Devocionales

Mi reflejo

Misty Arterburn 16 de noviembre de 2022
Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. Santiago‬ ‭1:23-24‬ (‭NTV‬)

Me miré en el espejo esta mañana. Revisé mis dientes, me apliqué el lápiz labial. Mi peinado había quedado perfecto; mi ropa muy bien puesta. Estaba lista para emprender mi día.

Tal vez no parezca mucho, pero los rituales matutinos, como hacer ejercicio, abrazar y llevar a mis hijos a la escuela, desayunar, y bañarme, son vivificantes para mí. Especialmente cuando los realizo con gratitud e intencionadamente.

Mirarme en el espejo es parte de mi ritual. De hecho, es una parte verdaderamente importante. Y no se trata de aplicarme el lápiz labial.

Cuando miro al espejo, ¿qué veo? ¿Estoy reflejando la imagen de mi Padre hoy? ¿Son la compasión e integridad mis características más prominentes que me asemejan a Jesús? ¿Pueden ver los demás al Espíritu Santo en mis ojos, como un reflejo de mi alma?

Aún en una mañana hermosa como la de hoy, no doy el grado.

Aunque conozco y escucho la Palabra de Dios, no siempre hago lo que dice. Santiago lo compara a olvidar inmediatamente cómo luce tu reflejo después de alejarte del espejo:

No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia (Santiago 1:22-25, NTV, énfasis añadido).

La persona que quiero ser, es aquella que confío que Dios la levantará constantemente. Y por otro lado existe la persona que parece haber perfeccionado el arte del autosabotaje, como dice Pablo en Romanos 7:15.

Como hoy, por ejemplo, en lugar de respirar toda la bondad de Dios y tener un desborde de libertad, paz y amor a aquellos a mi alrededor, me doy cuenta que estoy arrastrando resentimientos fuertes. Me estoy lamentando y arrepintiendo de decisiones pasadas que tomé. Me estoy preparando para los posibles peligros por venir.

Esta no es exactamente la persona que yo aspiro a encontrar cuando me miro al espejo.

Quiero unos labios hermosos, el tipo de labios que sonríen y besan una rodilla raspada y hablan con consideración. El tipo de labios que confiesan y piden perdón.

Quiero brazos fuertes, no para arrastrar resentimientos sino para levantar a otros de la misma forma que yo he sido levantada tantas veces — brazos que abrazan y se entrelazan con otros a través de pruebas compartidas en lugar de prepararse para el impacto.

Quiero los zapatos más espectaculares, de esos que caminan la milla extra por un amigo en necesidad. Y pies que se apresuran a hacer lo que es correcto, sabio y bueno, nunca lo malo. Del tipo que traen buenas noticias (Isaías 52:7).

Quiero mirarme al espejo y ver lo que Dios ve, no el desastre que a menudo veo. Lo que Él ve, Su hija amada y maravillosa (Salmos 139:14).

Mi Padre quiere lo mejor para mí y ve lo mejor en mí. Él ve mi potencial al mismo tiempo que mi estado actual. Cuando me caigo como una niña pequeña aprendiendo a caminar, Él me alienta, recompensando mi esfuerzo y animándome a seguir adelante. Cuando hago una rabieta desafiante, Él me dice que probablemente es momento de tomar una siesta. Algunas veces debo cumplir un tiempo aparte para reflexionar sobre mis acciones o incluso sufrir una consecuencia, pero es por mi propio bien y también es un reinicio muy necesario.

Dios es Quien hace crecer. Mi tarea es escuchar y obedecer. Mientras yo haga mi parte, Él hará la Suya. Regresaré al espejo y tal vez comience a notar que, a medida que crezco, cada día me parezco un poco más a Él. Que eso sea verdad para todas nosotras.

Mi Padre, gracias por ser mi Padre. Cuando me miro a mí misma, quiero verte a Ti. ¡Quiero ser Tu imagen viva! Seguiré practicando lo que significa escuchar y obedecer. Sigue haciéndome crecer de tal forma que te refleje más cada día. En el Nombre de Jesús, Amén.

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1 Corintios 13:12, Ahora vemos todo de manera imperfecta, como reflejos desconcertantes, pero luego veremos todo con perfecta claridad. Todo lo que ahora conozco es parcial e incompleto, pero luego conoceré todo por completo, tal como Dios ya me conoce a mí completamente. (NTV)

¡Dios nos conoce por completo! ¿Cómo quiere Dios aclarar tu visión hoy, para que lleves a cabo Su obra en el mundo más plenamente llena de Su poder?

© 2022 por Misty Arterburn. Todos los derechos reservados.

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