Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos. Isaías 55:11 (NVI)
¿Alguna vez te has sentido abrumada cuando te sientas a leer tu Biblia?
Yo también... especialmente cuando me siento desgastada y agotada.
Cuando estamos en estos lugares de desesperación, es fácil simplemente querer que Dios haga llover "ahora mismo" sabiduría llena de respuestas y soluciones para lo que está quebrantando nuestros corazones. Pero pasar tiempo en la Palabra de Dios en realidad nos ofrece mucho más que soluciones rápidas. Como ves, la Biblia no solo nos da instrucción para hoy, sino que también siembra sabiduría en nuestros corazones para el futuro.
Vemos esta poderosa verdad en Isaías 55:10-11 (NBLA), que dice:
Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve,
Y no vuelven allá sino que riegan la tierra,
Haciéndola producir y germinar,
Dando semilla al sembrador y pan al que come,
Así será Mi palabra que sale de Mi boca,
No volverá a Mí vacía
Sin haber realizado lo que deseo,
Y logrado el propósito para el cual la envié.
Estas imágenes de agua habrían sido bastante significativas para el pueblo de Israel. Debido al lugar donde vivían, dependían en gran medida de las lluvias de temporada para obtener agua. El agua simplemente no era de acceso fácil para Israel como lo era para otras naciones como Egipto con su río Nilo.
La necesidad de los israelitas de depender de Dios para el sustento físico y la satisfacción sirvió como un recordatorio continuo de su necesidad de depender de Él espiritualmente también.
No solo necesitaban la lluvia para el alivio inmediato para ellos mismos o los nutrientes para sus plantas. Las lluvias cumplieron un doble propósito: permitir que los cultivos produjeran el alimento de ese año y así mismo producir las semillas necesarias para el siguiente.
El agua proporcionaba no sólo sustento para el presente, sino también seguridad para el futuro.
Tal como la Palabra de Dios.
La Escritura, como la lluvia, nos trae alimento y refrigerio inmediato para nuestras circunstancias presentes (Salmo 19:7-10), y también riega semillas para sostenernos en el futuro (Isaías 55:10). Dios ya ve todo lo que se nos avecina, y eso significa que Él sabe exactamente cómo comenzar a preparar nuestros corazones hoy para el mañana.
He visto que esto es tan cierto en mi propia vida.
Recientemente, estuve en una reunión de mujeres donde estaba a punto de salir y estudiar la Biblia con otras. Y solo unos minutos antes, recibí una llamada que me arrancó el corazón del pecho. La noticia me devastó por completo... pero también tenía una tarea por delante.
Así que respiré profundamente.
Me sequé las lágrimas.
Susurré la única pizca de verdad que podía recordar de los versículos de la Biblia que continuaban a repetir en mi mente: Dios es fiel. Agua viva para mi alma. (Isaías 55:10-11; Juan 7:38; Juan 4:13-14)
Luego me dirigí a mis amigas que estaban conmigo y les dije: «Esto es lo que es caminar en la fortaleza del Señor. Nunca olviden esto. Él siempre es fiel». Empecé a estudiar las Escrituras y me sorprendió el poder del Espíritu Santo que se derramó.
No te digo esto para resaltar mi propia fuerza porque, francamente, no sentí que tuviera mucha en ese momento. Pero si te estás preguntando, ¿realmente importa si leo la Palabra de Dios hoy? … recuerda que conservar las Escrituras en lo profundo de nuestros corazones nos prepara para los momentos más impredecibles. Las circunstancias imprevisibles. Los momentos que nos quitan el aliento, sin dejarnos otra opción que confiar en Dios para que nos sostenga.
Así que amiga, abramos la Palabra de Dios hoy. Ya sea que tengas ganas o no estés segura de que puedas, incluso si es solo uno o dos versículos, lee las Escrituras. Y más que simplemente leer Sus palabras, debemos elegir recibirlas. Aún más importante, debemos vivirlas.
Porque cuanto más aplicamos la enseñanza de Dios a nuestras vidas, más se convierte en parte de nosotras. Para hoy. Para algún día. Para cada día.
Señor, cuando me sienta desgastada y cansada, ayúdame a ser intencional al pasar tiempo en Tu Palabra. Deja que la Verdad en las páginas penetre profundamente en mi corazón y me recuerde quién eres Tú, incluso cuando me enfrento a circunstancias difíciles. Cuando no sé qué hacer, sé que puedo confiar en Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.
RECOMENDAMOS
Conocemos la sensación de querer desesperadamente experimentar un avance para nosotras mismas o para alguien que amas. Las oraciones elevadas. Las lágrimas lloradas. El tiempo invertido. La Palabra de Dios es la única inversión que no regresará vacía. Invertir en la Palabra de Dios es invertir en ella: tu amiga, tu hija, tu madre, tu hermana. Pase lo que pase, podemos estar seguras de que Su Palabra nunca regresa vacía. Por eso, en Proverbs 31 Ministries, estamos aquí para alcanzarla con la Verdad que lo cambia todo. ¿Nos ayudarías a continuar brindando recursos bíblicos gratuitos en español para ti y otras mujeres como tú donando hoy?
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Salmo 19:7, La ley del SEÑOR es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del SEÑOR es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. (NVI)
¿Qué pasa si la Palabra de Dios es el refrigerio inmediato que tu corazón necesita hoy? Tómate el tiempo hoy para leer y escribir uno o dos versículos. Mientras permaneces con ellos, deja que traigan paz a tu alma.
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© 2022 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.
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