Me ha enviado a sanar los corazones heridos…a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento. Isaías 61:1,3 (NVI)
«Mami, cuéntame un cuento».
Era una petición frecuente de mi hijo cuando era pequeño. Tanto en el coche, en la peluquería, o en la cama justo antes de dormir, a Steven le encantaba que le contara un cuento. El único requisito para mi cuento inventado era que Steven me tenía que dar la primera frase. «Bien, mi niño» diría yo, «¿Cuál es la primera frase?»
«Érase una vez una hoja…»
«Érase una vez un caracol…»
«Érase una vez un árbol…»
«Érase una vez un dragón…»
Y así, empezaría el cuento.
A todos les encanta una buena historia, pero no todos aman su propia historia. Los errores se amontonan como una montaña de ropa sucia acumulada. La vergüenza susurra, “si sólo supieran”. Las páginas manchadas de lágrimas deforman el libro, causando que se quede abierto en las páginas no deseadas. Las esquinas dobladas marcan los eventos traumáticos, a los cuales solemos volver para poder encontrar algo de sentido a todo. Algunas páginas tienen manchas desgastadas de tanto borrar con la goma mental sobre las palabras que no desaparecen. Las líneas que hemos intentado tachar, en cambio, resaltan y se burlan de nosotras. Todas las tenemos – aquellas páginas no deseadas. Sí, me gustaría elegir otra historia, por favor.
Para la mayoría de nosotras, no es la totalidad de nuestra historia que no nos gusta, solamente algunas partes. Nuestras tragedias, traumas y recuerdos demasiados oscuros para ser contados pueden ser distintos, pero el dolor es el mismo.
El abandono de un marido.
La infidelidad de un novio.
La traición de una amiga.
El maltrato de un padre o una madre.
El abuso de un jefe.
El desgaste de una enfermedad.
El tirón repentino de un volante.
El disparo de un arma.
La muerte de un niño.
No conozco las dificultades que has sufrido, pero sé que tu historia no termina allí. Hay más que escribir y Dios ahora mismo está sumergiendo Su pluma en el tintero de la integridad, escribiendo tu historia y la mía dentro de Su historia más grande. Dios convierte historias incompletas en prosa hermosa y las páginas no deseadas en historias sorprendentes de victoria. Y no es simplemente una promesa; es una verdad fundamental, una que conozco por experiencia personal.
Sin embargo, Dios nunca quiere que nos quedemos atascadas en nuestro dolor del pasado. Él anhela sanar los lugares quebrantados y llenar los espacios vacíos. La Biblia dice esto acerca de Jesús por medio de las palabras proféticas de Isaías:
… por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del SEÑOR y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo, y a confortar a los dolientes de Sión. Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento.(Isaías 61:1-3, NVI).
¿No es asombroso que Dios puede convertir nuestros capítulos tan oscuros en nuestras más grandes victorias? Él puede, tú lo sabes. Pero Él pide nuestra cooperación. Una hermosura inmensa puede surgir de nuestras historias estropeadas y destrozadas. Una luz intensa puede surgir de nuestros días más oscuros y desesperados. Fue sólo cuando entregué a Dios los pedazos rotos de mi vida que Él me mostró cómo vivir una historia mejor.
Quiero animarte hoy – no te quedes atascada en el dolor o la vergüenza. Sigue hacia adelante y pídele a Dios que te muestre cómo transformar tu lamento en baile.
Señor, a veces no me gusta mi historia. Sin embargo, sé que Tú puedes utilizar cada página para traer gloria a Tu nombre. Muéstrame cómo puedo transformar mi lamento en baile y ayúdame ver cómo Tú transformas mis cenizas en belleza en cada capítulo de mi vida. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
Romanos 8:28, Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. (NVI)
Recursos Adicionales
¿Te encanta el versículo clave de hoy de Isaías 61? Para leer más devocionales basados en este capítulo, echa un vistazo a Diamantes e incendios de basura por Jada McClintick y Cuando el gallo canta por Anitha Abraham.
Reflexiona y responde
¿Cuál es un capítulo de tu vida que anhelas que Dios redima, para cambiarlo y utilizarlo para bien?
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© 2021 por Sharon Jaynes. Todos los derechos reservados.
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