Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. ‭‭2 Corintios‬ ‭12:9‬ (‭NVI)

«Si es así la manera en que Dios ama, entonces yo no quiero nada de eso», me dijo una amiga mientras estaba sentada conmigo en un café.

Ella había experimentado una larga temporada de dificultades que la habían dejado desalentada y desilusionada con Dios. «Soy una buena persona», ella razonó. «Trato de vivir mi vida correctamente».

Sus declaraciones expresaron el sentimiento de la vieja pregunta: "Si Dios es amoroso, ¿por qué permite que le sucedan cosas malas a la gente buena”? Me identificaba con la pregunta. Yo también había experimentado temporadas difíciles, no una o dos, sino varias veces en mi vida.

En esos momentos, yo me sentía tentada a dudar del amor de Dios. Esto es porque yo, como mi amiga, erróneamente había igualado el amor de Dios con una vida libre de problemas. Aunque este tipo de vida no existe, existe una fuerte tentación de asumir que si adoras, sirves y amas a Dios, tu vida no tendrá problemas.

Cuando miramos a los hombres y las mujeres de la Biblia, nos damos cuenta de que el amor de Dios es constante en medio de dificultades. Vemos esto cuando examinamos la vida de Pablo: Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo (‭‭2 Corintios‬ ‭12:8-9‬, ‭NVI‬‬).

Pablo, un siervo valiente de Dios, hizo una petición desesperada de resolución no una, sino tres veces, sin embargo se le negó. La Escritura no indica la fuente del malestar de Pablo, pero sabemos que fue atormentado por ello. Pablo tenía todas las razones para cuestionar el amor de Dios porque su vida era cualquier cosa menos libre de problemas.

Al servir y amar a Dios, experimentó rechazo, apedreamiento, naufragios y persecución extrema. Pudo haber sido tentado a sentirse no amado por el mismo Dios al que tenía el propósito de servir. De Pablo, sin embargo, aprendemos que el amor de Dios se ve en la gracia suficiente que nos brinda en medio de nuestros tiempos de dificultad.

En hebreo, la palabra gracia se traduce como "bondad amorosa" o "el favor del Señor". A partir de esta sola palabra, Dios extiende Su favor hacia la humanidad, demostrando cómo se inclina a estar cerca de nosotros. Cuando experimentamos temporadas de dificultad, podemos buscar seguridad en el refugio de la gracia de Dios.

Aunque la tentación de igualar el amor de Dios con la ausencia de problemas puede perdurar, podemos elegir cambiar nuestra atención a Su favor incomparable y amorosa bondad. Esta gracia nos indica continuamente que Dios nos ama profundamente, independientemente de lo que experimentemos en la vida. Lo que Él permite puede ser la misma herramienta que utiliza para acercarnos a Él. Si te encuentras en medio de una temporada difícil, recuerda la gracia sustentadora de Dios que habla de Su gran amor por ti.

Querido Dios, cuando me enfrente a temporadas de dificultad, ayúdame por favor a ver Tu gracia como recordatorio de Tu gran amor por mí. En el Nombre de Jesús, Amén.

VERDAD PARA HOY

Daniel 10:19, Al tiempo que me decía: “¡La paz sea contigo, hombre altamente estimado! ¡Cobra ánimo, no tengas miedo! »Mientras él me hablaba, yo fui recobrando el ánimo y le dije: “Ya que me has reanimado, ¡háblame, Señor!” (NVI)

REFLEXIONA Y RESPONDE

¿Cómo has visto la gracia suficiente de Dios en tu vida? ¿De qué manera Su gracia te ha recordado de Su amor por ti? ¡Comparte tus pensamientos en nuestra sección de comentarios!

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