La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego. Proverbios 15:1 (NVI)

Mi corazón se aceleró cuando vi su número en mi celular.

Había estado evitando una conversación con alguien que ya me había hecho saber que no veía las cosas de la misma manera que yo. Simplemente sabía que iba a ser una conversación difícil y que probablemente no iba a ir bien.

Nada dentro de mí quiso tener esta conversación. Me sentía más que exasperada. Dolida. Enfadada. Y cansada de ser malentendida. Quizás te identificas con esto.

Contesté la llamada, con solo dos objetivos: demostrar cuánta razón tenía y cuán equivocada estaba la otra persona.

¿Cómo crees que resultó esa conversación?

Mal.

Este conflicto ocurrió hace muchos años, así que la oleada de emoción ya se disipó, y ahora puedo ver más claramente lo equivocada que fue mi manera de abordarlo.

Una cosa que me ha ayudado a través de los años ha sido el memorizar nuestro versículo clave de hoy y el hacer cada esfuerzo para vivirlo: “La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego” (Proverbios 15:1).

Cuando investigaba a fondo el sentido de la palabra “amable” en este versículo, encontré que en hebreo el término es rak. Rak se usa 16 veces en Las Escrituras y está conectado con la calidad de ser sensible, tierno o delicado en su esencia. La conexión con “la respuesta” significa que nuestra respuesta (reacción) debe calmar y consolar al que nos está escuchando.

Esto significa que como discípulos de Jesús, estamos llamadas a ejercer un control emocional, dando respuestas amables en lugar de respuestas severas o dolorosas. Esto nos permite “calma[r] el enojo” en lugar de echar leña al fuego, que solo sirve para causar más daño.

Así que, ¿cómo lo vivimos de manera práctica? ¿Incluso con… quizás especialmente con algunas de nuestras relaciones más desafiantes?

Me ha resultado de ayuda hacerme estas tres preguntas:

1. ¿Qué parte de este problema puedo reconocer cómo mía y por lo cual debo pedir disculpas?

Muchas veces cuando ocurre el conflicto, dos personas tienen dos narrativas opuestas sobre la situación. Y generalmente no hay una persona que tiene perfectamente toda la razón o que está completamente equivocada. No estoy hablando de admitir o reconocer cosas que no son nuestras. Sin embargo, si hay una parte que es mía, no quiero dejar que el orgullo me impida hacer lo que es correcto.

Si antes de la conversación, hago las paces con la parte que me corresponde, la cual necesito reconocer, por la cual pedir disculpas, existe una mejor oportunidad de mantener la calma en la conversación y es la única manera en que he visto el corazón de la otra persona ablandarse. Pero si entro con un corazón decidido en las represalias, Proverbios 15:18 me recuerda que causará una escalada en el conflicto: “El hombre irascible provoca riñas, Pero el lento para ira apacigua pleitos” (NBLA).

2. ¿Cómo puedo ablandar mi corazón hacia esta persona para honrarle pese a su reacción?

Esto es difícil. Muy difícil. Pero sé que las personas lastimadas suelen lastimar personas.

Normalmente la persona con quien estoy teniendo un conflicto tiene algún tipo de dolor pasado o presente alimentando este asunto en su vida. Lo más probable es que, ese dolor no tiene nada que ver conmigo, pero añade algo a su respuesta emocional en este conflicto.

Es más fácil ablandar mi corazón si puedo sentir compasión por el dolor que no puedo ver. De nuevo, si puedo rendir mi orgullo, el honor será mi recompensa. Proverbios 29:23 nos recuerda, “El orgullo del hombre lo humillará, Pero el de espíritu humilde obtendrá honores” (NBLA).

3. ¿Hay algún límite necesario que quizás necesita ser implementado en esta relación?

Si continuamos encontrando que nuestras emociones son secuestradas por conflictos repetitivos o conversaciones intensas en una relación en particular, puede ser el momento de considerar implementar límites.

Si esto es nuevo para ti, quiero que sepas con seguridad que el propósito de los límites no es distanciar a la otra persona. Es ayudarnos a luchar por la unidad, determinando lo qué es o no es aceptable. Nosotras podemos hacer esto de manera que honra a Jesús, mostrando ternura y amabilidad. Los límites realmente nos ayudan a amar a otros sin perder la mejor parte de quienes somos en el proceso.

Tu límite debe ayudar a preparar el camino para poder mantener más controladas tus emociones, recuperar un sentido de seguridad y sentirte más empoderada para poder tomar cualquier cambio necesario. Mientras consideras esto, puede que te resulte útil procesarlo con una mentora de confianza o una consejera cristiana.

El conflicto puede ser inevitable, sin embargo, hay una manera de adquirir salud relacional y honrar a Dios en medio de todo. Creo que mejores reacciones llevarán a mejores conversaciones, mejores conversaciones llevarán a mejores relaciones, y mejores relaciones llevarán a vivir una mejor vida.

Querido Señor, por favor ayúdame a pausar y permitir que el Espíritu Santo intervenga cuando quiero reaccionar en maneras que no Te glorifican. Aun cuando estoy tomada por sorpresa, que Tu amor y paciencia brote de mi corazón. En el Nombre de Jesús, Amén.

RECOMENDAMOS

Es fácil reaccionar en lugar de responder en momentos intensos. Cuando los sentimientos están dañados y las emociones se disparan, a veces no cuidamos lo que decimos. Pero en estos momentos, debemos parar y pausar antes de responder, porque la Biblia nos dice que una respuesta suave puede apartar el furor (Proverbios 15:1, NBLA). Debemos aprender a cuidar nuestras palabras para agradar a Dios en estos momentos intensos. ¡Cuidado con esa boca! es un recurso convincente para ayudarte a aprender a dominar tu lengua. Con ideas que transforman la vida, compartidas a través de lecciones y anécdotas llamativas, aprenderás lo que la Biblia enseña sobre hablar. Inspírate con la enseñanza de Dr. Tony Evans sobre la lengua y modela con tu boca el carácter de Dios. Haz click aquí para adquirir tu copia.

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Santiago 3:17, En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera. (NVI)

La manera correcta de abordar las situaciones difíciles es de responder de una manera que es, no solo pura y honesta sino también pacífica. Pide al Señor la sabiduría que necesitas para traer tanto la paz como la sinceridad a las conversaciones difíciles.

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