Tu «sí» podría cambiar todo
Lysa TerKeurst
—Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti. Así que el hombre se fue y proclamó por todo el pueblo lo mucho que Jesús había hecho por él. Lucas 8:39 (NVI)
Y una voz desde el cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él». Mateo 3:17 (NVI)
«¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos su estrella mientras salía y hemos venido a adorarlo». Mateo 2:2 (NTV)
Y me pongo a pensar: «Esto es lo que me duele: que haya cambiado la diestra del Altísimo». Prefiero recordar las hazañas del SEÑOR, traer a la memoria sus milagros de antaño. Salmo 77:10-11 (NVI)
Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11 (NVI)
Pero ellos y nuestros antepasados fueron altivos; fueron tercos y no obedecieron tus mandamientos. Nehemías 9:16 (NVI)
Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que obedezca a Cristo. 2 Corintios 10:4-5 (NVI)
Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados. 1 Corintios 15:52b (NVI)
Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. Romanos 12:18 (NVI)
La luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad jamás podrá apagarla. Juan 1:5 (NTV)
Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas. Proverbios 3:5-6 (NBLA)
—Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti. Así que el hombre se fue y proclamó por todo el pueblo lo mucho que Jesús había hecho por él. Lucas 8:39 (NVI)
pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de...
Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene. Salmo 63:8 (NVI)
Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos, para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría...