«Tú eres el Dios que me ve». También dijo: «¿De verdad he visto a Aquel que me ve?». Génesis 16:13b (NTV)

Recibí el mensaje de texto largo y lo leí lentamente. Luego lo leí de nuevo. Ella me acusaba de decir cosas que nunca dije. Ella asumía que las palabras que yo había escrito en las redes sociales eran sobre ella cuando no lo eran.

Me senté sorprendida.

Ella no quería reunirse conmigo ni hablarlo. Estaba poniéndole fin a nuestra amistad por completo y pidiéndome que nunca la volviera a contactar.

Un grito de injusticia surgió dentro de mí. Me sentí mal entendida. Quería llamar a una amiga para "desahogarme", pero sabía que necesitaba dejar pasar un tiempo antes de hacer algo que probablemente caería en la categoría de chismes.

«¿Ves esto, Dios?», murmuré en voz alta mientras esperaba a mi hija, sentada en mi camioneta en el estacionamiento de la escuela. Sabía la respuesta. Se llama El Roi, el Dios que me ve.

El Señor reveló este nombre a una mujer llamada Agar en la Biblia. Ella era una sirvienta egipcia que trabajaba para una mujer estéril llamada Saray. Saray decidió tener un hijo pidiéndole a su esposo que se acostara con Agar. Saray luego maltrató a Agar mientras estaba embarazada, hasta el punto de que ella se escapó al desierto.

Entiendo el impulso de Agar de huir. Lo he sentido muchas veces. Pero a través del nombre El Roi, descubrimos que en nuestros momentos más bajos, alguien nos ve. Dios ve nuestro dolor. Él escucha nuestros gritos.

Después de que el Señor envió un ángel para animar a Agar, encontramos estas palabras: A partir de entonces, Agar utilizó otro nombre para referirse al Señor, quien le había hablado. Ella dijo: «Tú eres el Dios que me ve». También dijo: «¿De verdad he visto a Aquel que me ve?» (Génesis 16:13).

Nunca estamos solas porque servimos a un Dios que nos ve. Podemos descansar sabiendo que Dios nunca es inconsciente de lo que estamos pasando. El Roi vio a Agar, pero no prometió una solución rápida a todos sus problemas. Él nos ve, pero también ve el panorama más amplio fuera de las limitaciones del tiempo.

A veces Dios nos llama a poner un límite y alejarnos de abuso o maltrato. A veces, otros establecen los límites, y una relación que quisiéramos mantener se termina. En otras situaciones, Dios nos llama a mantenernos en la lucha. Él nos pide que perseveremos en un matrimonio difícil, una situación laboral o un conflicto en la iglesia con una nueva perspectiva, aferrándonos a Sus promesas.*

Cuando he estado en una temporada de traición o dificultad, como el día en que recibí ese mensaje de texto tan largo, quería que Dios simplemente lo arreglara. ¿Alguna vez te has sentido así? Mientras El Roi ve nuestro maltrato, tenemos que confiar en Sus instrucciones ya que Él ve el panorama más amplio.

Dios sabe cuándo lloramos baldes de lágrimas y ni siquiera estamos seguras de por qué estamos tristes. Él celebra la victoria con nosotras cuando dominamos una nueva habilidad o perdonamos a una persona difícil. Nos ve en esos días malos cuando todo lo que sentimos es entumecimiento. Es posible que no arregle instantáneamente cada situación difícil que enfrentamos, pero nunca tenemos que dudar de Su presencia. Nunca estamos solas porque El Roi es el Dios que ve.

El Roi, gracias por verme. Ya sabes cómo ha sido este día. Conoces a las personas que cargo en mi corazón. Me anima el darme cuenta de que a pesar del mundo enorme de personas, me conoces individualmente. Trae crecimiento en mi vida mientras te contemplo y te creo más. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Salmo 56:8, Tú llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro. (NTV)

Proverbios 15:3, Los ojos del SEÑOR están en todo lugar, vigilando tanto a los malos como a los buenos. (NTV)

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