Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas. Proverbios 3:5-6 (NBLA)

Estoy en una temporada de renovación.

A primera vista, eso puede sonar refrescante y lleno de esperanza, sin embargo, la verdad es que la renovación es sólo necesaria cuando algo necesita morir.

Estoy pasando por un momento donde nada tiene sentido. Y en esta confusión, Dios me está guiando por el entierro de mi propio entendimiento.

Todo empezó con el fallecimiento repentino de mi cuñado que ha dejado un vacío enorme en nuestra familia. Luego, tuve que dejar una profesión de 12 años que me encantaba. Después, mi hija se fue a la universidad, dejándonos a mi marido y a mí reconectando y redescubriendo maneras de llenar nuestro nido, recién vacío.

A menudo, comparo lo que pasa en mi vida con un globo de nieve. Soy la figurita de pie en la parte inferior de ese globo. Dios me ha sacado de mi estabilidad y ha empezado a agitar todo, soltando todas las piezas coloridas de mi vida. Se burlan de mí, mientras me rodean y rebotan en mi piel. Intento aferrarme a ellas, pero se mueven demasiado rápido como para poder atraparlas. Me nublan la visión y me encuentro despertándome cada mañana sintiendo como si estuviera viviendo la vida de otra persona.

Y en este momento de trastorno, meditar en Proverbios 3:5-6 me ha mostrado la fuente de mi visión nublada: “Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas”.

Estos versículos me enseñan a “reconocerlo”, no a “entenderlo”. Ahora veo que mi deseo de claridad ha impedido todas las oportunidades para que pudiera confiar en Dios y conocerle más profundamente. Me he centrado erróneamente en intentar encontrar sentido acerca de cómo todas las piezas caerán en esta senda particular que Dios tiene para mi vida.

Una amiga mía cercana dice frecuentemente, “Cuando es raro, es Dios”. Y en esta época rara, estoy aprendiendo humildemente que Sus caminos nunca bajarán al nivel de mi entendimiento. Encuentro que, al soltar mi necesidad de entender todo, se renueva mi capacidad de confiar.

Así como un globo de nieve, Dios nos ha diseñado a cada una de nosotras para ser agitadas y sacudidas. Y cuando sentimos que nuestra estabilidad está siendo sacudida, no tenemos que temer o tener miedo o intentar comprenderlo todo. Solo necesitamos mantener nuestros ojos puestos en el Único que nos tiene firmemente en Su mano. Una vez segura en esta confianza, podemos inclinarnos hacia atrás y ver con asombro cómo las piezas de nuestras vidas van cayendo y colocándose en su sitio.

Un globo de nieve está en su estado más hermoso justo después de haber sido agitado, y en la medida en que aprendemos a morir a nuestro deseo de entendimiento, así somos nosotras, hermosas.

Jesús, gracias por mantenernos firmemente mientras luchamos con los “por qués” de la vida. Ayúdanos a mantener nuestros ojos puestos en Ti y a reconocer que Tus planes para nosotras son mucho mejor de lo que pudiéramos imaginar. Cambia nuestro deseo de entender todo, por el deseo de conocerte y seguirte por encima de cualquier otra cosa. Te alabamos porque eres un Dios quien desea ser conocido y experimentado. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Isaías 55:8-9, «Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el SEÑOR —. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos. (NTV)

Jeremías 29:13, Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón. (NBLA)

¿Cuál es una área de tu vida dónde estás cuestionando a Dios? ¿Qué podría pasar si eligieras dejar de buscar todas las respuestas y simplemente te entregaras y pusieras todos tus esfuerzos en conocerle mejor?

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