Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado… Efesios 1:18 (NVI)
El otro día, mientras tomábamos café, escuché a una joven llorosa hablarme sobre algunas de sus experiencias dolorosas en la iglesia.
Veinte años atrás, nuestras historias eran tan similares que yo podría haber sido ella.
Sé lo que es amar tanto algo que tiene el poder de romper el corazón. Yo también he creído en algo que me decepcionó al punto de sentirme traicionada y hastiada. En el corazón de esta hija de pastor, solo el tiempo y la consejería han sanado los lugares heridos y han restaurado un amor nuevo y diferente pero más profundo por la iglesia.
Para algunas de nosotras, la historia de nuestro dolor proviene de un lugar diferente: el dolor por la muerte de alguien a quien amamos… la traición de una relación dolorosa… una batalla interna agotadora y continua. Ninguna de nosotras es inmune a las dificultades de la vida.
Y luego, tenemos esta pandemia global, que ha traído consigo un nivel de cansancio, duda, desilusión y desesperación que muchas de nosotras nunca antes habíamos conocido. Nos hace anhelar volver a creer, volver a tener esperanza y ver nuevamente el bien en nuestras vidas y en este mundo.
Pero, ¿te puedo sugerir algo que me ha ayudado a través de los años y diferentes circunstancias difíciles?
Si te sientes impotente para cambiar tus circunstancias y luchas por tener una perspectiva esperanzadora, pídele a Dios que te ayude a pasar de “qué pasaría si” a “lo que está pasando”… y de “lo que fue” a “ahora qué”.
Estos cambios de enfoque no solo son agentes de cambio en nuestra mente y corazón, sino que también son ideas bíblicas que cambian la vida.
El “qué pasaría si” es un lugar donde nos estancamos a menudo: un patrón repetitivo y frustrante de preguntas sin respuestas buenas que obstaculiza nuestra capacidad para seguir adelante en la vida.
“Lo que está pasando” se convierte en un cambio focal hacia las realidades en el momento; las posibilidades que aún existen; la esperanza que se nos brinda como creyentes; y la promesa del cielo, el premio supremo y perenne.
“Lo que fue” es un lugar al que a menudo volvemos y habitamos innecesariamente, repitiendo cosas dolorosas de nuestra historia, viviendo en remordimiento y resentimiento.
El “ahora qué” se convierte en nuestra nueva y poderosa perspectiva para todos y cada uno de los días, lo que trae un nuevo nivel de positividad, esperanza y paz.
Amiga, lo que te sucedió no necesariamente fue justo. No fue correcto. Definitivamente, no era lo que querías.
Pero, ¿qué puede hacer Dios con tu vida ahora? ¿Dónde puedes encontrar gozo? ¿Qué queda que pueda usarse para propósitos eternos?
¿De hecho, crees que Dios tiene el poder de iluminar los ojos de tu corazón para darte esperanza nuevamente, como Pablo ora en nuestro versículo clave?
Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado… (Efesios 1:18, énfasis añadido).
¿Es posible que Aquel que es lo suficientemente poderoso como para crearte y amarte a través de esta adversidad también pueda ser lo suficientemente poderoso como para ayudarte a ver nuevamente el bien en sus secuelas?
Sí.
Sé que te han lastimado. Y, vaya que este mundo es imperfecto y doloroso. Sin embargo, aun siendo eso cierto, me aferro a las promesas de que Dios todavía tiene lo bueno para nosotras. Incluso en el dolor. Incluso a pesar del dolor. Incluso hoy.
Para mí y para ti.
Querido Jesús, danos ojos para volver a ver lo bueno. Ayúdanos a ver el bien en nuestra vida y en las personas. Sobre todo, ayúdanos a ver y conocer Tu bondad para que anhelemos servirte más y más. En el Nombre de Jesús, Amén.
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Recomendamos
Para obtener más formas útiles de restaurar la esperanza en tu vida después de las temporadas difíciles, obtén una copia del último libro de Lisa Whittle, The Hard Good: Showing up for God to Work in You When You Want to Shut Down, (prólogo de Lysa TerKeurst).
Para una gran guía de estudio sobre este tema y sobre cómo Dios quiere usar las temporadas difíciles en tu vida, obtén una copia del estudio bíblico de Lisa Whittle The Hard Good: Showing Up When You Want to Shut Down, un estudio de 1 Samuel (los reyes Saúl y David).
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Profundicemos
Filipenses 3:13-14, …olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús. (NTV)
2 Corintios 4:8-9, Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. (NVI)
¿Cómo cambiaría tu vida si pasaras del “qué pasaría si” a “lo que es” … y de “lo que fue” a “ahora qué”?
¿Cuál es una manera práctica en la que puedes proceder a partir de una circunstancia difícil de hoy, progresando del ayer? ¡Déjanos saber en los comentarios!
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