«¿Podrá alguien esconderse en escondites De modo que Yo no lo vea?», declara el SEÑOR. «¿No lleno Yo los cielos y la tierra?», declara el SEÑOR. Jeremías 23:24 (NBLA)

El jugo verde se derramó en el mesón de la cocina como una catarata. Me quedé pasmada por un momento, mirando fijamente al contenido de mi vaso extragrande, que se había volteado, derramando su contenido por todas partes.

Decidí no quejarme e inmediatamente comencé el proceso de limpieza. Sólo tomó unos segundos para que el jugo se extendiera por todas partes y no quise que se asentara más de lo que ya había hecho.

Cuando comencé la limpieza profunda, buscando donde hubiese verde, empecé a ver las esquinas y los escondites de mi cocina a los que, hasta ahora, no había prestado mucha atención. Empecé a admirar la artesanía de los muebles y cómo funciona la bandeja giratoria, los detalles pequeños que, a menudo paso por alto mientras llevo mi rutina diaria, porque ahora exigían que les prestara atención.

Mientras fregaba, consideraba los espacios y escondites de mi vida que requerían atención.

En los años tempranos de la maternidad, las responsabilidades que conllevó ese nuevo rol hicieron que cada vez fuera más fácil para mí el enfocar mi tiempo hacia todos los demás. Pero también permití que las preocupaciones no atendidas de mi vida se convirtieran en un temor frío, un desaliento y unos sentimientos de desconexión de Dios. En ese tiempo, estaba convencida que estaba demasiado ocupada para dejar entrar a Dios en los escondites frágiles y sensibles.

En Jeremías 23:24, el Señor plantea esta pregunta: “«¿Podrá alguien esconderse en escondites De modo que Yo no lo vea?», declara el SEÑOR. «¿No lleno Yo los cielos y la tierra?», declara el SEÑOR”. Este versículo nos sirve para recordar que Dios siempre está presente, esperando para sanar estas esquinas escondidas, frágiles y sensibles, en nosotras.

Cuando tienes áreas en tu vida que están marcadas por el pecado, la vergüenza, las luchas silenciosas o el sufrimiento, debes saber que no tienes que ignorarlas, hacerlas a un lado y sacarlas de tu vista. Dios está justo allí contigo, dispuesto a sostener y ayudarte con lo que prefieres dejar escondido.

Amiga mía, Dios sabe exactamente por lo que estás pasando.

El berrinche que hizo tu hijo, que te dejó avergonzada en medio de la tienda.
Las noticias terribles que no anticipaste.
La experiencia aterradora que te dejó paralizada por temor e indecisión.
La tragedia de la que, simplemente, no sabes cómo sanarte o recuperarte.

Él es consciente de cómo te han impactado estas situaciones y está esperando que tu le dejes entrar en esos escondites para poder recibir el cuidado y la limpieza que necesitas.

Quiero recordarte que no tienes que estancarte mirando los desastres, sean accidentales o no, que se han extendido a todas las grietas y esquinas escondidas de tu vida. Puedes llevar a cada aspecto acerca de quién eres, directamente a Dios mismo y dejarle limpiar tus heridas, tus preocupaciones y lo que se encuentre allí, que ni siquiera puedes ver.

Como el artesano maestro de todo tu ser, Él no sólo es consciente de lo que te preocupa – Él sabe incluso lo que ni te preocupas por atender o manejar. Él ve todo, llena los cielos y la tierra, y desea ayudarte en lo que estás pasando y experimentando. Cuando entregues tus espacios escondidos a Dios, Él restaurará tu paz, te proveerá consuelo e infundirá tu vida con muchísimo gozo.

No hay ninguna razón para esconderte. Entrega a Dios tus cargas, tus moretones y tus barreras para que Él las pueda limpiar. Y después, disfruta del cambio de vida hermoso que se revela en el proceso.

Querido Dios, gracias por estar cerca, por morar en nosotras y por cuidar todo lo que somos. Tu conoces las áreas de nuestras vidas que necesitan atención, y te invitamos a entrar en ellas para refrescarnos completamente. Gracias por cambiar nuestras vidas para Tu gloria una y otra vez. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Daniel 2:22, Él es quien revela lo profundo y lo escondido. Conoce lo que está en tinieblas, Y la luz mora con Él. (NBLA)

Hebreos 4:13, No hay cosa creada oculta a Su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta. (NBLA)

¿Cómo manejas las situaciones inesperadas de tu vida? ¿Qué áreas o espacios necesitan ser limpiados y están anhelando la atención de Dios? ¡Nos encantaría oír de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.

© 2022 por Tracie Braylock. Todos los derechos reservados.

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