficientemente protegidas. 

    En el ardor del caos, el ser humilde es lo que menos quiero. Lo que deseo es alzar mi voz y comprobar mi punto. He aprendido que tengo que salirme de la batalla y humildemente pedirle a Dios que hable verdad a mi corazón para que las cosas empiecen a tomar sentido. Jamás he tenido un problema con alguna relación en la cual yo no haya contribuido de alguna forma al asunto. Usualmente, esta contribución solo la puedo ver en el silencio. 

    1 Pedro 5:6a, “Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios…” (NVI).

  2. Dios nos elevará a un lugar más racional.

    Cuando estamos en la fogosidad de una relación complicada, las emociones desenfrenadas nos pueden hundir a un pozo de desesperanza. La única forma de escapar de la fosa es tomando la decisión de parar de cavar más profundo y volvernos a Dios en busca de una solución. 

    1 Pedro 5:6b, “…para que él los exalte a su debido tiempo” (NVI).

  3. Nuestra ansiedad se transforma en progreso.

    Podemos entregarle a Jesús nuestros corazones preocupados porque Él nos ama exactamente como somos y justo donde estamos. Y debido a que Su amor llega sin juicio, nos podemos sentir lo suficientemente seguras para humildemente admitir que necesitamos que Jesús trabaje en nosotras. El intentar arreglar a otra persona solo me producirá más ansiedad. El verdadero progreso sucede cuando permito que Jesús trabaje en mí.

    1 Pedro 5:7, “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes” (NVI).

  4. Vemos que el verdadero enemigo no es la persona con la cual estamos en conflicto.
     
    La verdad es que sí tenemos un enemigo, pero no somos las unas ni las otras. El verdadero culpable es Satanás y su influencia en mí y en la otra persona que me ha ofendido. Es difícil reconocer esto en el momento de furor. Mas en el silencio, estoy más consciente y puedo obtener una estrategia que me facilita el actuar y reaccionar de forma más controlada.

    1 Pedro 5:8-9a, “Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe…” (NVI).

  5. Puedo descansar segura de que Dios va a usar este conflicto para el bien - no importando los resultados. 

    Si yo empleo mi mejor esfuerzo para manejar este conflicto bien, puedo ser libre de la presión de lograr que todo salga perfecto. A veces las relaciones se fortalecen a través del conflicto. Pero en otras ocasiones, llegan a su final. Tengo que mantener mi enfoque en lo bueno de Dios que Él esta trabajando en mí y dejarle a Él los resultados porque yo no tengo control de las acciones de otros. 

    1 Pedro 5:10-11, Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables. A él sea el poder por los siglos de los siglos. Amén”. (NVI)

En última instancia, esta lucha puede ser utilizada por Dios para fortalecerme y mejorar mi capacidad para conllevar mis relaciones con otros. Si soy lo suficientemente humilde para recibir de Él en el silencio lo que Él me quiere enseñar a través de esto; sé que puedo descansar tranquilamente sin que importe el resultado.

Querido Señor, ayúdame a detener mis intentos de descifrar esta situación y ayúdame a sentarme un rato tranquila en el silencio contigo. Dios hazme más humilde. Muéstrame Tus pasos hacia la restauración. O muéstrame Tus pasos hacia una despedida saludable. Toma mi ansiedad y reemplázala con Tu paz, sabiduría y protección. En el Nombre de Jesús, Amén.

VERDAD PARA HOY

Efesios 6:12, Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. (NVI)

REFLEXIONA Y RESPONDE

Si estás atrapada en un conflicto con alguien, escribe una oración por esa persona. A veces nuestro corazón se ablanda y podemos ver nuevas posibilidades de restauración cuando oramos por alguien que nos frustra.

© 2016 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

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