Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús. Hechos 4:13 (NVI)

Cuando nuestro hijo mayor, Mitchell, era un niño pequeño, le compramos en una venta de garaje una cortadora de césped plastica de juguete. Usar esa cortadora de césped se convirtió en uno de sus pasatiempos favoritos. Pero no quería usarla en cualquier parte, quería seguir a su padre mientras cortaba el césped.

Por supuesto, esto no era seguro; la cuchilla de la cortadora de césped podría arrojar una piedra o algo peor. Así que mi esposo removió la cuchilla y empujó su cortadora de césped alrededor de nuestro patio trasero solo para que mi hijo pudiera seguirlo e imitarlo.

A menudo en mi vida espiritual, he pensado que es una meta digna tratar de ser más como Jesús de esta manera: imitar Su comportamiento, tratar de comportarme como Él lo hace. Pero cuanto más adulta me hago, más he descubierto que no es suficiente tratar de ser como Jesús. Primero, debemos querer estar con Jesús. El ser como Jesús no puede lograrse con simplemente imitarlo; es necesario desarrollar Sus cualidades. Y la mejor manera de desarrollar aquello no es haciendo buenas obras, sino creciendo en nuestra relación con el Señor.

Hechos 4:13 nos da una pauta de esta verdad: “Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús”.

Una frase vino a mi mente: habían estado con Jesús.

¡Cómo este versículo nos desafía e inspira! ¿Reconocen los demás por nuestro comportamiento que hemos estado con Jesús? ¿Podrían sorprenderse de las cualidades que poseemos gracias a Él, aunque no seamos nadie especial? En nuestro caminar con el Rey, ¿nos estamos enfocando en copiar Su comportamiento de una manera superficial o en estar en Su presencia, permitiendo que el Espíritu Santo nos convenza, cambie y nos llene de valor, ayudándonos a confiar más en Dios y vivir nuestra fe?

A mi hijo Mitch le encantaba imitar a su padre, pero sobre todo quería estar constantemente donde estaba su padre, ya sea afuera en el patio, trabajando en algo en el garaje o elevando los pies en la casa después de terminar sus quehaceres. Del mismo modo, debemos permanecer cerca del lado del Señor, amando el tiempo que pasamos en Su presencia.

Pasar tiempo deliberadamente con Jesús en oración y estudio bíblico, como quiera que eso quepa en nuestro horario y temporada, muestra una seriedad sobre nuestra fe y puede fortalecer nuestra confianza en Él. Que las palabras de Santiago 4:8 sean nuestra ambición continua: “Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes” (NTV).

Parecerse y sonar como Jesús será el resultado natural de pasar tiempo con Él tan a menudo. Centrémonos en eso.

Padre misericordioso, anhelo que el pasar tiempo de calidad contigo sea lo primero en mi lista de prioridades. Ayúdame a hacer espacio en mi agenda para profundizar mi caminar contigo. En el Nombre de Jesús, Amén.

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RECOMENDAMOS

Si anhelas pasar tiempo con Jesús de manera más consistente, encontrarás un gran recurso en el devocional más reciente de Karen Ehman y Ruth Schwenk, Trusting God in All the Things: 90 Devotions for Finding Peace in Your Every Day.

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¿Desearías ser más consistente en pasar tiempo a solas con Dios en tu día? Dirígete al blog de Karen donde ella está compartiendo sus mejores consejos para desarrollar un caminar más profundo con Dios a través del tiempo dedicado a sumergirse en las Escrituras.

PROFUNDICEMOS

1 Crónicas 16:11, ¡Refúgiense en el SEÑOR y en su fuerza, busquen siempre su presencia! (NVI)

¿Estás satisfecha con la seriedad o la frecuencia con la que pasas tiempo concentrada en la presencia de Dios? Si no es así, ¿qué cambios deseas hacer?

¡Nos encantaría saber de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.

© 2023 por Karen Ehman. Todos los derechos reservados. 

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