… sé que me quedaré y que aún permaneceré con todos ustedes para su desarrollo y gozo en la fe. Filipenses 1:25 (RVA-2015)
Nuestros tres hijos compartían una habitación cuando eran niños; dormían en una enorme litera triple. Zapatillas de ballet y pijamas de Batman residían felizmente de lado a lado en su clóset. Luego, cuando ellos tenían 9, 6 y 3 años nos mudamos a una nueva casa y le dimos a nuestra hija su propia habitación.
Después de eso, nuestro hijo menor tuvo un tiempo difícil acostumbrándose a dormir sin su hermana mayor en la habitación, y para aliviar esa angustia, mi hija llevaba una almohada y una cobija a la habitación de los niños y oraba junto a él para que Dios lo ayudara a descansar y luego ella se acostaba en el piso a su lado hasta que él se quedara dormido. Para él, el sólo hecho de saber que ella estaba cerca le era suficiente para aliviar sus miedos, permitiendo que su mente ansiosa se calmara y que su cuerpo inquieto se quedara dormido.
En la carta de Filipenses, el apóstol Pablo habla sobre el anhelo de estar en el cielo con Cristo pero a la vez deseando permanecer en la tierra cerca de sus amigos para animarlos y fortalecerlos. (Filipenses 1:20-26) Entonces en el versículo clave del día de hoy, él afirma, “… sé que me quedaré y que aún permaneceré con todos ustedes para su desarrollo y gozo en la fe.”
Existe un juego de palabras en el lenguaje original de este versículo que no se traduce tan fácilmente al español. Cuando el apóstol dice ambas cosas, que se quedará y permanecerá, las palabras griegas menein y paramenein fueron usadas inicialmente. La palabra menein significa “quedarse con” o “estar constantemente en proximidad cercana” refiriéndose a la ubicación física de una persona. Sin embargo, la palabra paramenein incluye el prefijo “para”, el cual añade una nueva dimensión. Este término significa no solamente estar cerca sino también “persistir físicamente al lado de una persona, siempre listo para ayudar”.
Es como si Pablo estuviera transmitiendo a sus amigos dos verdades cruciales en este versículo: «Aquí estoy» y «Estoy aquí para ti». No solamente está dejando saber a la iglesia que estará al alcance, pero también que está preparado para ayudarles de cualquier forma posible. Esta carta tuvo que haber alentado sus corazones, permitiendo que sus mentes ansiosas descansaran sabiendo que su padre en la fe estaba cercano, listo para ayudarles si lo necesitaban.
Más adelante, en Filipenses 4:5 (NVI), Pablo escribe: “Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca”. El término griego traducido como cerca en esta instancia conlleva ambos significados, cerca en tiempo y cerca en proximidad. El apóstol podría estar refiriéndose al regreso terrenal del Señor en el futuro. Sin embargo, la palabra también contiene la idea de Dios cercano en proximidad, dispuesto a acudir para ayudarles.
Pablo no solamente les dijo a sus amigos que él estaba cerca. Los alentó diciendo que el Señor también lo estaba. Y hoy en día, cuando nuestros seres queridos no pueden ver a Dios físicamente, nuestra presencia les recuerda que Él se preocupa por ellos. Nuestro comportamiento puede comunicarles a los demás, “Aquí estoy”, mientras también les asegura, “Estoy aquí para ti”.
Un ejemplo sería sentarte cerca de tu amiga mientras ella espera la salida de un ser querido de una cirugía, y orar que ella pueda sentir la presencia de Dios por medio de tu cercanía.
Podría ser mediante la preparación de una comida para tu compañera de trabajo, quien está afectada por una reciente ruptura que quebrantó su corazón, y le pides a Dios que la consuele con tu comida y tu compañía.
Otro ejemplo sería estar con una de tus vecinas; ayudándola a limpiar su casa y lavando su ropa mientras ella ayuda a sus hijos a ajustarse a una nueva normalidad. Tu cuidado le mostrará que Dios también se preocupa por ella.
El ministerio de la proximidad no solamente muestra a otros que estás dispuesta a ayudar, también les asegura que Dios está cerca. ¿Cómo crees que el Señor te está llamando al ministerio de la proximidad hoy?
Padre, permíteme estar pendiente de quienes necesitan Tu consuelo y amor. Ayúdame a mostrarles compasión y cariño mientras les recuerdo que Tú estás siempre cerca. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
Salmo 34:18, Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. (RVR1960)
Recursos Adicionales
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Reflexiona y responde
¿Hubo algún momento en tu vida donde alguien por medio de sus acciones te comunicó “Aquí estoy” y “Estoy aquí para ti”? ¿Qué te dijeron o que hicieron específicamente qué te ayudó a sentir la presencia de Dios?
¡Nos encantaría escuchar de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.
© 2021 por Karen Ehman. Todos los derechos reservados.
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.