Devocionales

Entre las espinas

Corrie Gerbatz 18 de mayo de 2021
Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas. Proverbios 3:5-6 (NBLA)

Ella no estaba hablando de mí. En realidad, lo que estaba contando no tenía nada que ver conmigo. Sin embargo, me sentí ofendida.

Ella estaba compartiendo sobre sus propias luchas durante una época de ansiedad. Volviendo a contar cómo había orado más, se había apoyado más en Dios y finalmente quedó “liberada” de sus pensamientos ansiosos. El pequeño grupo de mujeres en la habitación asintieron con aprobación mientras yo, silenciosamente, me agitaba en mis propias frustraciones. ¡Me alegro por ella!

Yo conocía bien la ansiedad. Había sido mi acompañante constante durante la mayor parte de mi vida adulta. En ocasiones, mi ansiedad pasó desapercibida por muchos y fue manejable.  Pero en otras ocasiones, la ansiedad era insoportable, dejándome en desesperación y lágrimas en el suelo del vestidor. Había orado. Me había apoyado más en Dios. Y, aun así, la ansiedad seguía siendo la espina en mi costado, de la que no me podía liberar.

Conocía las promesas del SEÑOR, de que Su gracia y poder son perfeccionados en mi debilidad. Había leído sobre la espina del apóstol Pablo y su exhortación de “…gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades” (2 Corintios 12:9b, NVI). Sin embargo, la mayoría de los días, hacer alarde era la última cosa que quería hacer y no podía evitar preguntarme por qué la espina permanecía tan presente en mi vida. ¿Por qué tenía que pasarme a mí? ¿Estaba orando incorrectamente? ¿Estaba siendo castigada? ¿Lucharé con esto para siempre?

Continuamente batallaba con Dios sobre mis pensamientos, dudando, lamentando y arrepintiéndome repetidamente, hasta que misericordiosamente, me vino a la mente un versículo memorizado de hace años.

Confía en el Señor con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas. (Proverbios 3:5-6)

Había sido un versículo que aprendí por primera vez de niña, para ganar gomitas en la escuela dominical. ¡Todavía podría recitarlo en mi sueño! Pero esta vez, las palabras del versículo parecían asentarse en mi corazón de manera diferente. Esta vez, la convicción se sacudió profundamente dentro de mi alma.

No había estado confiando en el Señor con TODO mi corazón. Había estado cuestionándolo. No había rendido TODOS mis caminos al Señor. Me había apoyado en una muleta de quejas. Y no había permanecido enfocada en el camino del Señor delante de. Había mirado con envidia los caminos de otras. La espina había empezado a ensombrecer mi fe y sabía que necesitaba alinear correctamente mi corazón.

En esta vida, todos tenemos espinas. Estas espinas pueden ser autoinfligidas, provocadas por otros o simplemente los resultados injustos de nuestro mundo quebrantado. Algunas espinas nos acompañan por solo una época, mientras otras permanecen a lo largo de nuestras vidas. Hay espinas de depresión, ansiedad, ira y adicción. Espinas de pérdida, divorcio, infertilidad y relaciones quebrantadas. Espinas de la enfermedad crónica, discapacidad física y todo lo que se encuentra en medio.

Pero, la Verdad a la cual debemos aferrarnos es que, estas espinas son solo espinas. Y ninguna sombra de cualquier espina podrá ensombrecer la soberanía de nuestro Señor. Él conoce nuestras luchas, Él ve nuestro dolor y nos está llamando a confiar plenamente en Él. De rendirnos completamente y seguir como lo hacía Pablo. ¿Por qué? ¡Porque Su poder se perfecciona en nuestras debilidades! Cuando entregamos nuestros corazones a nuestro Padre celestial, por Su gracia, nos da acceso a Su presencia. Ya no tenemos que soportar a solas nuestras espinas.

Hoy, la ansiedad sigue siendo una lucha para mí — no he sido “liberada”. Sin embargo, mientras practico confiar más plenamente en el Señor, estoy mejor capacitada para ver Su bondad obrando, transformando mis quejas en alardes, mientras Su fuerza me sostiene durante cada día y Su paz calma cada pensamiento agotador. Con Dios a mi lado, puedo perseverar. Y lo mismo es cierto para ti.

Padre celestial, gracias por Tu presencia y provisión soberana en mi vida. Perdóname por las veces que mi confianza ha vacilado y mis quejas han sido muchas. Realinea mi corazón y dirige mi camino hacia Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

2 Corintios 12:9, Y Él me ha dicho: «Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. (NBLA)

Recursos Adicionales

¿Te habló hoy el devocional de confiar completamente en Dios? Si es así, echa un vistazo a estos tres devocionales adicionales que podrán animarte a seguir confiando diariamente en Dios con todo tu corazón.

Cuando no puedas ver lo que Dios está haciendo, recuerda esto por Katy McCown
Confesiones de un corazón abrumado por Stephanie Tronson
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Reflexiona y responde

¿Has estado confiando al Señor tus espinas? ¿Qué te detiene? ¿Cómo puedes realinear tu corazón al Suyo hoy? ¡Comparte tus pensamientos con nosotras en los comentarios!

© 2021 por Corrie Gerbatz. Todos los derechos reservados.

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

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