Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no valoraron tanto su vida como para evitar la muerte. Apocalipsis 12:11 (NVI)
Nunca olvidaré la primera vez que una niña en la escuela primaria me dijo que yo era fea.
Recuerdo que sentí como si el mundo dejara de girar y, de repente, todo el mundo me volteaba a ver, asintiendo con la cabeza. La vergüenza llenó mis mejillas de rojo. Corrí al baño. Me miré la cara en el espejo. No me molesté en limpiarme las lágrimas y los mocos. Me quedé allí deseando poder tapar lo que fuera que hizo que aquella niña considerara que yo no era aceptable.
Pero me di cuenta de que no era sólo una parte de mí la que ella consideraba fea. Era la suma total de mí. En su opinión, yo era fea. No sólo mi pelo o mi nariz o mi cuerpo... era todo de mí. Y lo más triste de todo es que yo estaba de acuerdo con ella.
Han pasado décadas desde aquel desafortunado incidente, el cual decía mucho más sobre los problemas de esa otra niña que sobre los míos. Pero todavía puedo encontrarme a mí misma mirándome en el espejo estando de acuerdo con declaraciones que son tan opuestas a la Verdad de Dios. Sabemos que el enemigo es el padre de la mentira (Juan 8:44). Pero donde tropiezo es cuando mis inseguridades hacen que sus mentiras se sientan como la verdad más fuerte en mi cabeza.
Por eso, tenemos que poner nuestras mentes y nuestros corazones en la Verdad absoluta de la Palabra de Dios. Cuando nuestras inseguridades nos ruegan que creamos que no somos “creación admirable y maravillosa" (Salmo 139:14), debemos ver las páginas llenas de esperanza en las Escrituras para recordarnos la diferencia entre la mentira y la verdad.
El enemigo quiere que te veas y compares en todas las formas en que ya te sientes inadecuada. Quiere que dudes de la bondad de Dios sobre cómo te creó. Así que, si empiezas a escuchar el guión del enemigo, reconócelo por lo que es: falsas acusaciones.
Aquí te comparto una guía para recordarte cómo el enemigo te susurra al oído:
“Si tan solo fueras …”
“No eres suficiente …”
“Eres demasiado …”
“Si Dios en verdad te amara …”
“La gente piensa que eres tan …”
“¿Por qué simplemente no puedes …?”
“¿Por qué ella siempre consigue …?”
“¿Por qué nunca puedes …?”
Querida amiga, no ayudes al enemigo a llevarte a un estado de derrota creyendo y repitiendo sus guiones. Dios te guiará con amor y convicción, pero nunca con acusaciones o condenas. Él no te mide por lo que estás o no estás logrando, la talla de tus pantalones, cómo se comportan tus hijos hoy o cuánto dinero tienes en tu cuenta bancaria. Él ama tu corazón. Él quiere tu corazón. Rechaza las mentiras y empieza a escuchar a Aquel que te conoce completamente y te ama plenamente.
Comencemos a predicar la Verdad de Dios a nuestros corazones en medio de cualquier inseguridad que nos esté asediando el día de hoy. Es la manera más poderosa de ayudarnos a combatir las mentiras y acusaciones del enemigo. Lo derrotaremos por la sangre del Cordero y por la palabra de nuestro testimonio. (Apocalipsis 12:11, parafraseado)
Cómo me encanta este último versículo.
El mensaje de Dios sobre la esperanza de derrotar al infierno suele predicarse con más fuerza desde los labios de aquellos cuyo dolor se ha convertido en el propósito de contar a la gente lo que Dios ha hecho en sus vidas.
Jesús ha derramado Su sangre. Nosotras podemos brindar las palabras de nuestro testimonio.
Además, nunca olvides quién es “… el acusador de nuestros hermanos …” (Apocalipsis 12:10b, NVI) y que sus viciosas mentiras siempre irán tras tus inseguridades y dudas más vulnerables.
Debemos dejar que las palabras de Dios se conviertan en las palabras con las que vivimos. Cambiemos los guiones que nos suplican que creamos todo lo contrario a la Verdad de Dios.
Él está contigo, no te dejará, y te acompañará en todo momento a través de esto.
Dios, ayúdame a buscarte sólo a Ti para que me digas quién soy cuando me sienta tentada a creer mentiras sobre mí misma. Hoy estoy eligiendo cambiar el guión y predicarme la Verdad a mí misma. Sé que Tú me amas, que no me dejarás y que me acompañarás a través de lo que sea que esté enfrentando en este momento. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
Salmo 119:98, Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos porque me pertenecen para siempre. (NVI)
Proverbios 30:5, »Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. (NVI)
Recursos Adicionales
Aprende a reescribir el guión y seguir adelante con la ayuda del nuevo libro bestseller de TerKeurst, Perdona lo que no puedes olvidar. Con profunda empatía, una visión terapéutica y una rica enseñanza bíblica procedente de más de 1,000 horas de estudio teológico, Lysa te ayudará a aprender a seguir adelante cuando la otra persona se niega a cambiar y nunca pide perdón, y te guiará a través de un proceso paso a paso para liberarte del dolor de tu pasado y sentirte menos ofendida el día de hoy.
Reflexiona y responde
¿Cuáles son algunas de las mentiras del enemigo con las que más luchas en tu vida? ¿Qué verdades específicas de las Escrituras puedes usar para cambiar esos guiones? Comparte tus ideas en los comentarios.
© 2021 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.