Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Mateo 11:28 (NTV)

Últimamente veo una tendencia en mi diario de oración. Durante meses, le he estado pidiendo a Dios claridad y Su dirección exacta mientras paso por algunas transiciones importantes de la vida, que involucran todo, desde mi trayectoria profesional hasta la dinámica familiar.

¿Me podrías dar una zarza ardiente, Jesús? Te prometo que no pelearé contigo en lo que Tú me estás llamando a hacer. Solo necesito que me lo deletrees, para que de ninguna manera yo lo malinterprete.

Lo que a menudo me confunde es la tensión y el miedo entre lo que mi corazón desea profundamente hacer y lo que creo que se supone que debo hacer. Aunque ninguno de los dos está equivocado, ni es pecaminoso, quiero saber cuál es el camino más adecuado para una buena cristiana. Deseo profundamente obedecer a Dios, pero no quiero que nada se me escape. Soy una perfeccionista que quiere que todo esté bien y mejor.

El enemigo es bueno atacándome con pensamientos y expectativas arraigadas en el legalismo. Puedo enturbiar rápidamente una devoción de corazón puro a Dios, que me motiva a amar y servir bien, con ideas que me dicen que tengo que hacer todas las cosas de la manera recomendada. Luego, me quedo con la sensación de que necesito trabajar más fuerte y lograr todo lo que se les ordena a todos los seguidores de Cristo en un orden igual y constante. Y al final del día, esto se siente como una carga muy pesada y llena de fallas.

Pero Jesús interrumpe mis pensamientos agotadores y condenatorios con una simple invitación a venir a Él.

En Mateo 11, Jesús se dirige a las multitudes. Está decepcionado por la forma en que los fariseos y los líderes religiosos han sobrecargado al pueblo de Dios con requisitos y estipulaciones legales creadas por el hombre. Entonces Él ofrece a la gente, y a ti y a mí, esta invitación:

Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana». (Mateo 11:28-30, NTV)

¡Sí, por favor! Estoy cansada y agobiada. ¡Mi alma necesita Tu descanso, Jesús!

Observa los tres pasos delicados de acción que Jesús nos pide: “«Vengan a mí … Pónganse mi yugo … Déjenme enseñarles …”

Ahora miren lo que Él nos promete: “Yo les daré descanso … encontrarán descanso para el alma”.

Cuando descanso y aprendo del corazón humilde y tierno de Jesús, la “carga” que Él pone en mi corazón es ligera. En Él, hay libertad de las expectativas y los obstáculos legalistas. Simplemente puedo apoyarme en Su voz y seguirlo como una de Sus ovejas, como dice Juan 10:27, “Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen” (NTV).

Amiga, escucha la voz de Jesús y ven a Él. Él ya te ha dado todo lo que necesitas para lograr lo que Él te diseñó para hacer. Nada más. Nada menos. Pero, ¿qué es lo más importante que te da? Él mismo.

Padre, te agradezco por invitarme a esta relación salvadora con Jesús. Confío en que cuando esté en yugo con Él, cumpliré mi llamado único porque Él me está ayudando en cada paso del camino. Ayúdame a recibir Tu libertad y Tu descanso todos los días. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

2 Pedro 1:3, Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó por medio de su maravillosa gloria y excelencia. (NTV)

Recursos Adicionales

Cuando estamos demasiado agobiadas, a veces es porque nos estamos aferrando al control en alguna área de nuestra vida. En el libro de Control Girl, Shannon Popkin comparte desde su propia experiencia y de la vida de las mujeres en la Biblia para ayudar a las lectoras a dejar sus cargas y encontrar la paz. Puedes descansar, sabiendo que Dios tiene el control, y rendir todas tus cargas a Él. ¡Obtén tu copia hoy!

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Reflexiona y responde

¿Qué carga legalista o impuesta por el hombre te invita Jesús a soltar para experimentar Su descanso?

¿Qué deseo ha puesto Jesús en ti para lograrlo para Su gloria?

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