Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos. Hebreos 4:16 (NVI)
¿Tienes una relación en tu vida en la que sabes que algo anda mal, pero no sabes qué hacer?
Has orado sobre esta conducta o situación. Ya has hablado de esto. Has intentado navegar por esto. Puede que incluso hayas intentado detenerlo. Has hecho cambios. Has escuchado sabios consejos y has hecho todo lo que sabes hacer.
Pero al final, nada ha funcionado.
Y tal vez hayas empezado a darte cuenta de que si la otra persona no quiere que las cosas cambien, tú no puedes cambiarla.
¿Entonces, qué puedes hacer?
Aplicar límites.
Lo sé… esto parece imposible. Las relaciones vienen con muchas capas propias y complejas. Tal vez hayas intentado establecer límites antes y no te fue bien.
¿Alguna de tus situaciones desafiantes se parece a alguno de los siguientes escenarios?
Sabes que tienes que poner un límite, pero esta persona es alguien que:
- Personaliza todo y es propensa a ofenderse mucho. No sabes cómo abordar algo que hacen repetidamente y que no es aceptable para ti. Sabes que necesitas un límite, pero no sabes cómo comunicar esta necesidad sin causar más drama de lo que crees que puedes manejar en este momento.
- Tiene autoridad sobre ti en tu trabajo, y pareciera que los límites no vayan a funcionar.
- Vive en tu casa, y aunque necesitas cierta distancia, establecer un límite no parece muy realista.
Ya sea que tu situación de relación desafiante sea como una de estas o no, esto es lo que he comprendido: la mayoría de las veces, cuando sentimos que los límites no funcionan, es porque hemos intentado utilizarlos para obligar a la otra persona a cambiar. Los límites no pueden ser un intento de controlar a otra persona.
En lugar de poner un límite a otra persona, deberíamos establecer un límite para nosotras mismas en esa situación. El propósito de un límite es ayudarte a mantenerte segura y con autocontrol. Puedes preguntarte: si esta otra persona no está dispuesta a hacer los cambios necesarios, o es incapaz de hacerlos, ¿qué está dentro de mi capacidad para cambiar? Tú estableces lo que es y lo que no es aceptable para ti... y lo que tienes y no tienes que dar.
Obviamente, esto no es fácil. Pero sin trazar límites saludables, la única otra opción es permitir que continúen los patrones relacionales insanos y preguntarte en secreto si tú eres la loca.
Y, amiga … puedes tener el corazón hecho a pedazos. Puedes estar triste. Es posible que tengas miedo y posiblemente estés enfadada. Puede que te centres en intentar arreglar lo que no está dentro de tus posibilidades. Y puede que incluso te obsesiones con tratar de entenderlo todo.
Pero no estás loca. No es egoísta establecer patrones más saludables y sostenibles en tus relaciones.
Los límites no van a solucionar los problemas de la otra persona. Pero te ayudarán a mantenerte enfocada en lo que es bueno, lo que es aceptable y lo que necesitas para mantenerte sana y completa. Puedes amar a la otra persona, pero no puedes cambiarla. Así que sé honesta contigo misma cuando consideres esto: donde hay caos relacional, suele haber falta de límites. El amor debería ser lo que une a dos personas, no lo que separa a una de ellas.
Nuestro versículo clave de hoy nos dice que nos acerquemos “… confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos” (Hebreos 4:16). Oh, amiga, Dios se preocupa por nosotras y se preocupa por nuestras relaciones. Nada de esto es fácil, pero no tienes que resolver todo esto solita. Mientras continúas procesando y orando por todo esto, también puede ser útil hablar con un(a) consejero(a) cristiano(a) de confianza o un(a) amigo(a) sabio(a).
Respira profundamente. Y tómate unos minutos hoy para pensar realmente en la verdad de que el único cambio sobre el que tienes control es hacer un cambio sostenible para ti misma. Puede que seamos impotentes para cambiar a otra persona, pero esto no significa que seamos impotentes para experimentar el cambio en nuestras propias vidas. Los límites nos dan este regalo.
Dios, es una verdad aleccionadora darme cuenta de que no puedo cambiar a otra persona, sólo puedo cambiarme a mí misma. Mientras considero dónde pueden ser necesarios los límites, dame discernimiento, sabiduría y valor. Ayúdame a acudir a Ti primero mientras navego por diferentes dificultades en las relaciones. En el Nombre de Jesús, Amén.
RECOMENDAMOS
No es anticristiano el tener que decir un adiós necesario. ¿Cómo podemos abordar este tema más profundamente con confianza y vivirlo con un certeza bíblica? Lysa TerKeurst entiende bien este desafío. En su nuevo libro, Límites saludables, despedidas necesarias, Lysa te ayudará a decir adiós sin sentirte culpable cuando una relación cambió de ser difícil a destructiva y ya no es sostenible. También recibirás sabiduría terapéutica directamente del consejero cristiano de Lysa, Jim Cress quien aporta sus consejos a través del libro. ¡El libro está disponible hoy en inglés aquí. ¡La versión en español estará disponible en abril de 2023 aquí!
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PROFUNDICEMOS
Salmo 119:105, Lámpara es a mis pies Tu palabra, Y luz para mi camino.(NBLA)
Establecer límites de una manera saludable y que honre a Dios probablemente no ocurrirá de la noche a la mañana. Está bien si necesitas algo de tiempo para orar sobre cómo esto podría mejorar tus relaciones y tu vida personal. Recuerda las palabras del Salmo 119:105, Dios te aclarará Sus caminos al considerar todas las verdades que has leído hoy.
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© 2022 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.
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