Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento. Serán llamados robles de justicia, plantío del Señor, para mostrar su gloria. Isaías 61:3 (NVI)
¿Alguna vez has metido la pata tanto que pensaste, Bueno ... Dios podría ser capaz de usarla a ella, pero no a mí. Mi vida es como un incendio de basura … ?
Me parece lógico que Dios pueda transformar en algo bueno las cosas malas que me suceden, pero ¿y qué pasa con las cosas que me provoco a mí misma, esas situaciones pecaminosas de mi propia fabricación?
Me cuesta aceptar el amor inquebrantable y la gracia de mi Padre celestial cuando hago alguna estupidez épica y me encuentro en un verdadero desastre.
En nuestro versículo clave, Isaías 61:3, no hay distinción sobre cuando Dios nos ama lo suficiente como para otorgarnos una corona de belleza, ni tampoco nos dice que sólo utiliza ciertas cenizas y no otras cosas. Dice, Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento. Serán llamados robles de justicia, plantío del Señor, para mostrar su gloria.
En otras palabras, Dios puede convertir algo que se ha incendiado en algo hermoso... aún cuando fuiste tú quien encendió el fósforo.
Isaías 54:10 también aborda este tipo de amor incondicional: Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, —dice el SEÑOR, que de ti se compadece— (NVI).
No dice que Su amor infalible permanecerá, sólo mientras la montaña tambaleante sea algo que alguien te haya hecho a ti y no hecho por ti. En realidad, lo que sí dice es esto: Siempre voy a amarte... pase lo que pase.
Hace muchos años, después de sufrir como víctima de la infidelidad en mi matrimonio, me sentía angustiada y desconsolada.
Me sentía indigna, no amada y no deseada.
Y aunque acudí al Señor para encontrar sanidad, no estaba sucediendo tan rápidamente como a mí me hubiera gustado, así que tomé cartas en el asunto optando por algo terrible. Para aliviar el dolor y el vacío que estaba sintiendo, tuve mi propia aventura amorosa.
Tratando de poner una curita en mi orgullo destrozado, me di cuenta de que no aliviaba mi dolor a largo plazo — de hecho, fue todo lo contrario. Lo que hizo fue poner fuego a cualquier esperanza de reconciliación en mi matrimonio, incendié hasta el suelo mi expectativa de cuento de hadas y herí a todos a mi alrededor en una cascada fluyente de lava.
Un fósforo pecaminoso que encendí yo misma lo destruyó todo.
Pero entonces sucedió algo increíble: Dios no me abandonó allí.
Sopló vida y aliento sobre las cenizas que yo había hecho y provocó una nueva llama. Una llama de fuego del Espíritu Santo que me liberó de mi pecado y de mi vergüenza.
Me dio el perdón y un amor incondicional que yo no merecía. Entonces, alimentó en mí una pasión para decirles a los demás que sus errores y sus desastres no son la medida de cómo Dios los ve y los ama. Él los ama pase lo que pase.
Dios usa el fuego para refinar, y con el tiempo, una gran presión produce diamantes valiosos. A veces el fuego del refinador es algo a lo que nos lanzamos nosotras mismas. Y de ese fuego también, Él puede producir diamantes.
Si tu situación imposible y pecaminosa parece ser demasiado para ser transformada, recuerda que entre más caliente sea el fuego y cuanto mayor sea la presión, mayor será el diamante que Dios puede producir en ti para lucir en tu vida y así reflejar Su gloria que te ha restaurado.
No apagues simplemente el incendio de la basura de tu vida, escondiendo así los diamantes. Puede haber una hermana cerca que necesite escuchar tu historia porque sostiene un fósforo en su mano.
Señor, gracias por Tu gracia infinita que no tiene estipulaciones. Hoy, voy a aceptar el amor eterno que tienes para mí, pase lo que pase, incluso en mis desastres. Ayúdame a recibir ese tipo de amor y gracia y cubrir a mis hermanas con él. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
Hebreos 4:16, Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro. (RVA-2015)
Recursos Adicionales
Si quieres más inspiración sobre cómo Dios puede convertir tus errores en belleza, lee el devocional de Anitha Abraham, Cuando el gallo canta.
Reflexiona y responde
¿Alguna vez te has encontrado en un lío de tu propia creación que te dejó sintiendo irredimible?
Tómate un momento y cambia tu pensamiento. ¿Qué pasaría si Dios usara tu error más grande para Su mayor gloria? ¡Él puede, y lo hará! Comparte tus pensamientos acerca del devocional de hoy con nosotros en los comentarios.
© 2020 por Jada McClintick. Todos los derechos reservados.
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.