…he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad. En todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Filipenses 4:11b-12 (NBLA)
A veces tengo dificultad con la palabra “contentamiento”.
Tal vez sea porque estoy soltera, y a las personas bien intencionadas les gusta decirme: «conocerás a alguien cuando estés verdaderamente satisfecha con tu situación actual». O tal vez sea porque, soltera o no, este asunto del contentamiento siempre me ha parecido un juego imposible de ganar.
Es como si creyera que, si quiero algo, no lo conseguiré. Pero si no quiero algo, entonces lo conseguiré. Ya sea que anhele una nueva temporada, un cambio emocionante o algo más profundo, lucho por no desearlo porque he creído que eso es el contentamiento.
Tal vez te has sentido identificada con una situación similar en tu vida. Has intentado dejar de querer algo que deseas profundamente, porque crees que al no hacerlo encontrarás satisfacción con lo que ya tienes. Pero creo que hemos pasado por alto algo importante: el deseo y el contentamiento no son mutuamente excluyentes.
La Escritura es clara: tenemos deseos. A veces son buenos y piadosos (Salmos 37:4). A veces no lo son. (Judas 1:8)
Pero en Filipenses 4, Pablo nos dice que aprendió el secreto del contentamiento, y no es lo que esperaba. El secreto no fue negar sus necesidades y deseos. El contentamiento no era algo que estaba fingiendo. Tampoco estaba contento porque sus circunstancias eran perfectas. No, el contentamiento que encontró fue en Cristo, no en su propia fuerza.
El contentamiento significa vivir en la plenitud de Dios. Lo que significa que el contentamiento es posible porque es independiente de nuestras circunstancias. Eso no significa que no tendremos deseos. Puedes estar satisfecha en Cristo y aún desear que algo sea diferente.
Si eres como yo y luchas con esto, la Biblia nos ofrece formas prácticas para contentarnos aún en nuestras carencias. Podemos:
Concentrarnos en cosas piadosas. (Filipenses 4:8)
Recordar lo que Dios ya ha hecho. (Salmos 103:1)
Hablar con Dios, pidiendo lo que deseamos y buscar Su voluntad en oración. (Mateo 7:7-12)
La realidad es que, cuando finalmente obtenemos aquello que hemos deseado por tanto tiempo, no tardaremos en querer otra cosa.
De hecho, no sé si realmente podemos vivir sin deseos en este lado del cielo. Mientras vivamos, estaremos esperando que Jesús venga para hacer nuevas todas las cosas. Nuestro anhelo por algo más no va a desaparecerse. Pero podemos confiar en que el Espíritu Santo nos ayudará a experimentar contentamiento, independientemente de nuestras circunstancias.
Podemos tener contentamiento siendo solteras y seguir deseando estar casadas.
Podemos tener contentamiento con nuestros empleos y seguir deseando uno diferente.
Podemos tener contentamiento con un recién nacido y seguir deseando dormir más.
Podemos tener contentamiento en cualquier temporada en la que estemos y seguir deseando que algo sea diferente.
Nuestro anhelo por más es un deseo bueno y eterno. Esos deseos nos impulsan a apoyarnos en la fuerza que viene de Cristo, quien nos da todo lo que necesitamos para vivir plenamente ahora, aún en nuestras carencias.
Estar satisfechas consiste en ser honestas sobre lo que queremos, pero confiando en que Dios no nos está privando de lo mejor. Él nos da la fuerza para vivir plena y gozosamente donde nos encontramos porque nos ha dado a Cristo.
Dios, te alabo porque Te interesas por los deseos más profundos de mi corazón. Incluso cuando anhelo que algo cambie, Tú nos ofreces una manera para estar contentas en cualquier circunstancia. Muéstrame las formas en las que puedo vivir hoy con la tensión entre estar contenta y desear algo más. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Filipenses 4:11, No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. (NBLA)
¿Cómo has permitido que tus deseos determinen si estás contenta o no?
¿Con qué circunstancia has estado luchando para tener contentamiento? ¿Cómo puedes entregar esos deseos a Dios? ¡Comparte con nosotras en los comentarios!
© 2022 por Meghan Ryan. Todos los derechos reservados.
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