¿Alguna vez te has hecho esta pregunta? ¿Dónde está Jesús? Yo sí. Por supuesto, la respuesta que buscaba no era Su ubicación física, sino la garantía de Su presencia. ¿Ve Él la situación en la que me encuentro? ¿Está obrando en ella? ¿Estaré bien mientras la atravieso? ¿Podré incluso superarla?
Ahora piensa en las lecturas de esta semana. ¿Qué lecciones hemos aprendido?
Primero, Dios proveyó para los israelitas, Su pueblo.
- Dios perdonó sus pecados porque los sacerdotes terrenales ofrecieron sacrificios a su favor.
- Los profetas terrenales hablaban mensajes que le aseguraban a los israelitas que Dios proveería fielmente para sus necesidades.
- Aprendieron cómo confiar en Dios, respecto a su seguridad y cómo clamar por ayuda debido a sus experiencias con los reyes terrenales.
- Dios satisfizo sus necesidades físicas de hambre y sed a través de milagros.
En segundo lugar, Dios nos provee ahora y en el futuro a través de Jesús.
- Jesús es nuestro Gran Sumo Sacerdote. Él es el sacrificio perfecto y definitivo. Gracias a Él, somos perdonados y podemos elegir estar en relación con Él para siempre.
- Jesús es la profecía cumplida. Debido a que muchos mensajes proféticos ya se han hecho realidad, podemos confiar en que lo que Él dice sobre el futuro también se hará realidad.
- Jesús es nuestro perfecto Rey de reyes. Él nos conduce, guía y protege.
- Jesús satisface todas nuestras necesidades espirituales porque Él es todo lo que necesitamos.
Pero, ¿qué realmente significan estas lecciones? ¿Cómo nos ayudan a saber que Jesús está con nosotros y que no nos ha abandonado, incluso cuando parece estar en silencio?
Esto es lo que me anima, amiga. Si Dios provee constantemente a Su pueblo sin importar lo que suceda y envió a Jesús a la tierra para salvarnos y asegurar nuestro futuro con Él, entonces sí puedo confiar en Él con lo que está sucediendo en mi vida ahora mismo. Incluso si no lo veo o no lo siento. Incluso si mi situación no cambia. Incluso si lo inesperado sucede.
Entonces, ¿dónde está Jesús? Aquí y ahora, conmigo y contigo, sin importar lo que esté sucediendo. Aferrémonos a esta verdad a partir de ahora. ¿De acuerdo?
¡Gracias por estudiar conmigo esta semana!
Brandy
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.