¡Cuánto compañerismo disfrutábamos cuando caminábamos juntos hacia la casa de Dios! Salmo 55:14 (NTV)
Recuerdo haber sido ignorada (o ghosted) por una amiga aun antes de que el término ghosting se expandiera como un fenómeno cultural.
De acuerdo con el diccionario Merriam-Webster, ghosting es “el acto o práctica de cortar abruptamente todo contacto con alguien… usualmente sin explicación”.
Con cada recuerdo de la amiga que se apartó de mí, el dolor me clavaba el corazón una y otra vez. Nosotras habíamos compartido comidas, ropa, casa, vacaciones y fe. Habíamos viajado por el país para visitarnos una a la otra. Esta no era cualquier amistad, era una de las mejores que había tenido.
De pronto, sin causa conocida, mis correos electrónicos no fueron respondidos. Mi amiga hizo un reinicio nuclear en Facebook, borrando todo trazo del pasado, incluyendo nuestros lazos.
No sabía qué hacer o decir. Mis emociones me jalaban en tantas direcciones: miedo, tristeza, desesperación, enojo, confusión e indignación. Pero mi dolor más profundo venía de un absoluto rechazo.
Entonces un día, al recurrir a mi Biblia para buscar consuelo, las palabras en el Salmo 55 saltaron de la página. Aprendí que no estaba sola sintiéndome ignorada por una amistad cercana. David también había experimentado esto cuando un buen amigo se volvió en su contra.
La confianza de David fue destrozada cuando su amigo se sintió más como un enemigo. Él luchó con esta nueva verdad de la traición de su amigo. Quizá la parte más dolorosa fue el hecho de que los dos habían compartido un vínculo de fe. David recuerda tristemente en el Salmo 55:14, “¡Cuánto compañerismo disfrutábamos cuando caminábamos juntos hacia la casa de Dios!”.
Pero David no se quedó estancado en su dolor por sentirse rechazado. En cambio derramó su dolor en oración, confiando en que Dios se preocupaba por sus sentimientos.
En el Salmo 55, podemos encontrar un plan para lidiar con el ser ignoradas. Echemos un vistazo al recuento de David para ver qué podemos hacer con nuestro propio dolor.
- Ve a Dios en oración. David empezó su salmo con una petición a Dios para que lo escuchara (Salmo 55:1-2). Ir primero a Dios nos unirá más a Dios que nuestro dolor.
- Admite que te sientes abrumada. En el Salmo 55:2, David dijo que su corazón estaba “abrumado” con sus problemas. El ser ignorada produce toda una avalancha de sentimientos, pero Dios es nuestra ancla siempre presente.
- Derrama todos tus sentimientos. David compartió sus pensamientos sin censura con Dios, aunque estos fueran dolorosos y fuertes (Salmo 55:3-11). Dios está listo para manejar el desastre de nuestros sentimientos cuando nos sentimos ignoradas.
- Reflexiona sobre tu relación. David habló con Dios sobre recuerdos con su amigo e hizo un recuento del dolor relacionado al rechazo, compartiendo tanto lo bueno como lo malo (Salmo 55:12-14, 20-21). Dios quiere escuchar la historia completa de nuestro rechazo.
- Dale tus cargas a Dios. Después de este desahogo doloroso, David rindió todos sus sentimientos a Dios. Él confió en Dios para que lo escuchara, lo cuidara, lo protegiera y lo rescatara (Salmo 55:16-19, 22-23). Podemos confiar en que Dios hará lo mismo por nosotras.
Puede que no seas capaz de prevenir el ser ignorada o traicionada, pero puedes recurrir a Dios para que te consuele y ayude como lo hizo David si enfrentas esta situación. Y, amiga, aún más importante… Dios quiere que tú recurras a Él.
Nuestro Dios bueno nos está esperando para que busquemos Su consuelo divino. Vamos a tomarle la palabra hoy.
Querido Jesús, Tú sabes cuánto duele ser ignorada. Tus amigos te abandonaron en Tu momento de mayor aflicción, pero Tú te encomendaste a Tu Padre en oración. Recuérdame de confiarte todos mis sentimientos, si me siento ignorada. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Marcos 14:50, Entonces todos sus discípulos lo abandonaron y huyeron. (NTV)
¿Estás lidiando con el dolor del rechazo o de ser ignorada? ¿Cuál de los cinco pasos que Sarah compartió necesitas tomar hoy para encontrar el consuelo de Dios por el dolor que estás sintiendo?
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