¡Enséñanos a contar bien nuestros días, para que en el corazón acumulemos sabiduría! Salmos 90:12 (RVC)
¿Te atascas en lo rutinario de cada día? Yo sí.
¿Sientes a veces que los interminables correos electrónicos, tareas pendientes, ropa sucia, deberes del hogar, la resolución de conflictos, los platos sucios y los carriles de las calles siempre están presionando, siempre dando vueltas, pero nunca llevándote a ninguna parte?
Yo también.
Uno de los estímulos que me encuentro repitiendo una y otra vez, a mí misma y a las mujeres que me rodean, es no dejar que las tareas rutinarias y cotidianas de la vida o el ajetreo de cualquier temporada en particular nos robe los ritmos y las prioridades que nos ayudan a conocer y amar más a Jesús. Siempre necesitamos el recordatorio para mantener nuestros ojos en nuestra esperanza eterna en Él.
Tal vez sea mi edad (digamos que estoy entre mediados y finales de los 40 ¿vale?), o tal vez sea la temporada en la que estoy (estoy preparándome para la graduación de mi hijo mayor de la universidad y despedirlo para el postgrado en otro estado), pero el Salmo 90 y sus implicaciones han resonado en mi corazón y mente en los últimos meses.
El salmista, que a menudo se supone que es Moisés, le pide a Dios “¡Enséñanos a contar bien nuestros días” (Salmo 90:12a). Quizás lo que más me alienta en este pasaje es el uso de la palabra “enseñar”, porque eso significa que es normal no tener automáticamente sabiduría para vivir nuestros días con propósito, sabiduría y motivación correcta. Esto es algo que se aprende con el tiempo.
Enumerar nuestros días significa hacer una pausa para considerar regularmente nuestros días a la luz de los caminos de Dios: reconocer el don finito de nuestras vidas aquí en la tierra y “que en el corazón acumulemos sabiduría” (Salmo 90:12b) mientras administramos lo que Dios nos ha dado. Esta guía nos da permiso para vivir con valentía y cautela, a la vez que restringidas y despreocupadas. En las decisiones grandes que cambian la vida y en lo rutinario de todos los días.
La esperanza eterna de Cristo da sentido a nuestros días. Hay un destino al que nos dirigimos, una esperanza que aún no se ha realizado del todo, y este mundo no lo es.
Entonces, enumerar nuestros días no se trata de reunir fervor para “vivir la vida al máximo” o para “carpe diem” nuestro camino por la vida. No, el significado de la vida ya ha sido asegurado por la imagen de Dios que llevamos en nosotras (Génesis 1:27) y la obra completada de la redención comprada para nosotras por Jesús (Efesios 1:7).
Entonces, ¿qué significa enumerar nuestros días? Significa regocijarnos en nuestra esperanza eterna y permitir que de forma a las elecciones que hacemos: cómo pasamos nuestro tiempo, dónde buscamos aliento, cómo gastamos el dinero, qué entretenimiento buscamos y las personas en las que elegimos invertir y escuchar.
Si consideramos cada día como parte del plan de Dios para enseñarnos a quitar la mirada de nuestras circunstancias inmediatas, podemos fijar nuestra mente en el Dios que ha determinado colocarnos en medio de nuestra temporada actual para que podamos vivir para Él. Cuando recordamos que Dios ha enumerado nuestros días, atesoramos todo lo que nos recuerda que ya tenemos todo lo que necesitamos en Él.
Padre, gracias por la esperanza eterna que tenemos en Cristo. Gracias porque hace una diferencia para cada día rutinario. Ayúdanos a enumerar verdaderamente bien nuestros días para Tu gloria y nuestro bien. En el Nombre de Jesús, Amén.
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1 Pedro 1:3b-6, según Su gran misericordia, [Dios] nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para ustedes. Mediante la fe ustedes son protegidos por el poder de Dios, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo. En lo cual ustedes se regocijan grandemente, aunque ahora, por un poco de tiempo si es necesario, sean afligidos con diversas pruebas. (NBLA)
¿Cómo te ayuda esta perspectiva eterna a enumerar tus días y ganar un corazón de sabiduría? Pasa algún tiempo en oración hablando con Dios sobre las pruebas que estás sobrellevando y agradeciéndole por tu esperanza viva. ¡Y no olvides compartir con nosotras en los comentarios!
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