Hay una temporada para todo. Eclesiastés 3:1a (NTV)
Si tu infancia fue similar a la mía, quizás recuerdes una canción que solía cantarse en los parques infantiles con otros niños (en E.E.U.U. y el Reino Unido). La letra va algo así:
Michael y Natalie sentados en un árbol,
B-E-S-A-N-D-O-S-E.
Primero llega el amor, luego el matrimonio,
Luego llega el bebé en un cochecito.
Para muchas de nosotros, el escuchar esta canción podría haber sido la primera vez que escuchamos una explicación acerca del progreso en una relación: amor > matrimonio > bebé. Es un poco vaga e incompleta, pero parecía bastante sencilla.
Y luego crecimos.
Como vivimos en un mundo caído, nos dimos cuenta que el progreso de el amor > el matrimonio > el bebé no es necesariamente el orden en que ocurre en la vida de cada persona.
A veces el bebé llega primero. O a veces es el amor, luego llega el bebé y entonces no estamos muy seguros de cuánto podemos confiar el uno en el otro, así es que tal vez nos casamos o quizás no. Por lo que veo en la televisión y en línea, pareciera que hay una competencia para ver quién tiene la relación más creativa y desalineada.
Pero hay una manera ordenada por Dios de cómo progresar en nuestras relaciones. Conlleva más aspectos que el amor, el matrimonio, el bebé, y no resulta en relaciones confusas y fallidas, sino en relaciones exitosas y productivas formadas por dos individuos sanos: personas que tienen una relación con Dios y están tratando de ayudarse mutuamente a hacer Su voluntad.
Podría tomar un tiempo entender este proceso debido a todos los otros enfoques que la cultura nos brinda. Pero la Biblia dice que Dios puede renovar nuestras mentes y transformarnos (Romanos 12:2), y podemos confiar en que Él también lo hará en esta área.
Al mismo tiempo, cuando Dios dijo de Adán en Génesis 2:18, «No es bueno que el hombre esté solo», no quiso decir que no es bueno estar soltero(a)(NVI).
Es cierto que, como humanos, necesitamos involucrarnos en relaciones saludables. En particular, casi todos anhelamos tener intimidad con otra persona.
Pero el sexo no es el único tipo de intimidad, y el matrimonio no es la única temporada valiosa en las relaciones que tendremos en la vida. La temporada de soltería es necesaria, me atrevería a decir, prioritaria, para cualquiera que quiera alcanzar sus objetivos en una relación. Piénsalo: el estar soltero fue el primer estado de Adán.
Si eres soltero(a), existe una gran probabilidad que mucha gente y distintos mensajes te hayan hecho sentir que no eres suficiente sin una “media naranja”. La presión social para que encuentres una pareja puede ser intensa e inflexible, dejándonos tambaleando.
Todo eso puede hacerte sentir que de alguna manera, en tu estado de soltería, eres inferior. Podrías comenzar a sentirte avergonzada de estar soltera . Tal vez tu vida parece incompleta o incluso como un fracaso.
Peor aún, este tipo de pensamiento puede nublar nuestro juicio hasta que nos encontramos acelerados por entrar en relaciones que no nos convienen, decidiéndonos por alguien, quien sea , solo para satisfacer a los demás, calmar nuestros temores o abordar nuestros libidos. Pero este tipo de decisiones apresuradas tienen serias consecuencias. Nuestra alta tasa de divorcios podría tener menos que ver con malos matrimonios y más con una mala soltería.
Déjame animarte: la soltería puede ser la parte más importante del proceso de relación. No es una maldición. ¡Es una oportunidad! Es la mejor oportunidad para trabajar en ser exclusivamente tú: original y distinta. Una soltería exitosa es aprender a ser única y completa. Dios quiere que disfrutemos cada temporada de la vida en la que podamos llegar a ser completos y plenos en Él por nuestra cuenta, aparte de un cónyuge o pareja.
Cada parte de este proceso es buena. Cada parte es apropiada. Hay una temporada para todo (Eclesiastés 3:1a). Entonces, escúchame ahora: cualquiera que sea la temporada relacional en la que estás, no solo estés en ella. Recíbela con los brazos abiertos.
Acepta la temporada en la que estás, agradécele a Dios y aprovéchala al máximo.
Recuerda, Dios quiere que tengamos relaciones saludables y gratificantes. Relaciones que nos ofrecen oportunidades de crecer, servir y hacer una diferencia en el mundo.
Y finalmente, si mi relación con Dios está en primer lugar, yo sé que Él me llevará de donde sea que esté a donde necesito llegar.
Señor, oro para que las amistades, conversaciones y relaciones que escoja te honren. Ayúdame a aceptar la temporada de relaciones en la que me encuentro y vivir la verdad de que quieres que disfrute cada temporada de mi vida. Sin embargo lo más importante es que deseas que sea santa en mi vivir. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
1 Corintios 6:20, porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo. (NTV)
Jeremías 1:5a, Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre. (NTV)
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Recursos Adicionales
Si estás en una relación, alguna vez has estado en una, o conoces a alguien que lo está, disfrutarás leyendo más sobre lo que la Biblia dice acerca de rendir nuestras relaciones a Dios en el nuevo libro de Michael Todd, Relationship Goals: How to Win at Dating, Marriage, and Sex. Obtén más información en su sitio web, IAmMikeTodd.com. O puedes ver el avance del libro aquí.
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Piensa en tus tres relaciones más importantes. ¿De qué manera está usando Dios esas relaciones para recordarte del propósito que Él tiene para ti ? ¡Cuéntanos en los comentarios a continuación!
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