Por lo tanto, como pueblo escogido de Dios, santo y amado, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia. Colosenses 3:12 (NVI)
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No es ningún secreto que el mundo hoy en día se siente tan dividido. Y aunque no siempre entenderemos de los demás sus pensamientos, opiniones y formas de procesar la vida, creo que podemos centrarnos en áreas en las que todas somos más parecidas que diferentes.
Te darás cuenta, todas tenemos manchas de lágrimas en nuestras almohadas y nos hemos enfrentado a:
Circunstancias imprevisibles que alteran la vida.
Tensiones no resueltas en las relaciones.
Peticiones de oración sin respuesta.
Cuando se nos rompe el corazón, es doloroso. El luto duele. Circunstancias difíciles apiladas encima de circunstancias duras nos desorientan a todas.
Todas llevamos un poco de tristeza, frustración o pesadez. Y cuando nos tomamos el tiempo para recordar esto, la compasión hacia los demás crece en nuestros corazones, porque la realidad es que ellas también están sufriendo. Tal vez la verdad de que todas llevamos algún dolor en nuestros corazones significa que somos mucho más parecidas que diferentes.
Tal vez hoy sea un buen día para acercarnos con compasión a otra alma humana herida.
Haz esa llamada.
Deja ese comentario alentador en las redes sociales.
Pasa solo para saludar a una amiga con su café favorito.
Ora más palabras sobre ella de las que hablas de ella.
Recoge algunas flores y colócalas donde ella pueda ver su belleza.
Sonríe y tómate una foto de las dos, demostrando que la vida no es del todo mala.
Una de las cosas más compasivas que podemos hacer por los demás es crear un espacio en el que sepan que son bienvenidas tal y como son. Alrededor de una mesa. En un paseo. Quizás incluso en un viaje por carretera. Iniciando esos momentos en los que la solidaridad dice: Perteneces. Tienes un lugar. Tienes una voz. Tienes amigas. Eres amada.
Creo que Colosenses 3:12 lo dice mejor: “Por lo tanto, como pueblo escogido de Dios, santo y amado, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia”.
Cuando estás sufriendo, puedes sentirte aislada si no estás segura de cómo hablar de las cosas difíciles o de quién puede sostener tus pensamientos honestos de manera segura. Pero la compasión nos permite amar a las personas que están sufriendo, empatizar con su dolor y reconocer su versión de las cosas, incluso si no podemos cambiar el resultado o arreglar las cosas por ellas. Solo Dios puede hacer eso.
Pero, ¿qué podemos hacer? Invitar. Iniciar. Consolar. Orar. Soltar nuestro deseo de controlar las cosas o cambiar a las personas y, en cambio, simplemente crear un espacio para que el Espíritu Santo se mueva. Podemos presentarnos con Jesús en nuestros corazones y compasión en nuestras palabras y simplemente estar presentes.
Entonces, ¿hay alguien en tu vida que pueda necesitar un gesto auténtico hoy? Tal vez puedas enviarle un mensaje breve a esa persona que le diga: «Hola, amiga. Jesús te ama, y yo te quiero, y estoy aquí para ti».
Y si eres esa persona que necesita que te recuerden que estás un poco menos sola en lo que estás pasando en este momento, seré esa amiga para ti: Querida amiga, Jesús te ama, y hoy no es toda la historia. Sigue adelante. Lo vas a lograr.
Dios Padre, a veces olvido que todas tenemos manchas de lágrimas en nuestras almohadas. Por favor, recuérdame que cada persona con la que me tope necesita compasión y que yo podría ser la única en su vida en este momento que tiene la oportunidad de ayudar y el valor para interesarme. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Mateo 7:12, Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la Ley y los Profetas. (NVI)
¿Qué puedes hacer con compasión por alguien más que está sufriendo hoy?
¡Nos encantaría saber de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.
© 2024 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.
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