¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él. 1 Juan 3:1 (NVI)

Recientemente descubrí el pequeño diario dorado donde escribí todos mis secretos cuando era niña. Fue divertido retroceder en el tiempo y ver la letra cursiva de principiantes que me recordaba lo que más me preocupaba en ese entonces: quién era mi mejor amiga, de quién estaba enamorada y, por supuesto, ideas para la mejor fiesta de cumpleaños. Oh, cómo desearía ser joven otra vez y que esas fueran mis mayores preocupaciones.

Pero luego seguí leyendo. Y entre líneas que hablaban sobre si esta chica o esa chica era mi mejor amiga por el día, vi algo más profundo. Cuando tuve una presentación musical, escribí lo bien que pensé que lo hacía. En los días de calificaciones, describí todo sobre mis buenas notas. Y sobre los equipos deportivos, bueno, compartí cómo pensé que había ayudado al equipo.

Lo que la versión más joven de mí no sabía es que ella llevaba un cuadro de mando de su vida. Cuantos más puntos obtenía a su favor, más "merecía" ser amada.

Esta era la mentira que creía: lo que haces es quién eres. Cuanto más haces, más te quieren.

Admito que hay veces que todavía lucho con esto, pero esto es lo que quiero decirte, amiga, y a todas las hermosas jóvenes: ¡Eres amada y querida simplemente porque perteneces a Jesús!

Dios tomó la decisión de crearme, y eso es evidencia suficiente de que soy amada simplemente porque soy Suya. A menudo me pregunto quién habría sido si hubiera creído esta verdad en mis pequeños días del diario dorado.

El versículo clave de hoy es uno que todos necesitamos saber en lo más profundo de nuestros corazones: ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él (1 Juan 3:1).

¡Juan nos pide que veamos, experimentemos, cuán grande y maravilloso es este tipo de amor que nuestro Padre celestial perfecto nos ha dado! ¡Él nos otorga este amor incondicional simplemente porque somos Suyas! Nuestros logros no pueden aumentar o disminuir Su amor por nosotras, y no hay nada que podamos hacer para que Él nos lo quite.

Tal vez hay una niña dentro de la versión adulta tuya que necesita escuchar esto hoy: eres amada. Eres apreciada, ¡Lo eres, simplemente porque eres Suya!

Y si tienes una niña pequeña en tu vida tratando de descubrir quién es ella en este mundo de registro de puntajes, dile esta verdad sobre ella hoy también: eres amada. Eres apreciada, ¡Lo eres, simplemente porque eres Suya!

¡Oh Jesús, gracias! Gracias por amarme solo porque soy Tu creación. Te alabo porque nada de lo que hago puede disminuir Tu amor, y nada de lo que hago puede hacerlo más grande. Ayúdame a descansar en esta verdad hoy cuando tengo la tentación de llevar la cuenta. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

1 Juan 4:16, Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. (NVI)

Romanos 5:7-8, Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena; pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. (NTV)

Recursos Adicionales

¿Necesitas más recordatorios de la verdad de nuestro versículo clave, 1 Juan 3:1? Mira los devocionales a continuación, son sobre el amor de Dios y quién eres en Él.

Quien Dios dice que eres, por Nancy Beach
Entender a dónde pertenecemos, por Jasmine Williams
¡Me encanta la forma en que me amas!, por Alicia Bruxvoort
La gracia de Dios habla de Su amor por ti, por Kia Stephens

Reflexiona y responde

Cuando se trata de entender cuánto eres amada y apreciada por Dios, ¿qué te ha ayudado más?

¿Cuál es un paso que puedes dar hoy para recordarle a tu corazón, que a veces es muy olvidadizo, cuánto Dios te ama? ¡Comparte tus ideas en la sección de comentarios!

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