Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, Y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, Ni la llama te abrasará. Isaías 43:2 (NBLA)
Fue lo más sola que me he sentido.
De pie en una habitación de la unidad de cuidados intensivos, con vista a la ciudad de Seattle, Washington, ante mis propios ojos vi morir a mi único hermano.
La ironía cruel de este momento fue que yo había dejado todo para volar lo más rápido posible de Charlotte a Seattle para que él no estuviera solo.
Mis ojos llenos de lágrimas y mi alma adolorida se sintieron atraídos por la ventana y la rara aparición del sol otoñal poniéndose sobre la ciudad. Las sombras de los edificios fluyeron con los rayos de la luz del sol. Y dos pájaros blancos volaban en círculos una y otra vez frente a la ventana.
Era demasiado obvio para no creer que Dios estaba tratando de llamar mi atención. Isaías 43:2 vino a mi mente. Este versículo nos recuerda que, cuando se trata de pruebas en la vida, no es por si vienen, sino cuando vienen. Durante estas pruebas, puede que Dios no sea todo lo que queremos, pero Él es todo lo que necesitamos.
Aun así, es un desafío aprender a manejar la tensión de lo que queremos y necesitamos durante las temporadas de cambio. Lo que yo quería en ese momento era que mi hermano viviera. Pero lo que necesitaba era la presencia consoladora del Espíritu Santo.
El luto suele ser una de las cosas más duras que nos puede llevar a una temporada de transición. Pero hay otras cosas, tanto positivas como negativas, que pueden llevarnos a la transición: cambios de trabajo, mudarse a una nueva ciudad, niños que nacen y crecen, estados relacionales y una docena de otros escenarios.
No importa lo que la estimule, una transición está llena de un espacio de tiempo entre lo que fue y lo que está por venir. El lugar al que me gusta llamar “tu nuevo ahora”.
El versículo de Isaías 43:2, que me vino a la mente el día que murió mi hermano, fue el incentivo de Dios para Israel durante su exilio en Babilonia. Se remonta al éxodo de Israel de Egipto (Éxodo 14:21-22), un viaje liderado por Moisés, un hombre que tiene mucho que enseñarnos sobre las transiciones en la vida. La forma en que vamos de “aquí” a “allá” es importante. Y Moisés fue un hombre que a menudo resistía pasar de una temporada a otra en su vida. Luchó con sentimientos de insuficiencia, miedo y soledad. Dios le recordó a Moisés, de la misma manera que nos recuerda hoy, que no importa por lo que pases, Dios está contigo.
Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, Y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, Ni la llama te abrasará (Isaías 43:2).
A menudo, sentirse sola es una de las emociones más fuertes que enfrentamos durante cualquier transición significativa en la vida. Pero en el camino entre lo que fue y lo que será, todavía perteneces en algún lugar, con Dios.
Las temporadas vienen y se van, pero la presencia de Dios nunca te deja.
Su presencia no elimina lo que es difícil, pero sí ilumina lo que es santo. Y a través de la formación gradual y lenta de nuestras almas, la santa presencia de Dios permite que cada etapa de nuestras vidas traiga crecimiento y confianza en quién es Él.
Dios siempre permanece y está muy presente en medio del cambio. Mira conmigo hacia arriba y verás que Él está allí.
Señor, gracias por estar siempre presente conmigo. Gracias por Tu bondad y misericordia a medida que paso de una etapa de mi vida a la siguiente. Ayúdame a mirar hacia arriba y ver Tu presencia hoy. En el Nombre de Jesús, Amén.
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¿Es posible tener paz en un mundo incierto? ¿Es posible no solo esperar los cambios inesperados, sino acogerlos? La mayoría de nosotras queremos tener la vida bajo control. Pero Dios quiere que anticipemos lo inesperado con una fe profundamente enraizada en Su bondad. Él quiere que sepamos que debido a que Él tiene el control, no es necesario que lo tengamos nosotras. En Inesperado, Christine Caine nos ayuda a caminar hacia la vida que Dios tiene para nosotras: todo, incluyendo lo desconocido. ¡Aprende más cuando obtienes tu copia de Inesperado hoy!
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Salmo 23:4, Aunque pase por el valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento. (NBLA)
¿Cuál es una transición por la que estás pasando en tu vida? ¿Cómo has luchado contra la soledad durante esta temporada? Comparte tu experiencia en los comentarios.
© 2023 por Nicki Koziarz. Todos los derechos reservados.
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