Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el SEÑOR tu Dios te acompañará dondequiera que vayas». Josué 1:9 (NVI)

En Marzo de 2020, cuando la pandemia comenzó a cerrar al mundo entero, nosotros nos fuimos de nuestro hogar en la ciudad de Nueva York y manejamos a Carolina del Sur, donde mi hermana y su familia residían.

Pensamos que íbamos por dos semanas. Pero nunca regresamos a Nueva York para vivir.

Te preguntarás el por qué decidimos quedarnos en Carolina del Sur … y la respuesta es sencilla.

Teníamos la paz de Dios de que debíamos quedarnos.

¿Sabíamos por qué? No.

Dios, ¿nos estás llamando a una pequeña ciudad rural, sin tener algún plan de seguridad y sin trabajos que nos esperan?

Todo pasó tan inesperadamente. No tuve tiempo para despedirme de mi casa ni empacar mi oficina en el canal de noticias de la ABC. Sin un cierre, sin abrazos. Las cosas no terminaron como yo lo imaginé, a mi manera, con un lazo bien hecho.

Este nuevo trayecto no era necesariamente nuestra primera opción o lo que queríamos. Sin embargo, en retrospectiva, era exactamente lo que nuestra familia necesitaba.

Confiábamos en la paz que sentimos en nuestro espíritu. Así que, a pesar de lo aterrador que era, decidimos enfrentar nuestro miedo y dar un paso en fe a pesar de que estábamos más asustados que nunca.

A menudo, Dios nos llama a hacer cosas que son arriesgadas, que no tienen sentido o que pueden parecer una locura. Cosas que nos da miedo hacer.

En el Antiguo Testamento, vemos cómo Dios llama a Josué a hacer algo extremadamente arriesgado, algo que otros habrían considerado una locura: derribar las murallas poderosas de Jericó que habían permanecido inamovibles durante años.

La Escritura no nos dice explícitamente que Josué tuviera miedo, pero en los primeros nueve versículos del capítulo 1 de Josué, Dios le dice a Josué tres veces que sea fuerte y valiente (vv. 6, 7, 9). ¡Así que podemos deducir que Josué tenía miedo ante esta tarea! Puede que incluso se sintiera incompetente o incapaz.

A lo mejor tú te sientes como él en estos momentos. O tal vez te has sentido así en el pasado.

Una y otra vez en mi vida, me he sentido incapaz, no calificada y no preparada para lo que Dios me ha llamado a hacer, diciéndome a mí misma, «No hay nada especial en mí; voy a fracasar y humillarme. Estoy loca por perseguir esto… Dios, simplemente no estoy preparada». Las dudas y las mentiras siguen y siguen.

Pero siempre regreso a Josue 1.

Dios le dijo a Josue, “Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.…Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas»” (Josué 1:5b, 9, NVI).

Esta misma verdad es para nosotras hoy. Cuando Dios nos llama, Él nos equipa. Y la mejor herramienta que nos da es Él mismo.

¿Qué pesa en tu corazón hoy? ¿Qué te atemoriza? A lo mejor has sentido el llamado a algo, pero estás demasiado aterrorizada para tomar el siguiente paso. Tal vez tienes miedo de ser vista en una capacidad diferente. Quizás tienes temor al fracaso o las implicaciones financieras. Puede ser algo tan simple como aprender un nuevo pasatiempo en una etapa más avanzada en tu vida. O puede ser dejar un trabajo porque te está destruyendo.

Sea lo que sea, recuerda esto: cuando Dios te llama, Dios te capacita.

Aunque Él nos manda a ser fuertes y valientes, también es un Dios bondadoso y misericordioso que sabe que a menudo sentiremos miedo en el camino.

Sin embargo, depende de nosotras el enfrentar nuestro miedo. Y cuando lo hagamos, Dios promete que estará allí, “Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas» (Josué 1:9c).

Si estás siendo llamada a algo nuevo y tienes la paz de Dios sobre ello, da ese primer paso, empuja a través de tu miedo, y observa a Dios aparecer y lucirse.

Porque tal como Dios le prometió a Josué, Él estará contigo y conmigo dondequiera que vayamos.

Querido Dios, gracias por llamarme a cosas nuevas y emocionantes. Gracias por conocerme tan íntimamente que conoces todos mis temores. Mientras Tú me llamas a salir con valor, por favor continúa recordándome que estás conmigo, que Tú nunca me dejas, y que me has equipado. Confío en que, al obedecerte, harás todo lo que has prometido. En el Nombre de Jesús, Amén.

Recomendamos

Todas hemos sentido miedo cuando Dios nos ha llamado a caminar hacia un lugar desconocido o no familiar, sin embargo, sólo debemos confiar en Dios. El miedo que surge cuando Dios nos ha llamado a hacer algo y no nos sentimos preparadas para la tarea, nos produce ansiedad y nos hace pensar que Dios no está obrando para nuestro bien. En el libro de Max Lucado, Ansiosos por nada, él desglosa lo que el apóstol Pablo quiere decir cuando anima al creyente a "estar ansioso por nada". Este libro te guiará a través de cómo abordar la ansiedad y no tenerla dominando tu vida. Haz clic aquí para comprar el libro.

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Profundicemos

Isaías 41:10, Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (NVI)

¿Está Dios llamándote a hacer algo nuevo? Ya sea algo grande o pequeño, ¡no permitas que el temor prevenga el que tomes ese siguiente paso en fe! Comparte en los comentarios el llamado que Dios te está dando hoy y cómo puedes obedecerle valientemente.

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