Devocionales

¿Y si tus limitaciones más grandes son… un regalo?

Sara Hagerty 6 de mayo de 2024
El SEÑOR es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. Las cuerdas me cayeron en lugares agradables; En verdad es hermosa la herencia que me ha tocado. Salmo 16:5-6 (NBLA)

Todas las tenemos. Muchas de nosotras mantenemos una lista actualizada de aquellas cosas que están lejos de nuestro alcance. Anhelamos el momento en que…

el bebé finalmente dormirá toda la noche…
la posibilidad de un nuevo trabajo significa que no estarías tan apretada de dinero…
el tratamiento más nuevo curará aquello que nos está enfermando…
esa relación familiar complicada mejorará…

Cuando fantaseamos de cuándo cambiarán estas cosas, resentimos sutilmente nuestras limitaciones. Despreciamos la herida, la lista creciente de deudas por pagar y las necesidades únicas en nuestro hogar que nos desaceleran el ritmo que deseáramos mantener. Trabajamos intensamente (muchas veces subconscientemente) para superar las limitaciones.

No es de extrañarse que estemos tan cansadas.

Versículos como el Salmo 16:6, el cual nos dice: “las cuerdas me cayeron en lugares agradables”, se sienten distantes y lejos de nuestro alcance cuando nos sentimos mal pagadas, exhaustas y llenas de responsabilidades pero sedientas en nuestros corazones.

Hace varios años, llegué a apreciar este versículo de una nueva manera durante unas vacaciones familiares.

Cada verano, mi familia de nueve miembros atravesamos el país por dos días en auto para hundir los dedos de nuestros pies en la arena y llenar nuestros pulmones del aire salado del mar junto a primos, tías, tíos y Nana.

Un año en particular, después de nuestra llegada, me metí en la cama enferma y casi no salí de la habitación durante el resto de las vacaciones. Desde la cama escuché historias y vi fotografías de los días en la playa, pero no las viví con mi familia.

Pasé días en este lugar limitado, viendo a los demás alrededor de mí vivir lo que yo no podía hacer. Resentía mis limitaciones hasta que finalmente escuché una sutil invitación de Dios. Él me pidió que considerara que los sueños que tenía para mi vida, para esas vacaciones y para mi diario vivir, quizá no eran lo que Él tenía preparado para mí.

En el Salmo 16:5, David dice: “Tú sustentas mi suerte”. Este versículo pasó de ser sólo palabras en una página a algo escrito en mi vida: Dios tiene algo nuevo para mí cada día, incluso en los más limitados.

Confinada a mi cama mientras los demás disfrutaban de la playa, Dios me regaló varios susurros que aún resuenan en mi cabeza y atraviesan mis limitaciones hoy. Él se encontró conmigo ahí. En esos momentos me encontraba desolada, enferma en mi habitación… pero estaba sostenida por Él.

De todos los años de viajes a la playa, ése fue uno de los más significativos debido al encuentro con el Dios que sustenta mi suerte. Ese año no caminé en la playa durante horas, pero me encontré con Dios, Aquel que hizo el océano.

A diario, a cada hora, con frecuencia vivo como si supiera lo que es mejor para mí, y sueño despierta con ese fin. Mientras tanto, Dios está permitiendo tales limitaciones en mi vida para que las partes más profundas de mí crezcan creyendo que: “es hermosa la herencia que me ha tocado” (Salmo 16:6).

¿Será que tus limitaciones te están acercando poco a poco a un encuentro con Él?

Dios, gracias por acompañarnos dentro de nuestros límites, dentro de nuestro cansancio, tristeza, agobio y tenemos sueños aún no realizados. Ayúdanos a verte correctamente en medio de nuestras limitaciones. En el Nombre de Jesús, Amén.

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2 Corintios 12:9, Y Él me ha dicho: «Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. (NBLA)

Enumera dos o tres limitaciones que te vienen a la mente al leer este devocional. ¿Cómo has visto esas limitaciones en tu vida? ¿Cómo sería para ti si en su lugar las vieras como restricciones que Dios está permitiendo para que Él pueda alcanzar las partes más profundas de tu corazón y de tu vida? ¡Nos encantaría saber lo que piensas en los comentarios!

© 2024 por Sara Hagerty. Todos los derechos reservados.

Proverbs 31 Ministries agradece a Zondervan por patrocinar el devocional de hoy.

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