Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza. Jeremías 29:11 (RVA-2015)
¿Alguna vez has atravesado por circunstancias difíciles que parecen ser interminables? ¿De las que requieren estar en un sufrimiento prolongado?
No deseo que las palabras “sufrimiento prolongado” sean parte de la historia de mi vida. Estas palabras significan demostrar paciencia a pesar de los problemas. Realmente no quiero tener problemas, y mucho menos por largos periodos de tiempo.
Estoy agradecida que el pasaje de Escritura que leemos hoy, nos ofrece ánimo para esas temporadas de la vida cuando no podemos soportar ni un segundo más de sufrimiento.
En Jeremías 29, los hijos de Israel reciben noticia de parte del profeta Jeremías que ellos estarán en cautiverio por 70 años bajo el dominio de Babilonia. Considera cuan largo son 70 años. Si hoy tuviéramos que ir a prisión por 70 años, para la mayoría de nosotras significaría morir en cautiverio. Setenta años se sienten como un tiempo demasiado largo, increiblemente injusto, y horriblemente difícil. Parecería toda una vida de sufrimiento sin ninguna esperanza.
Pero aquí vemos lo que Dios les dijo al Pueblo de Israel: "Cuando según mi dicho se cumplan setenta años para Babilonia, los visitaré con mi favor y les cumpliré mi buena promesa de hacerlos regresar a este lugar" Jeremías 29:10 (RVA-2015).
Y es en medio de este momento y ambiente que recibimos las promesas gloriosas y conocidas de Dios a las cuales me encanta aferrarme:
"Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza. Entonces me invocarán. Vendrán y orarán a mí, y yo los escucharé. Me buscarán y me hallarán, porque me buscarán con todo su corazón. Me dejaré hallar de ustedes...” Jeremías 29:11-14a (RVA-2015).
Dios está garantizando a Su pueblo que Sus pensamientos y Sus intenciones hacia ellos son fijos y establecidos. Sus planes son para el "bienestar" (šālôm) de ellos, y no de mal. Su promesa es segura y conlleva restauración.
Pero a la vez, Él les recuerda lo que deben hacer mientras esperan el cumplimiento de Su promesa. Ellos necesitan invocar a Dios. Necesitan buscarlo intencionalmente y de todo corazón.
Cuando buscamos a Dios, lo vemos. No vemos Su aspecto físico, pero Lo vemos obrar y comenzamos a ver las cosas desde Su perspectiva. Nuestra confianza aumenta. Si nuestros corazones están dispuestos a confiar en Dios, Él nos revelará más de Su perspectiva.
Si deseamos ver a Dios dentro de nuestras circunstancias y alcanzar a ver Su perspectiva, es necesario que Lo busquemos a Él, Su Palabra, y Sus caminos. Es ahí donde encontramos Sus planes buenos y Sus promesas de esperanza para nuestro futuro.
Si nos encontramos en una situación increiblemente decepcionante – un lugar donde no queremos estar - es fácil empezar a sentir que algunos planes de bienestar de Dios no se aplican a nosotras. Hasta podríamos llegar a pensar que de alguna manera nos caímos entre las rendijas de los planes buenos de Dios.
Pero la verdad es que Dios está más cerca de lo que solemos imaginar. Él puede ver las cosas que no alcanzamos a ver. Desde Su perspectiva, Él puede ver todas las cosas - el pasado, el presente y el futuro - desde el día en que fuimos concebidas hasta el día de nuestro último suspiro, y aún más allá a la eternidad. Él declara ser nuestro Rescatador. Él es quien nos sosténdrá. Y Él es más que suficiente para cumplir Sus planes. (Isaías 46:3-11)
Todo esto era verdad para los Israelitas. Y es verdad para nosotras.
Para los Israelitas, la noticia que estarían en cautiverio por 70 años era una realidad absoluta. Pero la verdad que Dios tenía un plan para su bienestar y no para daño, sino para darles un porvenir y una esperanza - esa promesa seguía en pie durante todo el tiempo de su cautiverio.
De esta manera nosotras también podemos confiar en Dios durante nuestra trayectoria de sufrimiento prolongado: teniendo una perspectiva elevada ante nuestra situación actual.
Clamemos a Él en medio de nuestro sufrimiento. Busquémos de Él con sinceridad, y pidámos que nos ayude a ver nuestras circunstancias a través de Su perspectiva de amor, en vez de verlas mediante una perspectiva de desilusión y decepción. Dios no se olvida de nosotras y nunca nos abandona. Nuestras temporadas de sufrimiento prolongado no nos parecerán tan largas ni dolorosas cuando sabemos que el propósito de Dios es usar cada segundo de nuestro sufrimiento para bien.
Dios Padre, gracias por recordarme que puedo confiar en Ti en la espera. Sé que puedo entregarte cada etapa de mi vida y dejarla en Tus manos. En el Nombre de Jesús, Amén.
VERDAD PARA HOY
Isaías 46:4, Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré. (NVI)
REFLEXIONA Y RESPONDE
¿Has estado viendo tu vida a través de una perspectiva de desilusión, ó mediante la perspectiva del amor de Dios? En esta semana, ¿cómo transformarás tu perspectiva al pensar en la bondad de Dios? Únete a nuestra conversación aquí.
© 2019 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.