El SEÑOR le habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en la Tienda de reunión, el día primero del mes segundo, en el segundo año después de que los israelitas salieron de Egipto. Le dijo: «Hagan un censo de toda la comunidad de Israel por clanes y por familias patriarcales, anotando uno por uno los nombres de todos los varones. Números 1:1-2 (NVI)
Uno de mis trabajos de verano mientras era una estudiante universitaria fue en una tienda de ropa. El trabajo tenía muchos aspectos divertidos, pero mi tarea menos favorita era hacer un inventario.
Cuando el gerente dijo a los empleados que era hora de hacer el inventario, mi gemido interno fue fuerte porque teníamos que contar todo en la tienda y registrarlo. La tienda vendía ropa de bebé, por lo que contar calcetines, mamelucos y atuendos pequeños se volvió una tarea tediosa. Pero era necesario contar el inventario para evaluar las pérdidas y prepararnos para una nueva línea de ropa. Era servil y aburrido, sin embargo era una preparación necesaria.
También hay muchas tareas tediosas pero necesarias en nuestra vida adulta. Por ejemplo, antes de hacer una lista de compras semanal, revisamos nuestro refrigerador y despensa para ver lo que ya tenemos y lo que necesitamos; de lo contrario, podríamos terminar con galones de leche que no caben en el espacio que disponemos. Y es necesario evaluar de cerca nuestras finanzas antes de realizar una compra costosa.
A veces, las tareas que parecen más insignificantes son las más importantes para prepararnos, dándonos conocimiento y, como vemos en la historia bíblica de hoy, llenando nuestros corazones de esperanza.
En el primer capítulo del libro de Números, encontramos a Dios pidiéndole a Israel que hiciera un censo de las personas que habían salido de la esclavitud en Egipto: “El SEÑOR le habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en la Tienda de reunión, el día primero del mes segundo, en el segundo año después de que los israelitas salieron de Egipto. Le dijo: «Hagan un censo de toda la comunidad de Israel por clanes y por familias patriarcales, anotando uno por uno los nombres de todos los varones. Tú y Aarón reclutarán por escuadrones a todos los varones israelitas mayores de veinte años que sean aptos para el servicio militar”(Números 1:1-3, NVI).
Dios no pidió a Su pueblo que hiciera cálculos con respecto a la cantidad de ropa, oro o comida que poseían, sino que les dijo que contaran a las personas. El Señor estaba preparando a Israel para tomar la tierra que les había prometido (Canaán). Quería que conocieran su propia fuerza militar y que estuvieran organizados. Y mientras enfrentaban este próximo paso que requeriría una gran fe, tal vez Dios también quería que recordaran a cuántos de ellos rescató de Egipto.
Sigo creyendo que a Dios le importan las relaciones más que cualquier otra cosa, pero también estoy aprendiendo que Él usa los números para Sus propósitos. Después de todo, contó a Su pueblo (Números 1:46), conoce la cantidad de cabellos en nuestras cabezas (Mateo 10:30) y registra el número de nuestras lágrimas (Salmo 56:8).
Si bien Dios pidió a Israel que contara a modo de reforzar su fe, yo tiendo a ‘sacar cuentas’ con mis problemas, lo que a menudo tiene el efecto contrario. Sumo la cantidad de personas que me causan frustración, la cantidad de veces que tengo que regañar a los miembros de la familia para que cumplan su palabra o la cantidad de cosas en mi lista de tareas pendientes que no tengo tiempo para hacer. ¿Acaso luchas con contar problemas en lugar de provisiones como yo?
Hacer que el pueblo de Israel hiciera un censo de sus recursos fue una forma en que Dios los preparó para apreciar lo que tenían en lugar de enfocarse en lo que les faltaba. También sirvió como un ejercicio para hacer crecer su fe en Él mientras los conducía a la Tierra Prometida. Nosotras también podemos hacer cuentas y reconocer que Dios ha puesto personas en nuestras vidas para ayudarnos a luchar con nuestras batallas, y Él también está con nosotras en cada batalla. Hagamos un inventario hoy, alabando a Dios no solo por lo que nos ha dado, sino también por lo que Él es para nosotras.
Señor, ayúdame a recordar que debo contar lo que has provisto en mi vida. Muéstrame las personas que has puesto en mi vida. Gracias por permitirme apoyar y servir a los que me rodean. Quiero “tomar nota” de lo que me has dado en lugar de concentrarme en lo que parece faltar. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
Mateo 10:30, y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. (NVI)
Salmo 56:8, Toma en cuenta mis lamentos; registra mi llanto en tu libro. ¿Acaso no lo tienes anotado? (NVI)
Recursos Adicionales
Si disfrutaste del devocional de hoy y tienes interés en leer más sobre el tema de la provisión de Dios, consulta los devocionales a continuación:
La provisión de Dios en nuestro momento de mayor necesidad por Emily G. Stroud
¿Se preocupa Dios por mí? por Lysa TerKeurst
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© 2020 por Melissa Spoelstra. Todos los derechos reservados.
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