En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán. Isaías 40:31 (NTV)

Hay algunas etapas de la vida que nos hacen sentir como si estuviéramos cayendo más que volando.

Perder a mi mamá, mi único hermano, mi último abuelo vivo y nuestro caballo familiar en un lapso de dos años definitivamente me dejó una sensación persistente de que me estaba cayendo una y otra vez.

Todo eso no parecía justo. No parecía creíble. No parecía que podría suceder tanta pérdida en tan poco tiempo. Y con razón, me hizo sentir que la próxima pérdida siempre estaba a la vuelta de la esquina.

Me sentí atrapada en el desánimo y la destrucción, como si fuera imposible levantarme de todos los sentimientos de derrota con los que estaba luchando.

Supongo que tú también has vivido por una etapa, ya sea larga o corta, que te hizo sentir que sería difícil volver a levantarte.

A veces nos preguntamos si nuestro dolor, las desilusiones o fracasos nos han llevado al punto de no retorno. Es por eso que el versículo clave de hoy se ha convertido en mi ancla para los días por venir.

Si lo leemos en el contexto de todo el capítulo de Isaías 40, el versículo 31 es realmente donde vemos el poder y la promesa: pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.

En este capítulo, Isaías está hablando con personas que están experimentando una angustia extrema por una variedad de razones.

Las etapas de caída resaltan estos sentimientos de angustia.

A través de todo este capítulo, Isaías recuerda a sus oyentes que Dios está a cargo de todo. Pero también los desafía a luchar con sus dudas, pecados, miedos y preguntas.

Las etapas difíciles traen preguntas. Y el hecho de tener preguntas no significa necesariamente que estamos cuestionando a Dios.

Después de leer este capítulo en una postura aleccionadora de la realidad de la vida, llegué al versículo 31. A través de las palabras de Isaías, recuerdo que nuestro Dios es real, increíblemente fuerte y más grande de lo que cualquier etapa de angustia pueda traer.

Él crea un camino para que nosotras subamos más alto, o como dice este versículo, "voláramos", en medio de todo.

¿Cómo?

Esperar en confianza que Dios nos fortalezca en medio de nuestro dolor.

Pero esto no es necesariamente un movimiento de estar quieta.

Es un espacio donde llenamos nuestro tiempo con adoración en lugar de preocupación. Es cuando simplemente oramos Sus promesas cuando nuestras palabras son difíciles de encontrar en la oración. Y así es como rechazamos nuestras dudas llenas de angustia con la realidad de quién es nuestro Dios.

Todas estas cosas pueden ayudarnos a levantarnos cuando las pruebas de este mundo intentan mantenernos deprimidas. Y un día, podremos mirar hacia atrás a nuestras etapas de caída y ver al Dios que nos ayudó a levantarnos, una y otra vez.

Cada día, cuando mi corazón empieza a doler por la pérdida que he experimentado, abro Isaías 40:31 y dejo que esta promesa de Dios me ayude a levantarme.

Dios hará lo mismo por ti. Espera en confianza. En medio de la preocupación, alaba al Señor. Recuerda quién es tu Dios. Y te encontrarás experimentando una fuerza para seguir adelante que solo puede venir del trono del cielo.

Amado Dios, gracias por encontrarme en mis momentos más oscuros. Ayúdame a seguir encontrando fuerza en la confianza que tengo en quien eres. En el Nombre de Jesús, Amén.

VERDAD PARA HOY

2 Corintios 4:8, Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación. (NTV)

Salmos 84:7, Irán de poder en poder y verán a Dios en Sion. (NVI)

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¿Qué otros versículos te ayudarán a anclar tu fuerza en Dios cuando sientas que te estás cayendo?

© 2020 por Nicki Koziarz. Derechos reservados.