Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Juan 1:11-12 (NVI)

Durante años, se nos ha enseñado un mensaje silencioso a la mayoría de nosotras. Y es que, para ser una mujer de fe, debes morir a ti misma.

Este mensaje se ha transmitido de varias formas, como por ejemplo:

• Debes ser siempre amable.
• Debes pensar solamente en los demás.
• Siempre es malo centrarse en uno mismo.

A menudo se presenta como algo bíblico, ya que Jesús dijo: “… —Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo…” (Lucas 9:23, NVI ). Pero estas palabras han sido malinterpretadas para fomentar en millones de mujeres cosas como:

• Destruir su salud.
• Permanecer en relaciones abusivas.
• Enterrar los talentos que Dios les ha dado.
• Permitir que sus amigas las pisoteen.

Puede que no sepas que has aceptado esta interpretación tóxica de las palabras de Jesús. Sólo sabes que estás agotada, herida y abrumada.

Yo he pasado por eso. Cuando era joven, quería servir a los demás, y pensaba que mi rol era morir a mí misma y decir «sí» a todos los que me rodeaban. Esto funcionó durante un tiempo… hasta que me agoté por completo. Y he observado un patrón similar en las vidas de miles de mujeres a las que he aconsejado.

Este tipo de auto rechazo no es lo que Jesús quiso decir.

Al hablar con Sus discípulos, Jesús utilizó una metáfora para describir el proceso de morir a uno mismo:

En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo; pero si muere, produce mucho fruto (Juan 12:24, NBLA).

Piensa en esto: el grano de trigo representa tus viejas costumbres de cómo te relacionas con otras personas… el complacer a los demás, el esconder quién eres. Esas maneras de vivir funcionaron durante un tiempo, pero ya no te sirven a ti ni a nadie. Morir a ti misma significa dejar ir lo que no funciona para que puedas ser aún más fructífera.

Tenemos que cambiar. Tenemos que morir a las viejas costumbres. ¡Y es difícil! Incluso, al principio, puede sentirse como una pérdida. Después de todo, estas formas nos sirvieron en el pasado. Pero para convertirnos en una versión más auténtica de nosotras mismas, tenemos que soltarlas. Es la única manera de crecer.

Esta idea de la fructificación a través de la fe se repite en otros pasajes bíblicos. Aquí hay más del apóstol Juan:

Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios (Juan 1:11-12).

¿Qué significa ser hija de Dios? Significa, entre otras cosas, “desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir…” (Efesios 4:22a, NTV). Esto no ocurre sólo una vez en nuestra vida, sino que debemos practicarlo todos los días: “…si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne, vivirán” (Romanos 8:13b, NBLA).

En nuestra cultura actual, ser fieles a nosotras mismas suele significar un amor propio sin Cristo y sin transformación. Pero según las Escrituras, nuestro "verdadero ser" refleja la imagen de Dios, y Él potencia lo mejor de lo que somos para vivir las virtudes de Cristo.

Cuando sigues a Jesús, te conviertes en tu verdadero ser.

Sabemos por las palabras de Jesús que el proceso puede sentirse como la muerte, como si estuvieras perdiendo todo lo que has conocido. Dejar de lado las viejas costumbres puede ser doloroso. Pero aquí está la promesa: estás muriendo a las viejas costumbres para convertirte en la mujer valiente y portadora de luz que Dios creó.

Este proceso no es una forma rígida de autonegación. En cambio, ¿qué pasa si morir a ti misma significa morir a estas tendencias destructivas?

• Complacer a alguien como forma de obtener amor.
• La vergüenza y el odio a uno mismo.
• Enterrar emociones dolorosas, como la tristeza, la soledad o la ira.
• Buscar el perfeccionismo para ganar aprobación.
• Pretender ser menos para que los demás no se sientan amenazados por ti.
• Creer que no importas y que tu vida no tiene valor.

¿Y si morir a ti misma significa morir a la mentira de que Dios no quiere más para ti?

¿Y si morir a ti misma significa animarse a todo aquello que saca lo mejor de ti?

Esto es lo que creo que significa crecer en salud emocional y espiritual. Significa morir a los patrones tóxicos de relación contigo misma y con los demás. Y significa decir «sí» al Buen Pastor mientras te guía en este viaje para convertirte en tu verdadero ser.

Señor, ayúdame a notar las viejas formas de relacionarme con los demás que no reflejan lo mejor de mí. Ayúdame a convertirme en mi verdadero ser, en la mujer que Tú quieres que sea. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Salmo 139:14, ¡Te alabo porque soy una creación admirable! Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien! (NVI)

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