«Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Mateo 11:28 (NVI)

Ansiosamente contemplaba a mi primogénito en su cuna; llevaba ya varios días luchando con un resfriado y me preocupaba el sonido de su respiración congestionada.

Aunque parecía que estaba recuperándose y volviendo a sonreír, yo sentía una responsabilidad abrumadora de vigilarlo de cerca.

A sugerencia del pediatra, lo mantenía incorporado y lo miraba como una mamá osa protegiendo a su cachorro.

Mientras esperaba, su respiración volvió a la normalidad, pero en lugar de paz, yo sentía una descarga de adrenalina. Me encontraba acercándome a su nariz para asegurarme que realmente respiraba.

Al verlo mejor, me hice a un lado y suspiré de alivio, y fue entonces cuando recibí un recordatorio de Dios: tú no lo estás manteniendo vivo.

En ese momento me liberé de esa carga, la cual ignoraba que llevaba, y luego acepté mi necesidad y deseo de descanso.

Lo que pensaba que era mi sentido de responsabilidad por la vida de mi hijo, no era más que el temor a lo desconocido. Era el temor que me hizo inventar horribles posibilidades, lo cual quitaba mi enfoque de la verdad sobre quién es Dios y de lo que Él es capaz.

Estaba allí para cuidar a mi hijo, pero no era yo quien sostenía su vida. Ese rol le pertenecía solamente a Dios.

Cuando mis miedos e inquietudes me colocan en una posición para la cual no fui diseñada, le niego la entrada a la presencia de Aquel que diseñó a mi hijo y a mí.

Jesús ofrece una oportunidad en Mateo 11:28, Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Es una oportunidad de rendirme y recibir el descanso que mi mente, cuerpo y espíritu necesitan desesperadamente. Y tú puedes hacer lo mismo.

Si estás cansada y agobiada porque llevas cargas que son destinadas solamente para las manos del Todopoderoso, sabes que puedes regresar a Dios en cualquier momento y experimentar inmediatamente el descanso que necesitas.

Él te aliviará de las decepciones, dudas y angustias que hayas experimentado, y Su amor inquebrantable te hará descansar.

Amiga, Él es digno de confianza y cuidará de ti no importa por lo que estés pasando.

Es hora de dejar de frecuentar tus miedos y gravitar sobre tus responsabilidades. Entrégale todo a Dios, para que Él pueda darte el descanso que necesitas.

El Roi, gracias por ser el Dios que me ve. Conoces mis luchas, incluso cuando yo misma no puedo reconocerlas dentro de mí. Revélame las áreas de mi vida que necesito entregarte - porque de verdaderamente, eres digno de mi fe, y necesito el descanso que solo se puede encontrar en Tí. En el Nombre de Jesús, Amén.

VERDAD PARA HOY

Salmos 91:1, El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. (NVI)

RECURSOS ADICIONALES

¿Quieres aprender más sobre el tipo de descanso y paz que solo Dios puede proporcionar? Lee los siguientes devocionales escritos por mujeres que han recorrido el mismo camino que tú:

Una madre cansada puede ser la más influyente, por September McCarthy

A dónde correr si estás abrumada, por Jennifer Rothschild

No hace falta una cinta métrica, por Kim McGovern

REFLEXIONA Y RESPONDE

El identificar formas en las que estás contribuyendo a tus propias cargas y cansancio es el camino hacia la sanidad y la recuperación de la libertad y el descanso que Dios ofrece. 

¿Cuál aspecto de tu vida necesitas confiarle a Dios para poder descansar? ¡Comparte con nosotras en la sección de comentarios!

© 2020 por Tracie Braylock. Derechos reservados.