Devocionales

El otro lado del porqué

Sharon Jaynes 16 de febrero de 2021
De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Job‬ 42:5‬ (NVI‬‬)‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

Mi hijo, Steven, y yo nos sentamos en el suelo de su habitación a jugar cartas. Este verano estaba resultando ser el mejor de todos. Ginger, nuestro golden retriever, acababa de dar a luz a siete adorables cachorros. Steven estaba disfrutando de su sexto verano de vida, y después de cuatro años de pruebas de embarazo negativas, Dios nos había sorprendido con una nueva vida creciendo dentro de mi vientre.

Pero mientras Steven y yo nos sentábamos con las piernas cruzadas en la alfombra, sentí que algo estaba mal. Un viaje al baño confirmó mis mayores temores. Luego esa tarde, el doctor expresó las palabras graves, «No hay latidos del corazón».

¿Qué haces cuando el sufrimiento destroza el gozo? ¿Cuando tu alma se abre y no hay suficientes lágrimas? ¿Cuando el dolor te roba la esperanza y quieres renunciar a la vida? ¿Cuando las profundas lesiones del alma se burlan de tu fe?

Ojalá pudiera decirte que salí de la consulta del médico citando Romanos 8:28 sobre cómo “todas las cosas cooperan para bien” (LBLA). Ojalá pudiera decirte que acepté calmadamente la pérdida de mi bebé con fe, confiando en que incluso esto era de alguna manera parte del plan de Dios. Desearía poder decirte que pasé el resto del día cantando “Estoy bien con mi Dios”. Pero no hice ninguna de esas cosas.

Me fui a casa, me metí en la cama y puse las mantas sobre mi vientre vacío y mi corazón quebrantado. No quería hablar con nadie, ni siquiera quería hablar con Dios. Y lo que sí le dije no fue muy agradable.

«¿Cómo pudiste hacerme esto? Si así es como tratas a los que amas, ¡entonces olvídalo! ¡Respondiste a mi oración sólo para retractarte! ¿Por qué yo? ¿Por qué esto? ¿Por qué ahora?»

Job era un hombre de la Biblia que también tenía muchas preguntas para Dios. En un día, sus enemigos mataron a todos menos a un puñado de sus sirvientes y robaron todas las 11,000 cabezas de ganado. Luego un fuerte viento derrumbó la casa de su hijo y mató a los 10 hijos de Job. Pero si conocemos la historia, sabemos cómo termina todo: El Señor no sólo restauró lo que Job había perdido, sino que “le dio dos veces más de lo que antes tenía” (Job 42:10b, NIV).

Pero ¿puedes imaginarte cómo fue vivirlo en tiempo real? Job estaba atrapado en una mala historia, y no veía ningún fin a la vista. No tenía idea de por qué estaba sucediendo. No sabía que Dios le daría el doble de lo que tenía antes. Todo lo que conocía era pérdida, decepción y dolor. Puede que sea ahí donde estás ahora, atrapada en una historia que no te gusta. ¡Pero espera! La pluma de Dios no ha resbalado. Él todavía tiene el control. Hay más por venir.

En la historia de Job, mi línea favorita viene al final. Job le dice a Dios: “De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos.” (Job‬ 42:5‬, NVI) Esa es mi oración en cada circunstancia difícil de la vida. No quiero simplemente oír hablar acerca de Dios; quiero ver a Dios y tener comunión con Él en medio de todo.

En ocasiones, tenemos que dejar de lado nuestros planes para apoderarnos del propósito de Dios... y siempre es bueno. Mi capítulo de la infertilidad y la pérdida de un bebé no terminó con una casa llena de niños, pero aún puedo decir que tuvo un buen final. Dios me ha hecho fértil en muchas otras áreas, y no cambiaría nada. Cuando las mujeres vienen a mí tratando de encontrarle sentido a las decepciones de sus vidas, puedo decir, “Ven, siéntate conmigo. Déjame contarte una historia”.

Y sé que Él puede hacer eso por ti.

Señor, hay algunas partes de mi historia que todavía me duelen, y tal vez ese dolor nunca desaparezca por completo. Sin embargo, sé que puedes usar cada lágrima para regar las semillas de esperanza en la vida de otra persona. Te entrego mi dolor, y espero con las manos abiertas Tu propósito de cómo usar mi historia para ayudar a alguien más. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Deuteronomio 32:4, Él es la Roca, sus obras son perfectas, y todos sus caminos son justos. Dios es fiel; no practica la injusticia. Él es recto y justo. (NIV)

Recursos Adicionales

Si no te gusta tu historia, mira la historia más grande de Dios para las mujeres. Acoge  el llamado de Dios para tu vida con el libro de Sharon Jaynes, Mujer, ¿qué piensa Dios de ti?. Jaynes te empoderará con historias de mujeres fuertes que intervinieron en la gran narrativa de Jesús.

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¿Cuál es un capítulo difícil de tu vida que sientes que Dios te está llamando a compartir con las demás? Deja un comentario y charlemos.

© 2021 por Sharon Jaynes. All rights reserved.

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

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