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Es posible salir de un divorcio y estar mejor que bien

Brandi Wilson 11 de julio de 2023
Llegando en ese mismo momento, Ana dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Lucas 2:38 (NVI)

Sentada en una oficina con sillas de cuero incómodas y paredes pintadas de un beige deprimente, respiré profundamente y firmé mi nombre legal: Brandi L. Wilson.

Había firmado ese nombre miles de veces después del momento que caminé por el pasillo hacia el hombre que amaba. Un caminar hacía la persona con la que planeaba pasar el resto de mi vida, hasta que la muerte nos separe. Un caminar que significaba un comienzo lleno de esperanzas para nuestro futuro.

Pero esta vez, el firmar mi nombre señaló el final. El final de mi matrimonio. El final de mi unidad familiar actual. El final de ser una esposa.

Nadie piensa que su matrimonio termine en el divorcio. Nadie anticipa pasar por la división de una vida que ha trabajado duro para crear con una persona que amaba. Dividir los adornos de Navidad, los muebles, las cuentas de ahorros y, lo más difícil, el tiempo con los hijos. Nadie da a luz a un bebé, mira a los ojos de ese pequeño y piensa, ¡cuánto espero poder alternar los fines de semana y las Navidades que paso contigo!

Algunas de ustedes saben de lo que hablo. Tú misma has pasado por un divorcio. Y si no lo has vivido, lo más probable es que alguien que amas ha vivido esta realidad.

Todas atravesamos temporadas de sufrimiento que nos obligan a cuestionar lo que creemos y quién nos ama realmente. Créeme, no quisiera tener que escribir sobre el divorcio, pero elijo compartir el significado que puede aportar una temporada difícil.

Una persona que demuestra la esperanza en medio de la tribulación es Ana, una profetisa que encontramos en el Nuevo Testamento.

Ana entró en la historia de las Escrituras cuando Jesús, como bebé fue presentado en el templo por Sus padres, “Había también una profetisa, Ana, hija de Penuel, de la tribu de Aser. Era muy anciana; casada de joven, había vivido con su esposo siete años, y luego permaneció viuda hasta la edad de ochenta y cuatro. Nunca salía del templo, sino que día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones. Llegando en ese mismo momento, Ana dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén” (Lucas 2:36-38, NVI).

No sabemos mucho sobre Ana, pero podemos obtener información sobre cómo su tribulación la fortaleció y la acercó a Dios.

Primero, Ana eligió la alabanza sobre la amargura. Después de la muerte de su marido, Ana probablemente se cansó a veces, preguntando cuánto tiempo más estaría en las escaleras del templo sola. A pesar de sus sentimientos, eligió alabar al Señor.

Segundo, Ana estaba entregada a la esperanza. Lucas 2:37b dice “nunca salía del templo” (NVI). Ella estaba comprometida a ver la historia de la redención hacerse realidad en su vida.

Tercero, Ana vio a Dios en lugares donde otros no lo veían. Cuando el Salvador del mundo llegó al lugar donde ella adoraba, ella lo reconoció inmediatamente, aunque Él solo era un bebé. Ella había estado enfocada en Dios con todo su ser.

Seguimos un Dios que está con nosotras en cada experiencia de nuestras vidas, especialmente cuando estamos sufriendo. Podemos permitir que nuestros momentos oscuros nos acerquen a Él para poder ver a Dios obrar en maneras que quizás otras no puedan percatar. Dios abre nuestros ojos para ver la hermosura en el quebrantamiento.

Mientras firmaba “Brandi L. Wilson”, sabía que estaba destrozada, pero no destruida. El salir adelante no sería fácil. Sin embargo, en el fondo, sabía que podía ser sanada.

Y es lo que hice.

No sé en qué temporada estás. Pero donde quiera que estés, puedes saber que esto no es el final. Y si estás pasando por algo que siente como un infierno ahora mismo, déjame recordarte:

Eres digna.
Eres fuerte.
Vas a superar esto.
Vas a estar mejor que bien.

Señor, muchas veces el caminar por temporadas de sufrimiento es más de lo que puedo soportar. Ayúdame a buscarte en mi vida diaria. En los días cuando me siento abrumada y la vida parece injusta, ayúdame a elegir la adoración sobre la amargura. Quiero permanecer comprometida a la esperanza que solo se puede encontrar en Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.

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RECOMENDAMOS

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Génesis 16:13, Como el SEÑOR le había hablado, Agar le puso por nombre «El Dios que me ve», pues se decía: «Ahora he visto al que me ve». (NVI)

Hermana, el Señor Dios TE ve. A pesar de todo lo que estás padeciendo, toma un momento para anotar las maneras en que sabes que Dios te ve. Si no te sientes vista ahora mismo, pídele a Dios que te muestre; después anótalo para poder recordarlo y ser animada. ¡Y no te olvides de compartirlo con nosotras en los comentarios!

© 2023 por Brandi Wilson. Todos los derechos reservados.

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