¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti, a todos los que concentran en ti sus pensamientos! Isaías 26:3 (NTV)

Me levanté de la cama a primera hora de la mañana, tomé mi cámara y me dirigí a la playa. Era el 1 de enero, el inicio de un nuevo año. Tenía planes de marcarlo con una foto del amanecer sobre el océano.

Temblando de frío, esperé a que el sol se asomara por el horizonte, pero a medida que pasaban los minutos, lo único que veía era una densa capa gris. Los tonos brillantes y coloridos que esperaba no aparecían por ningún lado. Pronto se hizo dolorosamente evidente que no iba a ver el sol.

La decepción inundó mi corazón. Ese día iba a ser el comienzo de un proyecto fotográfico de todo un año, y ahora mi plan para la foto perfecta del primer día quedó en la nada.

Fue entonces cuando de repente me di cuenta: el sol siempre sale.

No podía verlo, por supuesto, estaba oscurecido por las nubes; pero si el sol no estaba allí, ¿cómo podría haber visto algo más? Estaba rodeada por la luz del sol y casi me lo pierdo simplemente porque no apareció como yo quería.

¿Cuántas veces me he perdido de ver a Dios por esa misma razón?

Verás, es fácil para mí darme cuenta de la presencia de Dios cuando la vida va exactamente como creo que debería ser; le agradezco por Su bendición y sigo adelante con mi día. El problema es que rara vez es así. La mayoría de las veces, mis planes se interrumpen, mi día se reorganiza, y mi cabeza se queda dando vueltas, tratando de mantenerse al día con todo.

Pero esos momentos no se le escapan al Dios del universo. No se le toma desprevenido.

Él está ahí conmigo, como siempre ha estado. ¿Cómo, entonces, puedo verlo mejor? El profeta Isaías nos ofrece una clave en el versículo clave de hoy:

¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti, a todos los que concentran en ti sus pensamientos! (Isaías 26:3).

Mantener mis pensamientos fijos en Dios amplía mi perspectiva más allá de lo que tengo por delante. Me recuerda que mi propósito diario no es satisfacer mi propia agenda, sino desempeñar mi parte cuidadosamente orquestada para lograr la Suya.

Cuando recuerdo esto, mi corazón se inunda de esa paz perfecta de la que habla Isaías, y mis ojos se abren para buscar a Dios en todos y cada uno de los momentos, se parezcan o no a lo que imaginé.

Sonreí al salir de la playa aquella mañana. Puede que no haya conseguido el amanecer perfecto que esperaba, pero la lección que Dios puso en mi corazón fue infinitamente mejor.

Padre, tú tienes un plan para mí este y todos los días. Cuando nada se ve como lo imaginé, recuérdame que Tú sigues ahí. Ayúdame a ver la prueba de Tu presencia a mi alrededor. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Amiga, puedes confiar en que Dios tiene un plan para tu vida, aún cuando parezca que no sucede nada. Puedes confiar en que Dios te ve y está trabajando todas las cosas para tu bien. Tal vez te preguntes: «¿cómo puedo superar las preocupaciones y las presiones cuando no veo lo que estoy creyendo?». ¿Qué hago para dejar de preocuparme? El libro Ansiosos por nada, de Max Lucado, te ayudará a superar tus preocupaciones a través de la Palabra de Dios. Guiado por el Espíritu Santo, aprenderás a ver las malas noticias a través de los ojos de la soberanía; a discernir las mentiras de Satanás y a decirte a tí misma la verdad. Manifestarás una dulzura evidente para los demás. La ansiedad viene con la vida. Pero no tiene que dominar tu vida. Haz clic aquí para vencer tus preocupaciones.

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PROFUNDICEMOS

Colosenses 3:1-4, Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo—quien es la vida de ustedes—sea revelado a todo el mundo, ustedes participarán de toda su gloria. (NTV)

Efesios 2:10, Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás. (NTV)

¿Está latiendo tu corazón? ¿Tienes aliento en tus pulmones? ¡Genial! Eso significa que Dios todavía tiene un plan para ti. Tómate un tiempo ahora mismo para invitarlo a tu día.

Cuando te enfrentes a esos momentos cuando es más difícil ver a Dios, desafíate a quitar la vista de lo que te rodea y a colocarla firmemente en las cosas de arriba. Pídele a Dios que se te revele y te ayude a cooperar con Su plan.

¿Cómo ha cambiado la forma en que ves el mundo que te rodea, al cambiar tus pensamientos? Nos encantaría que lo compartieras en los comentarios.

© 2022 por Stacy Lowe. Todos los derechos reservados.

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