Devocionales

Recuerda tu historia

Sharon Jaynes 28 de noviembre de 2022
Recuerdo los días de antaño. Medito en todas tus grandes obras y pienso en lo que has hecho. Salmo 143:5 (NTV)

De camino a la costa, mi esposo y yo paramos en el restaurante Chick-Fil-A. Mientras Steve compraba nuestros nuggets de pollo, llevé a nuestra perra, Molly, a caminar por el césped en un área cercana.

En nuestra segunda vuelta alrededor del terreno verde noté algo brillante que apenas se dejaba ver por la maleza. Cuando me agaché a tomarlo, mi corazón dejó de latir por un momento.

Era un brazalete que decía: Esta es mi historia. Esta es mi canción. Alabo a mi Salvador todo el día. Lo que me dejó boquiabierta no fue el que haya encontrado el brazalete, sino que ¡el brazalete era mío!

Tres semanas antes, Steve y yo viajamos por el mismo camino, nos paramos en el mismo lugar y paseamos a Molly en la misma parcela de césped. Ni siquiera me había dado cuenta que el brazalete se había deslizado de mi muñeca. Pero Dios sí se dio cuenta.

Fue como si Dios estuviera susurrando: «no olvides tu historia… no pierdas el asombro».

Verás, he tenido momentos en mi vida en que he olvidado el milagro de mi historia y el asombro puro de todo lo que Dios ha hecho en mi vida. El hecho de que Él me buscó y me salvó. Él sacó a una niña pequeña de una situación doméstica difícil con muchas heridas del corazón y la colocó en una familia de creyentes con muchas heridas sanadas. Él tomó a una adolescente insegura y la transformó en una mujer que sabe que está equipada por el Padre, envuelta por Jesús y fortalecida por el Espíritu Santo.

Pero a veces la verdad se escapa de mi mente entre los retos diarios y las decepciones difíciles, al igual que ese brazalete que se me desprendió de mi muñeca entre Chick-fil-A y Dunkin' Donuts… y ni me había dado cuenta.

Me pregunto si es por eso que la palabra “recuerda” es un hilo dorado que se entreteje por toda la Biblia. Desde Génesis hasta Apocalipsis, Dios nos recuerda que recordemos.

En Deuteronomio, Moisés escribe: “ten cuidado, no sea que te olvides del SEÑOR que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre” (Deuteronomio 6:12, NBLA).

David escribió: “Recuerdo los días de antaño. Medito en todas tus grandes obras y pienso en lo que has hecho” (Salmo 143:5).

Recuerda. No olvides.

En el Nuevo Testamento, Pedro es un buen ejemplo de un hombre que olvidó su historia. Jesús llamó a Pedro para convertirse en uno de Sus primeros seguidores. Jesús estaba en la orilla, Pedro en un bote (Mateo 4:18-22).

Pero cuando Jesús fue arrestado y Pedro negó que siquiera lo conocía, Pedro perdió su historia (Mateo 26:69-75). Con la misma certeza que el brazalete se cayó de mi muñeca en el montículo de maleza, la historia de Pedro cayó de su corazón detrás del muro de piedra de la casa del sumo sacerdote.

Después de resucitarse, Jesús fue a ayudar a Pedro a encontrar su historia… justo en el mismo lugar donde empezó, en el mar de Galilea. Jesús estaba en la orilla, Pedro estaba en un bote.

Pedro estaba pescando. Él había regresado a hacer lo que siempre había hecho antes de conocer a Jesús. Entonces Jesús lo llamó y le dijo a Pedro que lanzara las redes por el lado derecho del bote para una gran pesca (Juan 21:6).

Cuando Pedro se dio cuenta de que era Jesús, nadó hasta la orilla, donde Jesús lo esperaba con el desayuno ya preparado. Ahí, Jesús le recordó a Pedro su llamado y le ayudó a recordar su historia, lo que había sido (un pescador) y lo que era ahora (un pescador de hombres) (Juan 21:12-19).

No sé dónde te encuentras hoy, si has perdido tu historia o si la estás celebrando. Pero sí sé esto: estás leyendo estas palabras porque Dios te está llamando a recordar.

Recuerda que tienes un lugar en Su historia de salvación.
Recuerda que, mediante la fe, eres equipada por el Padre, envuelta por Jesús y fortalecida por el Espíritu Santo.
Recuerda que eres una hija de Dios, amada inmensamente, perdonada completamente y liberada.

Recuerda lo que Él ha hecho en ti y para ti.

Recuerda tu historia. Recuerda la historia de Jesús.

Después de encontrar mi brazalete tirado entre la maleza, lo puse en mi muñeca y lo apreté para reforzar su ajuste, y le agradecí a Dios por todo lo que Él ha hecho. Esta es mi historia. Esta es mi canción. Alabo a mi Salvador todo el día.

Padre celestial, gracias por la forma en la que Tú has cambiado algunos de mis peores capítulos en mis victorias más grandes. Gracias por buscarme, salvarme y hacerme Tuya. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Lucas 22:19, Y tomando el pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: «Esto es Mi cuerpo que por ustedes es dado; hagan esto en memoria de Mí». (NBLA)

¿Qué les dijo Jesús a los discípulos que hicieran cada vez que tomaran el pan y la copa? ¿Qué exactamente crees tú que Él quería que ellos (y nosotras) recordaran?

Comparte con nosotras en los comentarios algunos elementos de tu historia por los que hoy le das gracias a Dios.

© 2022 por Sharon Jaynes. Todos los derechos reservados.


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