Devocionales

Puedes experimentar la paz hoy

Lysa TerKeurst 12 de enero de 2023
Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. -¡La paz sea con ustedes! Juan 20:19 (NVI)

Cuando Jesús se levantó de la tumba y apareció en medio de Sus discípulos reunidos detrás de puertas cerradas, me imagino que estaban atónitos, conmocionados y llenos de alegría. Con gran intencionalidad, Jesús escogió las palabras que usó para saludarlos. De todos los temas que pudo haber seleccionado en ese momento, escogió lo que más necesitaban. ¿Qué era?

¿Gozo?

¿Esperanza?

¿Amor?

¿Seguridad?

Si bien todos estos ciertamente habrían sido apropiados, Jesús no mencionó ninguno de ellos. Simplemente dijo una y otra vez, «¡La paz sea con ustedes!». Según Juan 20:19, es lo primero que dijo. Lo dijo de nuevo antes de soplar sobre ellos para recibir el Espíritu Santo. (Juan 20:21-22) Luego, al dirigirse a Tomás y sus dudas, lo dijo una vez más. (Juan 20:26)

Cada vez que se registra que Jesús dijo esto en Juan 20, la traducción de la NVI termina la oración con un signo de exclamación. Jesús no solo fue intencional, sino que también fue enfático. Sus palabras fueron transmitidas con gran énfasis y urgencia.

Este mundo es muy bueno para conjurar fachadas. Los momentos de felicidad mundana pueden parecer “gozosos”, pero son fugaces. El mundo toma la “esperanza! y la confunde con una ilusión positiva. El “amor” se ha convertido en una palabra cotidiana utilizada para describir un sentimiento que puede cambiar rápidamente. La “seguridad” es a menudo lo que buscamos solas porque queremos ser las que tenemos el control.

La oferta mundana de gozo, esperanza, amor y seguridad es fugaz, temporal y peligrosamente inestable.

«¡Obtuve ese ascenso!» (Felicidad)

«¡Creo que podemos pagar esta casa!» (Esperanza)

«¡Le gusta pasar tiempo conmigo, ¡creo que es el indicado!» (Amor)

«¡Creo que todo esto va a salir como lo planeé!» (Seguridad)

No hay nada malo con los momentos de felicidad o celebración que experimentamos de este lado de la eternidad; creo que Dios nos los da como regalos. Sin embargo, los trabajos pueden perderse en un instante, las casas pueden ser embargadas, las relaciones pueden terminar y los planes pueden cambiar en un impulso. La verdad es: el mundo realmente no puede ofrecernos paz.

Puede que nos dé una paz temporal, pero no una paz verdadera y estable. La paz real que podemos tener a pesar de las circunstancias solo se puede encontrar a través de que Jesús esté con nosotros. Es por eso por lo que Jesús lo expresó de la manera que lo hizo: «¡La paz sea con ustedes!» (Juan 20:19). En otras palabras, «Puedes atravesar cualquier cosa si te das cuenta de que Yo soy paz y estoy contigo».

El tipo de paz que Jesús nos ofrece es una paz que está con nosotros tanto en ausencia de problemas como en presencia de ellos. Eso significa que, independientemente de las dificultades que estés experimentando, puedes experimentar la paz ahora mismo.

Jesús sabía lo que Sus discípulos continuarían experimentando en esta tierra la persecución, el sufrimiento, la enfermedad, el dolor; al escoger Sus palabras para ellos. Y aunque no podía prometer el fin de todas las cosas difíciles, incluso después de la resurrección, sí prometió que Su paz estaría con ellos. Y Él promete lo mismo para ti y para mí hoy.

Ay, amiga, sea lo que sea que estés enfrentando, te pido que tomes la decisión de procesar todo lo difícil teniendo en cuenta que la presencia de Jesús significa la presencia de paz. Cuando lo invitamos a nuestros momentos más difíciles, invitamos Su paz. Más allá de todo razonamiento natural, pido que «la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús» hoy, mañana y siempre (Filipenses 4:7, NVI).

Gracias, Señor, porque eres paz y estás conmigo. Ayúdame a recordar que estás conmigo dondequiera que vaya, sin importar lo que traiga el día. Gracias por las promesas de las Escrituras que me mostraste hoy, que traerás paz a cada circunstancia que enfrente en este lado de la eternidad. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Juan 16:33, Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (NVI)

¿Cómo sería para ti confiar hoy en estas palabras de Jesús? ¡Comparte con nosotras en los comentarios!

© 2023 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.


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