Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Filipenses 4:8 (NVI)

Miré profundamente los brillantes ojos azules de mi bebé recién nacido. Su cabello rojo atrapaba la luz del sol que se filtraba a través de la ventana polvorienta de mi cuarto. Sus dedos eran perfectos. Su todo era tal como debería ser.

Pero no dejaba de llorar.

Como terapeuta, no soy ajena a las lágrimas. Las emociones nunca me han hecho sentir incómoda. Como una cazadora de tormentas, corro hacia el torbellino de emociones en lugar de alejarme de ello. No le tengo miedo a la tormenta, fui hecha para ella.

Entonces, cuando nació mi hijo, no esperaba sentirme abrumada, exhausta, frustrada, ansiosa, triste, indefensa y sin esperanza. Lo amaba hasta lo más profundo de mi ser, pero estaba empezando a creer que yo era la peor madre de la historia.

La espiral descendente continuó. Dio vueltas y vueltas hasta que me encontré en un estado de desesperación. Creyendo que era una mala madre, que no era suficiente para cuidar a mi bebé, el bebé por el que daría mi vida.

Mis pensamientos acerca de ser una mala madre aparecían cuando trataba de orar y me distraían cuando estaba cuidando a mi hijo. Como una canción que se repite, soy una mala madre estaba viviendo en mi cabeza sin pagar alquiler y me estaba desgarrando en un millón de pedazos.

En mi trabajo, he visto cómo los pensamientos intrusivos pueden desarrollar tentáculos en casi todos los aspectos de la vida de las madres: autoestima, relaciones, carreras y la fe. Los pensamientos intrusivos pueden decirnos que no tenemos valor, que somos inútiles, perezosas y feas. Ellos mienten. Ellos hacen trampa. Roban y destruyen. ¿Te suena familiar? Bien. Darnos cuenta de cuán dañinos pueden ser estos pensamientos nos dirá que es hora de que se vayan.

Y en lugar de dejar que esos pensamientos entren y residan en nuestros corazones, podemos evaluar los desagradables pensamientos intrusivos usando Filipenses 4:8 como nuestro mapa de ruta:

Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio.

• Todo lo verdadero: ¿Este pensamiento se basa en la verdad real? ¿Tenemos hechos que lo respalden?
• Todo lo respetable: ¿Mantiene este pensamiento un alto estándar moral?
• Todo lo justo: ¿Es justo este pensamiento; nos anima a actuar de acuerdo con la ley de Dios?
• Todo lo puro: ¿Nos lleva a la pureza el pensamiento… la acción de buscar una vida como hija redimida de Dios y echando fuera el pecado?
• Todo lo amable: ¿Es este un pensamiento hermoso o agradable?
• Todo lo digno de admiración: ¿Merece respeto y atención este pensamiento?
• Todo lo que sea excelente o merezca elogio: ¿Merece ser alabado o puesto en un pedestal este pensamiento?

Usé Filipenses 4:8 como mi guía con mi pensamiento intrusivo: soy una mala madre. Este pensamiento no es verdadero, respetable, justo, amable, admirable, excelente ni merece elogio. El pensamiento era dañino, no santo.

Ahora, amiga, te desafío a que hagas lo mismo con tus pensamientos feos. Aplica las palabras de Filipenses 4:8, y observa si permite que permanezcan estos pensamientos.

Dios, por favor ayúdame cuando lucho con pensamientos intrusivos. Muéstrame qué pensamientos no son verdaderos, respetables, justos, puros, amables, admirables o que merecen elogio. Ayúdame a creer en Tu Palabra cuando dice que no pensemos en cosas que no se alinean con Tu Verdad. Y, Padre, ayúdame a dejarlos ir. Cuando estos pensamientos surjan, dame la fuerza para decirles que se vayan. En el Nombre de Jesús, Amén.

Las dos secciones siguientes pueden contener enlaces de contenido solo en inglés.

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2 Corintios 10:4-5, Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano y para destruir argumentos falsos. Destruimos todo obstáculo de arrogancia que impide que la gente conozca a Dios. Capturamos los pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo. (NTV)

¿Cuál es un pensamiento intrusivo que ha estado viviendo gratis en tu cerebro durante bastante tiempo? Escoge un pensamiento que no cumple con los estándares establecidos en Filipenses 4:8.

Escribe ese pensamiento. Luego enumera las razones por las que el pensamiento no pertenece en tu cabeza o corazón. ¡Ora para que el Señor te ayude a abordar este pensamiento destructivo y comparte tu oración con nosotras en los comentarios!

© 2023 por Rachael Elmore. Todos los derechos reservados.

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