Al oír esto, Jesús añadió: —Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. Lucas 18:22 (NVI)

Anhelo ser una mujer que sigue fervientemente a Jesús.

Quiero tener un tipo de cercanía que satisfaga el alma, la cual solo viene de seguir el ritmo diario con Él, no una vida llena de casillas donde marque para escoger el ser “buena cristiana”.

La lista de control puede ser una rutina muy tentadora en que caer, ¿no?

Las reglas y regulaciones eran una realidad cotidiana para el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Había listas de lo que se debe hacer y no se debe hacer para ayudar a las personas pecadoras a mantener la comunión con un Dios santo. Primero los Diez Mandamientos. Luego ley tras ley sobre sacrificios y ceremonias, comida e higiene.

Pero en el Nuevo Testamento, Jesús cumplió la ley (Mateo 5:17-18) y puso todo al revés con Su mensaje de gracia. Un mensaje que declara: “seguir las reglas no te llevará al cielo. Ser buena no te hará ganar puntos de bonificación. Deja a un lado tus listas… tus agendas … todo… y sígueme. Cree en Mí. Recíbeme. Vive como Yo”.

Fue un cambio completo de pensamiento. Uno que dejó a la gente perpleja, como el gobernante rico en Lucas 18.

Nos encontramos por primera vez con el gobernante rico cuando se acercó a Jesús con una pregunta: “—Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?” (Lucas 18:18, NVI).

Jesús, ya conociendo la mentalidad de la lista de control de este hombre, comenzó a nombrar varios de los Diez Mandamientos. Era una lista que el gobernante rico sentía que había cumplido cabalmente. Pero Jesús tenía más que decir: “—Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme” (Lucas 18:22).

Sería muy fácil pasar por alto este momento y pensar que Jesús simplemente estaba hablando de dinero. Pero las palabras en esta conversación en realidad están hablando de algo mucho más profundo. El tema central al que Jesús estaba llegando es este: ¿qué guarda la llave de tu corazón?

Oh, cómo quiero que mi respuesta sea esta: «Jesús». Quiero quererlo por encima de todo. Vivir completamente capturada por Su amor. Cautivada con Sus enseñanzas. Transformada en prueba viviente de Su Verdad.

Ha habido otros que me han precedido deseando esto también. Héroes imperfectos de la fe de los que leemos en la Biblia que, a pesar de sus defectos, complacieron a Dios a través de la fe (Hebreos 11). No fueron las acciones perfectas las que abrieron un camino hacia el corazón de Dios. Era otra cosa. Algo menos definido que no podía ser delineado o diseccionado. Algo que a veces era desordenado y ofensivo. Pero a la vez, algo tan precioso …

La rendición… dejar ir cualquier cosa que los aleje de Dios.

Es una palabra que se usa para describir a una niña que salta desde el borde de la cama, completamente segura de que su papá la atrapará. Es lo mismo que alimentó la carrera valiente de David hacia Goliat con nada más que una honda y cinco piedras lisas. Es lo que alimentó a Josué, Moisés, Noé y Pablo. 

Y es lo único que Jesús le estaba pidiendo al gobernante rico. No una vida vivida perfectamente, sino un corazón de entrega perfecta. Así que esta es la oración que estoy diciendo hoy:

Todo lo que tengo. Todo lo que poseo. Todo lo que espero. Todo lo que temo. Todo lo que amo. Todo lo que sueño. Es todo Tuyo, Jesús. Confío en Ti en entrega completa y absoluta.

Lamentablemente, esto era lo único que este hombre sentía que no podía ofrecer. Se paró al borde de todo lo incierto, con los brazos de toda certeza esperando para atraparlo. Y simplemente no podía saltar; vivió su vida enredada en cosas menores.

Él no fue capturado, cautivado o transformado en la prueba viviente de la realidad de Jesús. Y así se alejó del Único que realmente podría satisfacer su alma.

Oh, amigas. No permitamos que esto sea la tragedia de nuestras vidas. Seamos capturadas por el amor de Jesús, cautivadas con Sus enseñanzas y transformadas en la prueba viviente de Su Verdad. Vivamos con abandono y confiemos plenamente en Él.

La vida que sigue a Jesús con entrega y confianza es la vida que llega a experimentar Su presencia, Su provisión, Sus promesas, Su abundancia que satisface el alma.

Dios Padre, por favor perdóname por todas las veces que me he conformado con cosas menores. Quiero quererte más que cualquier cosa. Hoy Te entrego la llave de mi corazón. La clave de todo en mi vida. Te amo. Te necesito. Y quiero seguirte con fuerza. En el Nombre de Jesús, Amén.

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La vida tiene una manera de hacernos perder el enfoque de las cosas más importantes. Permitimos que nuestros trabajos, familia e incluso cosas materiales tengan un lugar en nuestros corazones que está reservado para Dios. Pero cuando volvemos a nuestro primer amor, Dios, Él es fiel para perdonarnos y nos da la bienvenida como si nunca nos hubiéramos alejado. Hoy puedes rendirte y darle a Dios otro sí, siendo Señor y Rey en tu vida y corazón. En Cuando las mujeres le dicen sí a Dios, Lysa TerKeurst comparte experiencias personales y puntos de vista bíblicos para mostrarte cómo discernir la voz de Dios, seguir Su dirección y descubrir una vida de gozo y propósito al asociarte con Él. La obediencia total a Cristo puede transformar un caminar ordinario en un viaje notable. Compra tu copia aquí.

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PROFUNDICEMOS

Mateo 6:33, Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. (NVI)

A veces, ciertas áreas de nuestras vidas pueden parecer más difíciles de entregar a Dios que otras. ¿Hay algo que te esté costando rendir en este momento? ¿Cómo puedes elegir confiar en Dios en esa área hoy? Nos encantaría saber de ti en los comentarios.

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