Devocionales

Ayúdala a ser valiente

Amy Ford 11 de enero de 2021
¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el SEÑOR: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios! Miqueas 6:8 (NVI)

Un día, mientras estaba sentada en la mesa frente a un pastor, no pude contener mis lágrimas de felicidad. Él había estado compartiendo sobre su hija, Abby y su embarazo no planeado, y el efecto que tuvo no solo en su familia sino también en la iglesia que pastoreaba.

El padre del bebé entraba y salía de la cárcel y no formaba parte de la vida de Abby; ella había pedido perdón por el dolor que había causado. Quiso volver a casa y así lo hizo. Finalmente, Abby dio a luz a una niña preciosa. Todos en la familia estaban felices con su llegada, aunque el momento no fuera el que esperaban.

Durante el embarazo, el pastor había compartido la noticia con su congregación y fue recibida con gracia. Los miembros de la iglesia habían comprado y llevado a su casa regalos para la criatura. Animaban a Abby y le agradecían por haber elegido la vida. Lo que él dijo luego me conmovió profundamente.

Me contó que Abby le había preguntado si estaría bien dedicar a la bebé, su nieta, en la iglesia. Él estuvo de acuerdo y organizaron ese momento para la próxima ceremonia de dedicación.

Durante ese tiempo de celebración cuando cada familia camina hacia el altar, el pastor pregunta: «¿Pueden ponerse de pie los miembros de la familia que representan a este niño?». Entonces el pastor hace una oración de dedicación por esa familia en particular.

La noche de la dedicación de la bebé de Abby, familia tras familia fue pasando al altar, hasta que finalmente llegó su turno.

El pastor hizo la misma pregunta que había hecho a las familias anteriores: «¿Pueden ponerse de pie los miembros de la familia que representan a esta mujer y su hijo?».

Lo que sucedió a continuación es la imagen perfecta del sueño de Dios para el mundo: la iglesia en su totalidad se puso de pie.

Liderando un ministerio nacional que organiza grupos de apoyo en la iglesia para mujeres con embarazos inesperados, he visto de primera mano el poder que tiene la iglesia para ayudar a salvar vidas, gracias a la bondad y el amor. La iglesia puede ser una familia espiritual para una madre soltera, no solo durante el embarazo, sino para toda su vida. La iglesia puede ser un ejército de guerreros amorosos para ayudarla a ver más allá de circunstancias no planeadas que podrían estarla consumiendo y, en cambio, ayudarla a ser valiente.

Dios ha puesto dentro de ti ciertas fortalezas, dones y pasiones para que puedas usarlos para cambiar el mundo. Hay algo único dentro de ti que te prepara para ayudar a alguien a ser valiente. Juntas podemos hacer que la elección a favor de la vida sea la única opción posible.

Dios nos manda a usar esos dones y pasiones, y nos dice cómo hacerlo, “¡Ya se te ha declarado lo que es bueno!  Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miqueas 6:8). Cuando usamos nuestros dones para “practicar la justicia”, “amar la misericordia” y “humillar[nos] ante [nuestro] Dios”, nos convertimos en las manos y los pies de Cristo.

Aquí hay algunas preguntas que puedes hacerte mientras oras sobre cómo poder ayudar específicamente en tu comunidad y en tu esfera de influencia:

1. ¿Qué te apasiona? ¿Cuál es tu pasatiempo favorito? ¿Podría ser usado para el movimiento pro-vida, o para otra causa? Por ejemplo, si te gustan los números, enséñale a una mamá soltera cómo planificar su presupuesto. Si te encanta la orientación vocacional, ayuda a un padre a crear su currículum y encontrar un trabajo. Si amas a los niños, ofrécete a cuidarlos. Si tienes un don para arreglar autos, podrías ayudar a reparar el vehículo de una madre adolescente.

2. ¿Qué te hace golpear la mesa con el puño y decir: “¿Alguien tiene que hacer algo sobre esto!"? Ese alguien podrías ser tú. Hay una razón por la cual te apasionas ante cierta injusticia o causa — tal vez Dios te ha diseñado para hacer algo al respecto.

3. ¿Cuál es tu historia? A menudo, nuestro propósito está ligado a nuestra historia. ¿Has experimentado un aborto y quieres ayudar a otras a experimentar la sanación de Dios de la manera que tú lo has hecho? ¿Te ha hecho sentir abandonada un embarazo no planeado o una maternidad en soltería? Quizá puedas ser la persona que hubieras querido tener a tu lado. A menudo, Dios usa nuestro dolor más profundo como la plataforma de lanzamiento para nuestra mayor vocación.

Mira el mundo y fíjate en lo que te rompe el corazón. Luego, corre hacia ello en vez de alejarte. Profundiza y pregúntale a Dios si tu corazón está roto porque el Suyo también lo está. Cuando tu angustia se convierta en un mapa para encontrar un lugar dónde servir, eso encenderá tu alma.

Si todas trabajamos juntas, haremos que elegir la vida sea la única opción y podremos empoderar así a las mujeres a ser valientes. ¡Trabajemos juntas para practicar la justicia, amar la misericordia y humillarnos ante Dios!

Padre Celestial, gracias por darme la pasión de ser hacedora de cambios. Perdóname por no usar plenamente los dones que me has dado para servir a los demás. Ayúdame a encontrar una manera de ayudarla a ser valiente. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Proverbios 3:27, No niegues un favor a quien te lo pida si en tu mano está el otorgarlo. (NVI)

Como devocional patrocinado, las dos secciones siguientes pueden contener enlaces de contenido solo en inglés.

Recursos Adicionales

Para obtener ideas prácticas sobre cómo empoderar a las mujeres en sus decisiones de vida, obtén una copia del libro de Amy Ford, Help Her Be Brave: Discover Your Place in the Pro-Life Movement.

Para más ideas que ayuden a salvar vidas, visita el sitio web Help Her Be Brave.

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Sigue a Amy en Instagram: @amymford y @embracegraceinc.

Reflexiona y responde

¿Qué dones te ha dado Dios que podrían ayudar a una mujer con un embarazo inesperado a ser valiente y elegir la vida? ¡Déjanos saber en los comentarios!

© 2021 por Amy Ford. Todos los derechos reservados.

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

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