Meditaré en Tus preceptos, Y consideraré Tus caminos. Me deleitaré en Tus estatutos, Y no olvidaré Tu palabra. Salmo 119:15-16 (NBLA)

Sin mi permiso, la ansiedad me despertó con sobresalto. Las presiones de la vida cotidiana empujaron la paz de mi alma hacia un pánico frenético.

Mis pensamientos se convirtieron en “¿qué pasaría sí?” y “¿ahora qué?”, y la esperanza de una noche tranquila de descanso parecía un sueño lejano. No quise estar ansiosa pero no tenía ninguna idea de cómo poder vivir la paz que Dios me prometió.

Esta no fue la primera vez que la ansiedad había empujado e intentaba desafiar la paz que es mía en Cristo Jesús. Puedo recordar las incontables veces cuando los pensamientos turbados y un frenesí de preguntas me llevaron a un callejón de temores sin salida.

Solía pensar que era la única cristiana que seguía cayéndome en un pozo de ansiedad una y otra vez. Mientras el mundo a mi alrededor seguía hacia delante sin ninguna preocupación, yo fingía que todo iba bien, aunque el mundo dentro de mí se desmoronaba. Satanás sabía que, esta mentira, que todo iba bien, era precisamente la mentira que me iba a dificultar acoger la libertad y plenitud en Jesús. Yo creí esta mentira hasta el día en que Dios me mostró la pieza que faltaba para mi paz.

En el Salmo 119:15-16, el salmista escribió una resolución de llenar su mente con la Verdad de la Palabra de Dios por medio de la disciplina de la meditación. El significado de la palabra meditar en este pasaje es reflexionar, considerar o estudiar. La meditación bíblica es un acto constante y continuo de llenar tu mente con la Palabra de Dios, reflexionando y meditando sobre su Verdad. Mientras reflexionamos profundamente en la Palabra de Dios, la Palabra empieza a arraigarse en nuestras almas, formando parte de nuestro pensamiento, creencia y conocimiento.

¿Sabías que muchas de nosotras pasamos nuestros días meditando sobre pensamientos negativos? No solo son pensamientos negativos, sino repetitivos. En lo que meditamos, eso dicta nuestras reacciones o respuestas y se convierte en las historias de nuestras vidas. Cuando estamos estancadas en un ciclo de pensamientos repetitivos y negativos, no podemos encontrar la paz.

Pero Dios no nos ha dejado sin esperanza. Él nos ha dado el poder de Su Palabra Viva para detener el ciclo cuando filtramos cada pensamiento a través de Sus promesas (Hebreos 4:12). En lugar de permitir que los pensamientos negativos que chocan con la Verdad de la Palabra de Dios se repitan constantemente en nuestras mentes, podemos unirnos al salmista en decidir llenar nuestras mentes de la Verdad.

Ahora, cuando se presiona el botón de la preocupación, lo que se reproduce en el registro de nuestras almas es una melodía tranquilizadora de las promesas de Dios. Los pensamientos llenos de preocupaciones llegarán y desaparecerán, pero la Palabra de Dios nunca cambia, sin embargo, siempre nos cambia. Si queremos encontrar la libertad que Jesús vino a dar, necesitamos conocer la Palabra de Dios a fondo, dejando que nos sature, hasta en lo más oculto de nuestras almas (Salmo 119:11, Juan 8:32).

Intentar vivir una vida llena del Espíritu y abundante en Cristo separadas de la saturación de nuestras almas en Su Palabra, es como intentar armar un rompecabezas que le faltan varias piezas. No importa desde qué ángulo lo contemplas, la imagen nunca está completa. La pieza que falta a nuestra paz es un consumo constante de la Verdad. Cuando la Palabra de Dios se convierte en el filtro por el que vemos toda la vida, incluyendo cada “¿qué pasaría sí?” que amenaza con cambiar nuestra paz en pánico, entonces, las promesas de Dios se convierten en nuestro descanso.

Señor, somos indefensas sin Tu ayuda, viviendo una vida seca mientras nos sentamos en el fondo de un pozo de ansiedad. Tu Palabra llega a esas profundidades y nos levanta para que podamos cantar una nueva canción. Derriba nuestros pensamientos negativos y repetitivos y arraiga nuestras almas en Tus Verdades que nunca cambian, pero siempre nos transforman. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Isaías 26:3, ¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti, a todos los que concentran en ti sus pensamientos! (NTV)

Salmo 19:14, Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, Roca mía y Redentor mío. (RVA-2015)

Como devocional patrocinado, las dos secciones siguientes pueden contener enlaces de contenido solo en inglés.

Recursos Adicionales

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Reflexiona y responde

Haz un inventario hoy de tus pensamientos. ¿Qué pensamientos son opuestos a La Palabra de Dios? Anota las Verdades en las cuales puedes meditar para poder luchar contra el miedo y la preocupación. Y comparte tus pensamientos en los comentarios hoy.

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