Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero. Salmo 119:105 (NVI)

Era una noche oscura y sin luna en el sur de Sudán. Estaba caminando desde la casa hasta nuestra cabaña, confiando en que mi pequeña lámpara de queroseno iluminaría mi camino.

Pero el poco de luz frente a mí solo fue suficiente para iluminar unos pocos pasos, no para mostrarme la pequeña cabaña que esperaba encontrar más adelante. Empecé a sentirme un poco ansiosa y pensé: ¿Dónde está la cabaña? ¿No debería ya estar allí? ¿Estoy tan siquiera en el camino correcto?

Necesitaba más luz. Deteniéndome, levanté mi lámpara, estirando mi brazo lo más que podía.

Pero había elegido el lugar equivocado para detenerme y cuestionar el camino que había tomado… justo en medio de un rastro de hormigas guerreras. Se aprovecharon de mi incertidumbre para hacerme saber cuánto las había molestado. Corriendo por mis piernas, comenzaron a picarme, inconscientes del hecho de que no fue mi intención hacerles daño.

Ante su desagradable insistencia, salí corriendo, eligiendo la única opción que quedaba: mantenerme en la porción del sendero que podía ver, confiando en que me llevaría a mi destino. Afortunadamente así fue.

Luego de llegar y remover todas las hormigas, tuve la oportunidad de pensar y recordé el Salmo 119:105: “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero”. Al igual que las lámparas de aceite de los tiempos del Antiguo Testamento, y como mi lámpara de queroseno, la Palabra de Dios puede iluminar sólo poca distancia de camino, iluminando los próximos pasos que Él quiere que yo tome. Sin embargo, a menudo en la vida, me encuentro exigiendo ver el destino final. ¿A dónde me llevas, Señor? Pregunto. ¡Quiero un foco, no una débil lámpara de queroseno!

¿Qué opciones tenemos cuando queremos ver más allá de lo que Dios revela? Podemos detenernos, negándonos a dar un paso más hasta que Dios nos muestre todo Su plan. Podemos luchar para iluminar el camino nosotras mismas, tratando de descubrir el destino final y la mejor manera de hacerlo por nuestra cuenta.

O podemos confiar en Dios y en Su Palabra.

Dios a menudo ilumina lo suficiente del camino para que podamos dar los siguientes pasos. Puede que no nos guste. Es posible que queramos saber más. Es posible que queramos saberlo todo. Pero Dios quiere que confiemos en Él y en Su Palabra. “Confía en el SEÑOR de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas” (Proverbios 3:5-6, NVI). Cuando nosotras, en fe, demos esos primeros pasos, la luz avanzará con nosotras, y podremos ver la siguiente parte del camino que Dios quiere que sigamos.

No tenemos que ponernos ansiosas después de todo. Podemos elegir confiar completamente en el Señor.

Señor, gracias porque una y otra vez, te has mostrado digno de confianza. Ayúdame a dar esos primeros pasos hacia adelante que Tú quieres que tome, confiando plenamente en Ti incluso cuando no puedo ver todo el camino. En el Nombre de Jesús, Amén.

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La escritora del devocional de hoy, Lisa Roettger, es miembro de COMPEL Writers Training. Puedes encontrar consejos de escritura, inspiración y comunidad cuando sigues a COMPEL en Instagram, Facebook y Twitter.

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PROFUNDICEMOS

Salmos 37:5-6, Encomienda al SEÑOR tu camino; confía en él, y él actuará. Hará que tu justicia resplandezca como el alba; tu justa causa, como el sol de mediodía. (NVI)

Salmos 25:4-5, SEÑOR, hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas. Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día! (NVI)

¿Hay algo que el Señor te está animando a hacer, algo que has sido reacia en comenzar? ¿Estás dispuesta a dar ese primer paso hoy, creyendo que puedes confiar en que Dios te guiará a lo largo del camino?

Si todavía estás dudando, vuélvete al Señor y haz esta oración pronunciada por el padre de un niño oprimido por un espíritu inmundo: “—¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!” (Marcos 9:24, NTV). Y comparte tus pensamientos con nosotras en los comentarios.

© 2023 por Lisa Roettger. Todos los derechos reservados.

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