Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría. Salmo 90:12 (NVI)
Lo vi parado al final de nuestro camino de entrada compartido, colocando cuidadosamente una carta en el buzón. Quería saludarlo con la mano y seguir mi camino… pero al llamado del Espíritu Santo, me detuve a platicar con mi vecino.
Intercambiamos varias formalidades y nos pusimos al corriente en nuestras vidas antes de concluir nuestra conversación. Con lágrimas en sus ojos, mi vecino le sonrió a mi hija pequeña en el asiento trasero y me dijo, «Disfruta esta etapa. Estos son en realidad los buenos tiempos».
La urgencia en su voz me impactó, y reflexioné sobre sus palabras mientras me dirigía a la escuela de mis hijos. Honestamente, batallé en entender su perspectiva. ¿Estos son los buenos tiempos?, pensé. La “locura de las madres en el verano” me había desgastado, y en lo único en que podía pensar era que la vida sería mejor cuando todos mis hijos estuvieran en la escuela. O cuando fueran un poco más mayores. O cuando pasara esta pandemia y la vida regresara a ser “normal” otra vez.
Pero mientras escuchaba a mi hija cantar felizmente desde su sillita en la parte posterior, las palabras sabias de mi vecino perforaron mi corazón agotado. Cuando estos días sean sólo un recuerdo, no me acordaré del montón de ropa para lavar, ni los programas irritantes para niños o los restos de comida tirados por todo el auto. En su lugar, recordaré la dulce voz de mi hija y la charla emocionada de mis hijos mayores después de clases. Voy a recordar sus manos pequeñas y sus expresiones preciosas y sus oraciones a la hora de dormir.
Y voy a extrañarlo todo.
Lágrimas silenciosas cayeron mientras el Señor me señalaba tiernamente cuán profundamente había caído en la trampa de pensar que “la vida será mejor cuando…”.
Me pregunto si alguna vez has caído en esta trampa. Quizá estés en ella ahora. Al igual que yo, estás tan enfocada en el futuro que te estás perdiendo de todo lo bueno que está justo frente a ti. Creo que todas tenemos la tendencia a idealizar el futuro y a veces, bajo la luz decepcionante del presente, pensamos que el mañana tiene la clave para la felicidad.
Para placer del enemigo, terminamos descontentas, decepcionadas y determinadas a que un día encontraremos el gozo y la paz que deseamos. Como resultado, nos perdemos de todo lo que Dios está tratando de enseñarnos hoy. Así que ¿qué puede hacer una chica que ama a Jesús?
Afortunadamente, el versículo clave de hoy nos ayuda a acoger el presente y escaparnos de la trampa de estar siempre mirando adelante. El Salmo 90, escrito por Moisés, lamenta hermosamente las pruebas que enfrentamos mientras también dirige nuestros corazones de regreso a Dios todopoderoso, nuestra fuente sólida de esperanza. En el versículo 12, Moisés escribe: “Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría”.
En una oración sencilla, Moisés nos recuerda lo que es verdad: ¡nuestras vidas son cortas y efímeras! En lo monótono de nuestras rutinas diarias, podemos sentir como si siempre tuviéramos un mañana, pero el día de hoy puede ser lo único que se nos dé.
Pero podemos aprender a “contar nuestros días” al adoptar una perspectiva nueva. Contar nuestros días significa que reconocemos que cada día tiene un valor inmenso por sí mismo. Significa que nos despertamos cada mañana entendiendo que este día cuenta. Este día tiene un propósito divino. Hoy no es sólo un trampolín para brincar hacia mañana.
Me parece reconfortante que Moisés oró “enséñanos”, ¡él reconoce que debemos aprender esta destreza! Entumecer nuestros días nos sale de forma natural. Pero enumerarlos requiere el trabajo del Espíritu Santo. Mediante el poder del Espíritu podemos aprender a aceptar cada día con reverencia y agradecimiento.
¿Y cuando lo hacemos? Nuestros corazones crecen en el regalo de la sabiduría que no tiene precio. La sabiduría reconoce que lo rutinario y lo sagrado pueden caminar lado a lado en el mismo día. Admite: “puedo ser honesta sobre lo que me irrita y me decepciona y también dar gracias por las bendiciones dulces y sutiles de este día”. Y la sabiduría abre nuestros ojos a la verdad que mi vecino vio de inmediato: ciertamente, los “buenos tiempos” son hoy.
Amiga, ¿tomarás un momento para detenerte y evaluar tu día? Crezcamos en sabiduría y rehusémonos a permitir que la promesa del mañana bloquee la belleza del hoy.
Señor, gracias por el regalo de hoy. Abre nuestros ojos y enséñanos cómo administrarlo para nuestro bien y para Tu gloria. Que crezcamos en sabiduría y gracia hoy. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Salmo 118:24, Este es el día que el SEÑOR ha hecho; Regocijémonos y alegrémonos en él. (NBLA)
¿En qué parte de tu vida sueles caer en la trampa de pensar “la vida será mejor cuando …”? ¿Cuál es un paso que podrías dar para acoger y aprovechar completamente este día? Comparte con nosotras en los comentarios.
© 2021 por Meredith Houston Carr. Todos los derechos reservados.
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