Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen un corazón perfecto para con él. Locamente has procedido en esto; por eso de aquí en adelante habrá más guerra contra ti. 2 Crónicas 16:9 (RVR1995)

Tratar de tener el control sobre tu propia vida es agotador.

Pregúntame cómo lo sé.

Yo digo que creo en Dios con mi boca, pero en realidad, me siento abrumada tratando de solucionar y tener el control sobre todas las cosas por mí misma. Mi confianza en Dios se vuelve entonces en nada más que una declaración que creo debo decir, en lugar de lo que realmente estoy viviendo.

La desconfianza se instala. La autosuficiencia se convierte en mi opción. Y luego me pregunto por qué me siento cada vez más exhausta.

Si te identificas con estas confesiones, hay unos pasajes bíblicos específicos que me gustaría revisáramos juntas el día de hoy.

2 de Crónicas 16 es el último de tres capítulos que relatan la historia de Asa, rey de Judá. Sin embargo, lamentablemente, este capítulo contrasta fuertemente con los dos anteriores.

En 2 de Crónicas 14 y 15, vemos cómo Dios le dio a Asa una “paz con sus vecinos” por su dependencia en el Señor (NVI). Dios incluso le concede la victoria frente a un ejército masivo. Luego, en el capítulo 16 cuando el rey Asa se encuentra a sí mismo en un conflicto con el rey Basa de Israel, Asa tiene un cambio repentino y sorprendente en su comportamiento. En vez de implorar a Dios como lo había hecho antes, Asa inmediatamente recurre a sus propios medios para abordar la situación, haciendo un mal uso de los tesoros del templo y colocando su esperanza en una imprudente alianza militar.

¿El resultado final? Inquietud para Asa y su pueblo. Este rey cuya fe significó la victoria en el pasado, le abre la puerta a batallas en su futuro porque se niega a confiar en Dios en el presente.

Encuentro esta historia convincente, edificante e importante para prestarle atención. Tal como Asa, nuestras declaraciones de fe pasadas no son garantía de que confiaremos en Dios en el futuro. La fe es una elección presente, es una decisión continua para cada creyente.

Es por esto que quisiera que revisáramos dos verdades presentes en 2 de Crónicas 16 que nos ayudarán a escoger continuamente creer en Dios, no sólo con nuestras palabras pero también con nuestros actos:

1) Dios no está cegado ante nuestras circunstancias ni a nuestras elecciones de confiar en Él.

Cuando la vida se vuelve difícil podemos preguntarnos muchas veces si Dios está cegado ante todo lo que estamos atravesando.

Pero hay un hermoso recordatorio escondido en las palabras que el profeta Hanani le dice a Asa en 2 de Crónicas 16:9a, Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen un corazón perfecto para con él. (RVR1960)

Servimos a un Dios que ve, Él es omnisciente, omnipresente, quien está continuamente al tanto de cada detalle de nuestras vidas. Y no solamente Dios está al tanto sino que también está buscando personas que estén dispuestas a poner de todo corazón su confianza en Él.

2) Dios ha sido fiel antes y será fiel de nuevo.

Me pregunto ¿cómo habría sido el futuro de Asa si el se hubiese detenido a recordar la fidelidad que Dios tuvo con él en el pasado?

El miedo nos hace olvidar. Es por esta razón que tenemos que mirar a nuestro pasado para recordar las maneras en que Dios ha fielmente obrado en nuestras vidas. En Hebreos 10:35-36 vemos esta verdad no sólo si miramos hacia atrás en nuestras propias vidas, sino también cuando leemos la historia de la fidelidad de Dios entretejida en toda la Escritura.

Ay, amigas, ¿hay alguna área en nuestra vida donde no sólo estamos invitando el agotamiento, sino una posible destrucción porque nos negamos a confiar en Dios? ¿Acaso nuestras acciones frenéticas y controladoras no coinciden con nuestras declaraciones llenas de fe?

No declaremos solamente que tenemos fe. Vivamos en voz alta creyendo que Dios es bueno, fiel y confiable. Dejemos de correr arreglando cosas a nuestra manera para que podamos parar y fijar nuestros ojos en Dios. (Isaías 26:3)

Él ve. Él sabe. A Él le importa. Podemos descansar estando seguras de estas verdades.

Dios Padre, confieso que a veces me olvido de recordar tu fidelidad del pasado, especialmente cuando me siento abrumada con cosas impredecibles del hoy. Recuérdame que no solamente Tú me ves sino que Tú me amas. No sé exactamente lo que el mañana me vaya a traer, pero sí sé en quien me fijaré — en ti Señor — cuyo amor nunca falla y cuya mano es el lugar más seguro para confiar mi esperanza. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Salmo 111:7, Las obras de sus manos son verdad y juicio; fieles son todos sus mandamientos. (RVR1995)

Salmo 71:3, Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza. (RVR1995)

Las dos secciones siguientes contienen enlaces de contenido sólo en inglés.

Recursos Adicionales

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