Devocionales

Abrumado. Desbordado. Agobiado.

Carey Nieuwhof 13 de diciembre de 2022
Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida. Proverbios 4:23 (NVI)

Yo era un marido, intentando ser devoto y un padre de dos hijos pequeños y al mismo tiempo estaba pastoreando una de las iglesias más grandes de nuestra denominación y la que estaba creciendo más rápidamente.

Al principio, todo parecía manejable.

Cuando llegué a nuestra pequeña comunidad, la iglesia era pequeña. ¿Cómo puedes sentirte abrumado cuando lideras a una iglesia con una asistencia promedia de seis personas?

Pero seis se convirtieron en 60, que se convirtieron en 600, que se convirtieron en 1000 y no pude seguir el ritmo. De hecho, desarrollé una ecuación mortal: más personas + más responsabilidad = más horas.

¿Alguna vez has estado allí? La vida se pone ocupada. Los hijos. El estrés financiero. Dificultades matrimoniales. Tus amistades, familiares, compañeros de trabajo y todos los demás en el universo te tienen acceso las 24 horas al día, los siete días de la semana.

Nunca descansas.

Y antes de que te des cuenta, te encuentras abrumado, desbordado de compromisos y agobiado de trabajo.

Lo que no vi venir era que, en medio del ritmo implacable de tratar de mantenerme al día, mi corazón se estaba marchitando, apagando y desapareciendo.

“Por sobre todas las cosas” las Escrituras nos dice, “cuida tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). En otra versión dice así: “Con toda diligencia guarda tu corazón, Porque de él brotan los manantiales de la vida” (NBLA).

Mi manantial se había secado. Mientras se endurecía mi corazón, todo lo demás que era bueno se secó: mi paciencia, mi amabilidad, mi compasión, mi gentileza. Acabado. Ausente. Y era yo un pastor.

El precio del ajetreo es tu corazón.

Y, sin embargo, fue fácil justificar mi ajetreo. Porque todas las actividades que entumecían mi alma eran para Jesús. Y las personas estaban siendo salvadas. ¿Cómo podría ser esto algo malo?

Alrededor de una década en el pase de cohetes que era mi liderazgo de la iglesia, las cosas se detuvieron en seco. Me agoté.

No definí una línea de meta para mi trabajo, así que mi cuerpo lo hizo.

Desde entonces, he desarrollado una pequeña declaración de misión que me recuerdo todos los días: vive hoy de una manera que te ayudará a prosperar mañana.

En este momento, si no estoy viviendo en una manera que me ayudará a prosperar mañana, lo estoy haciendo mal.

Esto significa decir «no» – muchas veces. Significa cerrar la tapa del portátil al final del día. Significa dormir ocho horas, hacer tiempo para el ejercicio, buscar un pasatiempo y comer más sano. Significa enfocarme solamente en lo que yo puedo hacer e ignorar, delegar o declinar lo demás. Significa pasar tiempo valioso con Cristo y mi familia. Significa tomarme unos días libres.

La cosa más extraña es que haciendo menos, he servido a mucha más gente. Nuestra iglesia creció — mucho. A medida que me volvía más sano, así lo hicieron todos los que yo lideraba.

Desde que he dejado el liderazgo de la iglesia en las manos de la siguiente generación, puedo ministrar, cada día, a más líderes de los que soñé posible. El hacer menos ha conducido a mucho más. ¿Quién lo sabía?

¿Y mi corazón? Late de nuevo.

Paradójicamente, cuidar tu corazón no es una cosa más que cumplir. Es lo que conduce a que todo mejore.

¿Qué necesitas eliminar de tu vida para que tu corazón lata de nuevo?

Señor, ayúdame a averiguar lo que está secando los manantiales de vida en mí. Dame el valor de decir «no» a las cosas que no son importantes para poder decir «sí» a lo que importa. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Profundicemos

Gálatas 5:22-23, En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. (NVI)

Piensa en un tiempo cuando el fruto del Espíritu era más evidente en tu vida que lo que quizás sea ahora. ¿Qué era verdad de tus ritmos y disciplinas en ese momento?

© 2022 por Carey Nieuwhof. Todos los derechos reservados.


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