Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo. Juan 16:33 (NTV)
Al regresar a casa luego de un viaje de negocios, podía sentir el peso de la ansiedad y el estrés que se apoderaban de mi corazón.
Durante mi viaje de seis horas en el carro, cometí el error de sintonizarme a las estaciones de noticias de la radio en vez de música para mantener mi mente alerta. Innumerables noticias, una tras otra, cada una personificaba nuestro mundo quebrantado. Historias de abuso, tiroteos masivos, desastres, corrupción política, la pandemia, cierres de negocio, personas sufriendo, y más caían sobre mi mente y corazón como una avalancha de piedras pesadas.
Esta sobredosis de noticias negativas, encima de situaciones ya estresantes con las cuales estaba lidiando en mi propia vida, me dejaron con la cabeza dando vueltas con pensamientos y emociones repletos de ansiedad. No me sorprendió cuando sentí una presión en el pecho y se empezaba a formar un nudo en mi estómago, una señal segura de que la toxicidad del estrés amenazaba con infiltrarse dentro de mi alma. Otra vez.
Unos años atrás, ya había experimentado el daño que puede causar un estilo de vida estresado, lleno de ansiedad sobre nuestras mentes y cuerpos. Por lo tanto, sabía que necesitaba tomar las riendas de mis emociones y pensamientos y dirigirlos en una dirección distinta para centrarlos intencionalmente en la paz disponible a través de Jesús.
Este don de paz, que es nuestro único rescate del estrés tóxico, puede ser resumido en un versículo, Juan 16:33: “Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo”.
En Juan 16, Jesús advierte a Sus discípulos que la vida está a punto de volverse estresante. Él los anima a no abandonar su fe y a recordar que Él siempre estará con ellos. Jesús intentaba explicarles Su crucifixión venidera y asegurarles que, aunque los iba a dejar, también regresaría. Sin embargo, los discípulos estaban confundidos y preocupados.
Así que, en el versículo 33, Él les asegura que, no importa lo que suceda en su vida terrenal, siempre pueden permanecer en paz en Él.
Igual que los discípulos, nosotras también podemos, rápidamente, permitir que las incertidumbres y las dificultades de la vida nos roben la paz de Dios de nuestros corazones, poniéndonos a nosotras mismas en un trayecto de ansiedad y estrés crónico, lo cual es dañino para nosotras tanto mental, emocional e incluso físicamente. A pesar de que la palabra “estrés” no se menciona en la Biblia, Jesús abordó el tema.
Él se refirió a esta enfermedad del estrés de manera constante con sinónimos como ansiedad, preocupación, dificultades, temores, cargas, angustias, desaliento, pruebas, tribulaciones y adversidades, solo por nombrar unos pocos. Jesús habló de penas, temores, frustraciones y traiciones – la tristeza del engaño, la presión de la tentación y la devastación del pecado. Él habla de las circunstancias difíciles que sucederán en los gobiernos, las iglesias, las relaciones, los matrimonios, las familias, las comunidades y en el mundo entero. Sin embargo, Jesús también expresa ánimo para lidiar con los causantes del estrés en la vida.
A pesar de las diferencias entre los tiempos bíblicos y el siglo 21, la presencia del estrés y nuestra necesidad de Jesús es la misma. Jesús entendió que la vida siempre iba a ser estresante y Su promesa de paz es aplicable, no importa el siglo en que vivimos. Su Palabra es nuestra única fuente de paz y alivio verdadero y perdurable cuando nos sentimos estresadas, agotadas y al límite.
Quizás has probado cada táctica de alivio de estrés conocida por la humanidad, pero todo en vano. Eso es porque ninguna de las opciones de cómo manejar el estrés en nuestro mundo puede estar a la altura del alivio al estrés real y permanente que solo se encuentra en Jesús.
Si has estado buscando la paz y la serenidad que parece estar totalmente fuera de nuestro alcance, quizás simplemente has estado buscando en todos los sitios equivocados. El estrés es una indicación externa de una situación interna, una situación de un corazón que necesita la paz de Jesús.
Querido Jesús, necesito desesperadamente Tu paz en medio de los tiempos caóticos de hoy y mis propios factores estresantes que estoy enfrentando. Lléname con una paz que sobrepasa todo entendimiento. En el Nombre de Jesús, Amén.
RECOMENDAMOS
¿Las preocupaciones de la vida han intentado consumirte? La preocupación y la ansiedad que te mantienen despierta en medio de la noche, preguntándote si es posible una noche de descanso. En medio de todo esto, queremos ofrecerte algunas formas prácticas de recordar quién es Dios y ayudarte a mantenerte conectada con la Verdad que solo se encuentra en Su Palabra. De la preocupación a la alabanza es un devocional gratuito de siete días que te ayudará a:
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PROFUNDICEMOS
Salmo 29:11, El SEÑOR le da fuerza a su pueblo; el SEÑOR lo bendice con paz. (NTV)
Filipenses 4:6-7, Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús. (RVA-2015)
¿En qué situaciones has dejado que el enemigo robe tu paz? ¿Qué necesitas hacer para recuperar la paz de Dios hoy y enfrentar estos desafíos en Su poder?
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