Devocionales

¿Estás lista para una batalla?

Jess Connolly 31 de agosto de 2022
pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. 2 Corintios 10:3-5 (NVI)

Hasta los 15 años, fui una chica tímida y dócil.

Imagíname como la clásica hija del medio, encogiéndose detrás del éxito de mi hermana mayor y la dulzura de la menor. No saqué notas excelentes ni malas. No tenía pasatiempos, pero tampoco hacía berrinches. Nunca buscaba peleas y por lo general hacía todo lo que podía para evitar que me corrigieran, o me llamaran a rendir cuentas.

Y luego todo cambió.

A los 15 años, llegué a ser conocida como la persona de la familia con más probabilidades de iniciar conversaciones difíciles. Empecé a hacer preguntas intensas y reflexivas que exigían respuestas o una consideración seria. La provocación y el desafío se convirtieron en mis herramientas favoritas para relacionarme con los demás.

¿Cuál fue el cambio?

A los 15 años, conocí a Jesús. En un evento de la iglesia, caminé por el pasillo y oré algunas palabras honestas al Dios en el que había creído genuinamente, pero en Él que aún no había depositado mi confianza. Y todo cambió de inmediato, como si se hubieran cortado los hilos diminutos e invisibles que mantenían en su lugar mi personalidad apacible. Lo cual me liberó para ser la persona que Dios me creó, una luchadora.

Me parecía que si Él era real, si todas Sus palabras eran verdaderas, había mucho en juego que disputar, defender y conseguir.

Así que aquí están las preguntas serias: ¿con quién estamos luchando? ¿por quién o por qué luchamos? Y… ¿estás dispuesta a luchar?

Me he decidido por la verdad de que estoy luchando contra el enemigo de mi alma, no contra otros humanos, y quiero luchar por el bien de los demás y la gloria de Dios.

La batalla más reciente en la que he estado luchando en mi nombre y el de mis hermanas en Cristo es en el área de la vergüenza corporal. Sé que nuestro enemigo ha venido a robar, matar y destruir (Juan 10:10), pero este pasaje de 2 Corintios me anima mucho sobre nuestra capacidad de luchar en el nombre de Jesús.

pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. (2 Corintios 10:3-5)

Nuestras armas; la Palabra de Dios y la adoración, tienen el poder de demoler los argumentos que se levantan contra el conocimiento de Dios. En este caso, el conocimiento de Dios es que Él hizo buenos nuestros cuerpos, los ama y compró nuestra libertad en la cruz de Cristo.

Y nuestra oportunidad es entrar en el combate con la plena confianza de que nuestro bando gana.

Cualquiera que sea tu batalla actual, aquí hay un recordatorio importante:

Naciste para luchar, pero conoce a tu enemigo. Recuerda que la batalla puede parecerse más a la adoración que a los gritos, y siempre manténte firme en la verdad de que la contienda ya ha terminado: Jesús gana al final. ¿Amén?

Padre, ayúdame a luchar de una manera santa, contra el enemigo y no contra las personas. Dame valor y fe para creer que Tú ganas. Es un honor participar en la batalla espiritual por mi bien y para Tu gloria. En el Nombre de Jesús, Amén.

Recomendamos

Tenemos un enemigo real que nos hace la guerra todos los días. Ya sea a través de distracciones, desánimo, desilusión, temor, duda o mentiras, Satanás está tratando activamente de atacar nuestra fe. Pero para contraatacar, necesitamos un arma que realmente funcione. Esta arma es la oración. El libro de la autora Priscilla Shirer, Oración ferviente, es justo lo que necesitas para contraatacar al enemigo. Cada capítulo te guiará en estrategias de oración que golpearán al enemigo donde más duele, haciéndole saber que estás en posición de combate y que no retrocederás. Con cada estrategia nueva que construyas, convertirás las batallas más despiadadas de la vida en ataques precisos contra él y su astucia engañosa, cada uno impulsado con el poder del Espíritu de Dios. Haz clic aquí para adquirir tu copia.

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Profundicemos

Efesios 6:10-12, Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. (NVI)

¿Qué batalla ha puesto Dios frente a ti hoy, y cómo puedes combatirla espiritualmente? Comparte tus pensamientos en los comentarios.

© 2022 por Jess Connolly. Todos los derechos reservados.


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