Devocionales

Viendo la bondad de Dios en medio de circunstancias difíciles

Kia Stephens 11 de diciembre de 2020
Cruzaba Jacob por el lugar llamado Peniel, cuando salió el sol. A causa de su cadera dislocada iba rengueando. Génesis 32:31 (NVI)

«Da otro paso», me dije a mí misma, mientras mi cuerpo contrarrestaba el dolor.

Todo en mí quería detenerse, dar la vuelta y renunciar, pero mi pequeña familia de cuatro había llegado demasiado lejos para dar marcha atrás. Después de subir una montaña de 900 metros el día anterior, ahora nos encontrábamos caminando hacia un cañón de 300 metros pies con impresionantes vistas de río y cascada.

A pesar del hecho de que me dolía todo, continuamos avanzando poco a poco hasta el fondo con la esperanza de ver más de cerca las corrientes de agua. Por todos lados, estábamos rodeados por paredes del cañón, árboles altísimos y audaces flores silvestres.

Fue impresionante, pero estaba distraída por mi dolor.

Los músculos adoloridos, los jadeos de aire y la fatiga competían por mi atención y casi ganaron. La espectacular creación de Dios estaba cercana y personal, y todo lo que podía pensar era en cuándo terminaría. Cuanto más pensaba en mi incapacidad para disfrutar plenamente de mi entorno, más me daba cuenta de que había estado en este lugar antes.

El dolor nubló mi perspectiva en más de una ocasión y me impidió ver vislumbres obvias de Dios.

El cansancio de criar a mis hijos, la decepción por el fracaso, la abrumadora dificultad y la enfermedad de un ser querido han hecho que a veces sea difícil ver la bondad de Dios. Creo que Jacob pudo haber experimentado algo parecido después de luchar toda la noche, como se registra en el libro de Génesis.

Las Escrituras nos dicen que Jacob luchó con un hombre hasta el amanecer. No sabemos si este hombre era un ángel o Dios mismo, pero sabemos que Su fuerza era superior a la de Jacob. Durante el curso de su batalla, el hombre tocó la glena de la cadera de Jacob y la dislocó mientras peleaban.

En medio de esta batalla que cambió su vida, Jacob se debilitó en cuestión de segundos. Aunque el dolor pudo haber atravesado su cuerpo, Jacob se negó a soltar al hombre hasta recibir una bendición.

En respuesta, el hombre le dio un nuevo nombre: Israel. Jacob pasó de ser conocido como un engañador a uno que luchó con Dios. El nuevo nombre de Jacob sería el del pueblo elegido por Dios.

Jacob fue bendecido, se le había dado un nuevo nombre, era heredero de la promesa de Abraham y, además, ahora también cojeaba. Génesis 32:31 dice: “Cruzaba Jacob por el lugar llamado Penuel, cuando salió el sol. A causa de su cadera dislocada iba rengueando".

El cambio de nombre fue una demostración de la bondad del Dios que cumple promesas en acción; pero estoy convencida de que la bondad de Dios también se puede ver en la cadera dislocada de Jacob. Como no sabemos si la cadera de Jacob alguna vez sanó, es probable que Jacob haya cojeado por el resto de sus días.

Todos los días, Jacob tenía un vívido recordatorio de su debilidad en comparación con la fuerza sobrenatural de Dios. Diariamente, se animaba a confiar, no en sus tendencias engañosas, sino en su Dios todopoderoso. Esto también era una muestra de la bondad de Dios.

Así como la bondad de Dios se puede ver en la difícil circunstancia de Jacob, también se puede ver en la mía. Vi las bendiciones de Dios en el asombro de mis hijos una vez que finalmente llegamos al fondo de ese cañón. Fui testigo de Su soberanía al contemplar Su creación. Experimenté Su gracia mientras salíamos de ese cañón.

Aunque es difícil verlo, la bondad de Dios está presente en nuestras experiencias de vida más desafiantes.

Puede parecer que Dios no está presente en absoluto cuando enfrentamos dificultades, pero Dios siempre está presente. Tiene un plan perfecto para las cosas que consideramos buenas, pero también para las que percibimos como difíciles. Cuando elegimos ajustar nuestras perspectivas, podemos ver Su bondad, incluso en las circunstancias difíciles de la vida.

Amado Dios, gracias porque Tu bondad es evidente en mis circunstancias más difíciles. Por favor muéstrame Tu bondad donde no pueda verla en mi vida. Ayúdame a confiar y creer que Tus caminos son siempre buenos. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

2 Corintios 12:7b, Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me atormentara. (NVI)

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¿Qué circunstancia difícil estás enfrentando actualmente? ¿Dónde ves la bondad de Dios en esta circunstancia ? ¿Cómo podría el Espíritu Santo guiarte a ajustar tu perspectiva?

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